A poco más de un mes de estar abierto al público en el céntrico e imponente Palacio Loredan, el Pabellón de Cuba en la 57 Bienal de Venecia continúa atrayendo la atención de los amantes de las artes visuales y de la crítica especializada.
En un reciente encuentro con la prensa, Jorge Fernández Torres, Comisario del Pabellón antillano y José Manuel Noceda, curador de la muestra enviada allí, se mostraron satisfechos por la participación lograda ahora en el más antiguo mega evento internacional de las artes visuales, la cual ha sido excepcional en algunos aspectos.
Por vez primera desde que a mediados del pasado siglo iniciara sus participaciones en la cita italiana, Cuba ocupa un Pabellón en solitario, lo cual le ha posibilitado elevar a 14 la nómina de prestigiosos creadores invitados, el doble que en 2015, incremento que decidió costear nuestro país, pese a las limitaciones económicas actuales.
Convertido este año en el primer Comisario cubano en la Bienal de Venecia, el también director del Museo Nacional de Bellas Artes tuvo palabras de elogio para la labor curatorial de Noceda, quien supo elegir coherentemente valiosos autores de distintas generaciones, manifestaciones y tendencias; a partir del espacio expositivo y de las líneas generales trazadas para la ocasión por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas.
Firmas como las de Roberto Fabelo, Esterio Segura, José Manuel Fors, René Peña, Mabel Poblet, Reynier Leyva Novo, Abel Barroso, Roberto Diago, Aimée García, Iván Capote, el binomio que integran Meira Marrero y José Angel Toirac, Carlos Martiel, José Eduardo Yaque y Wilfredo Prieto, identifican las piezas reunidas en la exposición titulada Tiempo de intuición.
Según explicó Noceda, en su trabajo de curaduría tuvo muy en cuenta el proyecto “Viva Arte Viva” de la Curadora General del evento, Christine Macel, en el que, entre otros temas, ella insiste en las problemáticas del tiempo, llegando a dedicarle un segmento en la Bienal.
Partiendo de estos presupuestos y afincado en el pensamiento cultural cubano y caribeño encontrado en las ideas de Alejo Carpentier acerca de la convivencia en nuestra región de tres realidades de lo temporal: el pasado o Tiempo de la Memoria, el presente o Tiempo de la Visión y de la Intuición, y el futuro o Tiempo de la Espera, el especialista dijo haber completado el basamento de su proyecto.
“En sentido general, creo que la curaduría reparó solo en una pequeñísima porción de lo que hoy en día se hace en la escena artística cubana, a través de algunas de sus orientaciones puntuales y de algunos de los artistas que han sentado pautas o que construyen actualmente una visualidad desde perspectivas renovadoras”, concluyó Noceda.
El Pabellón de Cuba en la 57 Bienal de Venecia podrá ser visitado hasta el 31 de julio próximo.
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