Poco antes de arribar a sus nueve décadas de vida y entrega constante a la cultura cubana, la  ensayista, crítica de arte, promotora cultural y destacada intelectual Graziella Pogolotti, recibió este 24 de marzo, de manos del Presidente cubano, Miguel Díaz- Canel Bermúdez, la Orden José Martí,  en reconocimiento a sus grandiosos aportes a la cultura de nuestro país.

El Palacio de la Revolución fue escenario para la entrega de tan altísima distinción que concede el Consejo de Estado, a ciudadanos cubanos, extranjeros y a jefes de Estado o Gobierno, por grandes hazañas en favor de la paz y la humanidad, por valiosos y extraordinarios aportes en la educación, la cultura, las ciencias  y el deporte, así como por méritos destacados en el trabajo creador.

En la ceremonia se desatacó su amplia obra ensayística, que la convierte en una intelectual que sobrepasa nuestras fronteras. Al decir del presidente de Casa de las Américas Abel Prieto, “(…) Se premia a una cubana muy especial. Figura esencial para la cultura de Cuba"(…)”. Graziella Pogolotti por su parte agradeció este reconocimiento, y destacó que  la condecoración, es un honor que la sobrepasa y compromete.

La Orden José Martí reconoce en esta ocasión a una intelectual de alto prestigio en el panorama cultural cubano, que por  su consagración y constancia logra un alcance universal, una mujer de altos principios de dignidad y gran apego a los principales procesos sociales y culturales de nuestro país.

Fundadora de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y una de sus más ilustres miembros de esa organización, ha llevado además las riendas de la Fundación Alejo Carpentier, propiciando la investigación y la profundización en la obra del célebre intelectual.

Merecedora de muchos de los máximos reconocimientos y distinciones  de nuestro país, como el Premio Nacional de Crítica de Arte, el Premio de Nacional  de Enseñanza Artística, o el Premio Nacional de Literatura o el de la Dignidad; la Orden José Martí reafirma la gran valía de una de una intelectual como Graziella Pogolotti, que a sus casi noventa años continúa descubriendo nuevos caminos y senderos  culturales a través de su grandiosos don de la palabra.