Ensler quien participa en el 16 Festival de Teatro de La Habana compartió experiencias de su visita a la Isla, breve, pero particularmente intensa.
La artista quiso aprovechar al máximo la invitación a participar en el Festival con esta obra, para compartirla especialmente con las mujeres y “ser parte de este lugar maravilloso”, confesó.
Ovacionada por los cubanos, dijo que una de las cosas que le sorprendió durante la presentación fue la cantidad de hombres entre los espectadores; “muchos de ellos se me aproximaron al final de la puesta en escena, me besaron la mano y agradecieron”, contó notablemente emocionada.
Confesó que disfrutó mucho la reacción del público ante el humor, el dolor, los orgasmos, la sexualidad expresada en Los monólogos de la vagina, a tal punto que decidió hacer una tercera presentación no prevista en el programa.
Ensler está convencida de que una vez que abres la puerta para expresar tu sexualidad, entonces es como una inundación de información y necesidad de contar las historias.
Con la trama de esta obra, no solo abrió las puertas a las más de 200 mujeres que entrevistó antes del proceso creativo, sino que también brindó la oportunidad de expresarse a quienes aplauden las funciones agradecidos.
La dramaturga contó que la obra tiene casi 20 años, pero cada vez que actúa en un nuevo escenario, siente la expectativa de cómo responderá la gente.
En el caso de Cuba, señaló, supo que había logrado la conexión con el público desde el mismo momento en que comenzó la función.
“Los monólogos de la vagina” se estrenó el tres de octubre de 1996 en el Centro de Arte HERE de Nueva York, ciudad natal de la artista, y por ese entonces, afirmó, hablar del tema fue un gran reto, porque la gente ni quería escuchar sobre eso, pero poco tiempo después comenzó el cambio.
Su meta es juntar a las mujeres para crear un mundo “donde ellas sean libres, donde tengan derechos, donde sean valoradas y también las vaginas sean respetadas”, subrayó Ensler, ganadora de numerosos premios y reconocimientos, autora teatral, cinematográfica y escritora, que además suma una extraordinaria labor por el empoderamiento de la mujer y la lucha contra la violencia doméstica, el feminicidio y la paz mundial.
La estancia de Eve Ensler en La Habana no se limitó a la representación de esta obra, pues según narró tuvo la posibilidad de conocer a mujeres maravillosas “entre ellas Mariela Castro, quien anunció la participación y apoyo desde Cuba a la campaña global One Billion Rising contra la violencia a las mujeres y las niñas”.
Al decir de Ensler, esa campaña es, más que feminista, una convocatoria para enfrentar otros tipos de violencia, como el imperialismo, la pobreza, el racismo o el cambio climático.
Anunció que estará de vuelta en La Habana el ocho de marzo venidero para sumarse a las expresiones en contra de la violencia y de cualquier acción de agresión o discriminación.
Tenemos tanto que conocer de las mujeres cubanas, de su poder, colaboración, solidaridad, tanto así que representantes de Estados Unidos debería venir y aprender nuevas formas de vivir y organizarse, aseguró la activista social de 62 años de edad.
La invitación al 16 Festival de Teatro de La Habana fue tal vez el pretexto para que los cubanos conociéramos de cerca a la dramaturga estadounidense Eve Ensler, una mujer talentosa y llena de energía para defender sus sueños; un ser capaz de encarnar los traumas, frustraciones, y alegrías ajenas, por defender la libertad y la dignidad.
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