(A todos los jóvenes del mundo)
La palabra es fuerte y bella cuando sale de
de un corazón que conoció la gran virtud.
José Martí
Guardián de la esperanza
de palabra fuerte y bella
como Martí soñara.
De valles y palomas
traspasando cumbres olvidadas
gestor de lo imposible
desde el Anáhuac
éter luminoso
con la sonoridad de todos los asombros
la eterna fragancia eres
de tu cielo.
De Monterrey la cuna de amapola
el sol ardiente ―claro y amarillo―
descubriendo otros soles
el padre bien amado
heraldo del sueño
en presagios de tormentas.
Un 1913 de dolor y de muerte.
Un Príncipe un escudo
una nota de arpa
en la agonía del verso.
Ifigenia reclama tus recuerdos
hurga en tu memoria
defiende tus dioses
y alcanza la libertad que te pertenece.
Es la valiente decisión de la raíz más pura
cuando ama la auténtica presencia de su sombra.
Reyes en la huida
por cien crímenes cogidos
se lanza a navegar la historia.
Y vence.
Gendarme de la vida
del verbo rey y gracia
urdimbre desafiante que anuncia
flores en capullo y germinante lumbre.
De esos senderos abiertos te complaces
y vibras con el aire sediento de nostalgias
rincones que avizoras jardines que adelantas
pletórico de empeños te escucho
en la propia luz de tu mirada.
Rey de los Reyes
Anáhuac desafiante te reclama
y el joven imberbe de otros mundos
deshace los abismos en tu palabra
y la noche se torna acrisolada
y la mano más tierna e infinita
es un deslumbramiento de amapolas.
Dentro del Támesis
el duende misterioso
una vez más acierta.
México es tierra de oro y plumas
de mano tendida en piadoso aliento
de historias encontradas con mi Isla
el mar es puente que nos une
el sol calienta nuestras almas
no es posible desentendernos de la aurora.
Hidalgo Juárez Morelos
poetas de la gloria
aún calzan sus botas de campaña.
El porvenir frente al peligro del no ser.
Aguarden.
Ya Don Alfonso llega.
Nuestra América suena clarines
los pueblos aprietan puños sobre la tierra húmeda
la naturaleza desemboca en cólera
cuando el colibrí desangra sus angustias.
La muerte azota el vendaval oprime.
Los hombres tuercen la vida útil.
No te detengas. Frente a la bestia
la corola inmensa de la rosa
la tonada de la sierva endémica
y tus dos ojos
y tu palabra viva.
Desde muy joven me llegó tu llamado
con la ternura sublime de tu genio.
Acrópolis de sueños
caminos legendarios
cariátides de entregas.
Apolo y Atenea al son de mis corales más lejanos.
Un coro de ninfas en la dramática madrugada de locuras
cuando el brillo de tu voz
aplacaba el silencio.
La vida es inspiración. La vida es fraternidad.
La vida es estímulo. La vida es virtud. José Martí
Y fue así tu vida
trino redentor de una quimera
mensajero de otra edad
la posteridad perdona tu osadía
de dejarnos tanto amor escrito
y tanta eterna y audaz presencia.
Los papeles cubiertos por el tiempo
crecen en tu santuario
se han sembrado de fe y devoción
y viven aún más
cuando te recordamos.
Tus papeles también aman la vida por la vida
y descubren el secreto de todas las pasiones.
Tus palabras irradian alas
cuando se escapan al sol.
Góngora hirviente
en tu sólida estatura
mármol y llama.
Sor Juana como cascada lujosa
aliviando los tedios.
España sobrevive y anda
mientras el toro ruge
y se ensamblan con mitos
tus paisajes.
Oh viejo cantar nahua
el rocío enervante
en las alfombras de flores
las regaste por los amigos
que un día
se deslizaron como sombras a tu lado.
Ausencias encantadas
que guardan celosos testimonios
guirnaldas de alegorías capitales
en el panteón de la natura.
Mientras llega la hora señalada
el brote guardo cuido del injerto
el tallo alzo de la flor amada.
Buscaste peregrino
siempre la ruta verdadera
y junto al quetzal
la hallaste.
Telúrico y altísimo baluarte
vencedor de la muerte.
Desde la estrella más distante
se acerca intensa multitud
de nuevas emociones
A calibrar tu canto
donde el hombre es hombre
y es hallazgo
donde la vida es vida
y no muerte injusta innecesaria
donde el sol que te llegó de niño
como escudero
protege al Mundo dolido y maltratado.
Haz que tu sonrisa de amapolita
del valle donde naciste
traiga a Eurídice de la mano de Orfeo
hasta la superficie
de la vida.
Guardián de la esperanza
de palabra fuerte y bella
como Martí soñara.
Deje un comentario