Las galas inaugurales de Cubadisco a lo largo de sus 21
años, han sido casi siempre muy atractivas. Digo casi porque pudo suceder que en alguna edición no fuera del agrado
de algunos, o nos pudiera haber resultado tediosa alguna, algo muy común en
nuestra manera tan tropical y cubana de enfrentarnos al concepto de Gala
Inaugural. Pero dejando de lado antiguas discrepancias o elucubraciones
artísticas, la mayoría de estas Galas han sido en mi opinión muy válidas, y
únicas. Este año Cubadisco llega a su XXI Edición, y ha sido dedicado a la
Nueva Trova, razón por la cual un elevado cúmulo de conciertos esté dedicado a
aquellos que en 1972 fundaron una institución de vanguardia en el país, amén de
sus orígenes y antecedentes sonoros en otros puntales como fueron Casa de las
Américas y el ICAIC, específicamente este último con la sabia creación del
Grupo de Experimentación Sonora y del cual brotaron casi todos los
protagonistas inefables del MNT. A ellos, a su huella y permanencia en este archipiélago
estarán dirigidos estos días de música y discos, y tal vez uno de los mayores
atractivos sea la Gala del día 14, la cual nos regalará una serie de canciones
–no todas, por supuesto- de Silvio Rodríguez en formato sinfónico.
Este concierto cuenta con muchas manos amigas –entre muchas
más- como las del cantante y compositor Augusto Enríquez y las del Maestro
Enrique Pérez Mesa, Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba,
y habría que buscar un tanto un punto de inflexión en la gira que emprendieron
hace ya un tiempo Enríquez junto a la OSNC para dar a conocer un fabuloso y
colosal trabajo de canciones de Silvio en formato grande. A partir de ahí,
tanto Augusto como Pérez Mesa han ido convocando para esta ocasión a diversos
amigos y artistas cubanos para conformar un elenco único donde converjan varias
generaciones pero teniendo muy centrada la idea del sinfonismo al estilo de
Silvio, es decir, sin perder en ningún momento el equilibrio entre canción e
invitado. También es meritorio destacar el otro antecedente musical,
discográfico, y me refiero a la producción por parte de la casa discográfica
Colibrí del tríptico “Te doy una canción” de Augusto Enríquez, donde este
asumió la selección de 34 canciones de Silvio en formato sinfónico y otros
ensembles, las cuales fueron orquestadas por el fallecido Pucho López, Alfred
Thompson, Miguel Núñez, Jorgito Aragón y Demetrio Muñiz, y de cuyo embrión
saldrán las canciones del venidero domingo.
Para esta gala están invitados Frank Fernández, Vicente Feliú, Luna
Manzanares, Amaury Pérez Vidal, Polito Ibáñez, Issac Delgado, Augusto Blanca, Raúl
Torres, Lázaro García y Yoruba Andabo. Se suman además a la OSNC los instrumentistas
Oliver Valdés, Jorge Reyes, Jorgito Aragón, César López, Julito Padrón, además
del propio Augusto Enríquez quienes, con sus diversos estilos y visiones, darán
vida a temas como Oh Melancolía, Te doy una canción, La Prisión, La gota de
rocío, Mariposas, El necio y otras más.
También se ha dispuesto que dicha gala se realice en la Sala Avellaneda, la de
más aforo del capitalino Teatro Nacional de Cuba, en el mismo horario habitual
de los conciertos de nuestra OSNC, es decir a las 11:00 am, para preservar así
la habitualidad de los conciertos dominicales de la misma.
Personalmente creo que pocas veces un trovador haya sido tan magistralmente
llevado al universo sinfónico, discográficamente, y esta será sin duda alguna
una –casi- única oportunidad de presenciar un hecho musical que seguro será
brújula para muchos, o meca peregrina para otros.
Disfrutar del lirismo y la poética entre texto y música, con
el respaldo orquestal sinfónico será algo difícil de superar, y ¿por qué no? de
olvidar.
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