Sus biógrafos lo ubican junto a los tres grandes del arte mexicano: José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Según reseña Germaine Gómez Haro en La Jornada Semanal: "…los muralistas mexicanos fueron los verdaderos impulsores de una nueva concepción artística en el arte moderno estadunidense, tanto en el lenguaje formal como en el contenido ideológico".

La vida de Rufino Tamayo fue de largos recorridos internacionales, llevó México al mundo, pero también se trajo un pedazo de su patrimonio internacional.

 Hijo de un zapatero de Oaxaca y una mujer costurera. Murió a los 91 años. No tuvo descendientes, y su único hijo fue un museo, no tanto para organizar su propia obra -porque fue un artista que pintó demasiado-, sino para compartir a su pueblo una cuidadosa colección de arte moderno.

El pintor inició su formación ingresando a los dieciséis años en la Academia de San Carlos, pero no soportó el rigor, y la abandonó. Realizó estudios de modelos del arte popular mexicano.

 Su vocación revolucionaria vendría por otro lado. No suscribió el movimiento radical de amplio compromiso popular, que distinguía las producciones de los demás muralistas. Sin renunciar a la monumentalidad de su trabajo y las dimensiones prestando mayor atención a calidades pictóricas dejó en evidencia su independencia de ciertos planteamientos ideológicos.

En 1921 consiguió la titularidad del Departamento de Dibujo Etnográfico del Museo Nacional de Arqueología de México; dando comienzo a un compromiso docente formando cátedra dentro y fuera de ese país, lo cual culminaría con la fundación Museo Tamayo de Arte Contemporáneo en 1981.

De Cuba se sabe su amistad con Wifredo Lam. En mayo del 2014 se mostró la exposición "De México para Cuba: Maestros del arte del siglo XX en la colección del Museo Tamayo de Arte Contemporáneo", exhibida en los muros del Edificio de Arte Universal de Bellas Artes de La Habana.

 Al unísono pudimos ver obras de Picasso, Matta, Magritte, Max Ernest, Jean Dubuffet, Rothko, Manuel Millares, Henry Moore, Larry River y el mito de Andy Warhol. La muestra mexicana fue especialmente seleccionada con trabajos del propio Tamayo (Mujer de Blanco, 1976), Vicente Rojo, Francisco Toledo, Irma Palacios y los hermanos Castro Leñero.

Después han sucedido otras colaboraciones cómo la exhibición de "Relato de una negociación", de Francis Alÿs en abril del 2016.