De Carmelo González Iglesias… Simbolismos, el óleo que le otorgara el Tercer Premio en el III Salón Nacional de Pintura y Escultura en 1946 y más tarde el segundo Premio de Grabado obtenido en 1949 en el Círculo de Bellas Artes de la Habana, obra que define su estilo y demuestra la validez del destaque de este artista cuando aún muy joven se erige como el mejor expediente en la especialidad de Pintura durante sus estudios artísticos en 1938, en el Estudio Libre.

Pescadores de Vigo es otro magnífico ejemplo de su manera de asumir el Arte y su empeño en mostrarnos las cosas comunes de este mundo. Escenas cotidianas, hombres de Mar, pescadores sumergidos en plena faena, con sus implementos de Pesca es el contenido principal de esta composición donde la sabia disposición de la figura con relación al fondo, el hábil manejo del negro y el blanco, así como las medias tintas y la monumentalidad que caracteriza a los representados son algunos de los aspectos a señalar. Con esta xilografía Carmelo González obtiene el primer premio en la segunda Bienal de Arte hispanoaméricano.

Y aun cuando han pasado 100 años desde su nacimiento recordar su trayectoria es reconocer el legado que deja en los artistas cubanos Carmelo González Iglesias, desde la Pintura, el Grabado, el magisterio y la crítica de Arte.

De 1939 a 1945 estudia en la escuela San Alejandro. Al año siguiente presenta su primera exposición personal en la Asociación de Reporteros de La Habana. Por sus resultados académicos obtiene en 1946 una bolsa de viaje para continuar estudios en EEUU. Por esa misma fecha ingresa en la logia de Estudiantes de Arte de Nueva York, donde permanece hasta 1947.

A su regreso a Cuba se incorpora como profesor de dibujo y grabado en la escuela de Artes Plásticas Leopoldo Romañach de Santa Clara por espacio de diez años. Pero Carmelo fue un artista que respondió coherentemente a su tiempo, a raíz de una profunda labor de rescate del Arte incisorio, a finales de la década del 40, funda en diciembre de 1949 la Asociación de grabadores de Cuba, organización de la cual sería su presidente y principal promotor. Y es precisamente este uno de los aportes que hiciera este artista habanero al cual hoy dedicamos estas páginas, la concepción del grabado mural y monumental.

Considerado uno de los grandes maestros y críticos de la pintura del siglo XX, Carmelo González Iglesias desarrolló otras de sus grandes pasiones, el magisterio.

En 1959, tras el triunfo de la Revolución Cubana fue el director de la centenaria Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, labor que no le impidió continuar con su creación artística y la concepción de obras como Homenaje a David, La ciudad en la mesa, y Mujer en la ventana entre otras tantas que hoy forman parte del patrimonio artístico cubano y universal.

Aun cuando su grandeza como artista ha hecho que la crítica extranjera lo compare con figuras de las Artes Plásticas tales como Guayasamín, Bracho y con gigantes de la literatura como Nicolás Guillén y Alejo Carpentier, Carmelo González es un hombre sencillo, nació en la Habana, en el pueblito costero de Casa Blanca, el 16 de Julio de 1920. Hijo de madre cubana y padre español quienes le hacen heredar un temperamento impetuoso y noble, el mismo que a modo de simbolismos nos transmite en su obra y que también se intenta rescatar en la Casa de Cultura de la localidad donde naciera este artista, que hoy ostenta su nombre: Carmelo González Iglesias.