Las expectativas fueron cumplidas por la banda estadounidense Sanrky Puppy en el concierto de clausura del Festival Internacional Jazz Plaza 2016, que bajó sus cortinas anoche en el habanero teatro Mello para cerrar un ciclo de cuatro días de conciertos, talleres y clases magistrales.
El grupo estadounidense supo atrapar a un público ávido de conocer el origen de su fama, un reconocimiento más que merecido gracias a al virtuosismo de sus integrantes y sus arriesgadas incursiones en el jazz, caracterizadas, entre otros elementos, por la presencia de sonoridades electrónicas.
Cuba, dijo el bajista Michael Liga, líder de la banda ganadora de dos premios Grammy, es un país que respetamos mucho por la calidad de su música y de su cultura, teníamos muchas ganas de tocar aquí, apuntó.
Tras varios temas de sus más recientes producciones, Snarky Puppy le dio un punto de cubanía a su presentación al llamar a escena al maestro Eliades Ochoa y al flautista Orlando Valle “Maraca”, dos artistas de gran relevancia dentro del panorama sonoro nacional.
Con Ochoa, tres en mano, se escuchó un sabroso montuno de provocadores tumbaos y pegajosa letra; y Maraca demostró una vez más que es un instrumentista de altísimos valores y un jazzista que hay que tener en cuenta siempre que se hable del género.
Luego un intermedio, y a las tablas del Mella subieron el pianista Roberto Fonseca junto a su banda Temperamento y la cantante maliense Fatoumata Diawara, una artista que en muy poco tiempo se ha posicionado como un referente del canto africano con una notable proyección internacional.
Tras interpretar varios temas de su más reciente producción discográfica, titulada ABUC, el binomio Fonseca-Diawara presentó parte de un interesante trabajo conjunto en el que combinan sonoridades bien contemporáneas con tradicionales cantos africanos.
Esta es la primera actuación de la cantante maliense en Cuba, pero junto a Fonseca ya se ha presentado en importantes festivales del mundo a partir de la colaboración de ambos en Yo, el anterior compacto del cubano.
A Yemayá, Nelson Mandela, y África como referente cultural que ha permeado a músicas de todas partes, le tocaron y cantaron para así poner punto final a la edición 32 del Festival Internacional Jazz Plaza 2016, una cita que reunió a importantísimos artistas de varios países.
Dentro de un año vuelve el clásico jazzístico cubano, que en esta ocasión salió por primera vez de la capital de la Isla al compartir sede con la ciudad de Santiago de Cuba, una iniciativa que los melómanos de la región oriental agradecen y aplauden.
Si bien es la primea experiencia del binomio en la Isla, ya tienen un interesante trabajo en conjunto con el que se han presentado en importantes festivales del mundo que dio pie a un interesante proyecto en el que combinan sonidos contemporáneos con las tradiciones de los cantos africanos.
Así llegó a su fin la edición 32 del Festival Internacional Jazz Plaza 2016, cita que este año tuvo a músicos de primer orden dentro del género y por primera vez acciones fuera de La Habana al compartir sede con la ciudad de Santiago de Cuba.
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