Sobre Música Nada Más con Oni Acosta


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Foto: Roberto Bello

La peña de Oni Acosta se cambió para el segundo viernes del mes, antes era el último, y por la inminencia de lluvia parecía a punto de irse a pique, pero no se suspendió. No llegó el pintor Jesús Lara Sotelo y solo hubo música nada más,  pero fue de la mejor, un espectáculo de lujo al que se sumó como sorpresa muy especial Omara Portuondo.

Un cuarteto de clarinetes integrado por dos alumnas recién graduadas de la ENA y las otras dos en segundo y tercer año, un proyecto de apenas un año de formado que fue un magnifico aperitivo de la gran cena musical. Nieves del Rio es la directora y antes de derretirse arranco con Burdel de Astor

Piazzola, (por eso no me sorprende que el tango  tuviera tan mala fama en sus inicios) y cerró brillantemente con Contradanza de Paquito de Rivera, autor que por cierto estrenó hace poco la opera son Cecilio Valdés en Miami sin que me hayan llegado noticias de sus resultados.

Un cuarteto también fue el que acompañó al excelente cantante que es David Álvarez una versión reducida de su grupo Juego de Manos,  Ámame de Pedro Luis Ferrer fue el tema de apertura y sonó magnifico, ganador de aplausos y anunciador de Omara con sus Veinte años, de Maria Teresa Vera, una obra

redescubierta con el Buena Vista Social Club, pero aprendida con sus padres en la lejana niñez. Omara cantó con particular sentimiento Contigo en la distancia, de José Antonio Méndez y desgranó innumerables recuerdos, memorables anécdotas  en el curso de este mini concierto con el acompañamiento estelar del pequeño grupo de David. Recordó sus clases de ballet y actuación, cuando formó parte del ballet de Alberto Alonso y cuando integró los espectáculos de Tropicana dirigida por Roderico Neyra.

Cantó el infinito y negro de sus penas … surtidor de místicos pesares también a lo Matamoros un magistral Son de La Loma,.. mamá yo quiero saber de donde son los cantantes que  visten tan elegantes y los quiero conocer, una zambullida en la obra de ese gigante santiaguero nombrado Miguel Matamoros, con David Álvarez haciendo una segunda voz que debe haber dado envidia a Compay Segundo en el más allá.

De ahí se conectó con la memoria de Ibrahim Ferrer, del que van a cumplirse diez años de su muerte, le llegó Silencio con el olor de los nardos y las azucenas, y el recuerdo de una linda amistad que se remontaba cuando Ferrer integraba Los Bocucos de Pacho Alonso y Omara, entonces en el cuarteto de Las DÄidas les hacia el coro en el Pilón de sin miseria…Rico Pilón, que rico es…Contó que en los cincuenta actuaba con el cuarteto Las D´Aidas en el Sans Souci y durante tres noches un alcoholizado fans les pedía insistentemente:

Yenyeré cumbá…Yenyere Cumbá… Yenyeré Cumbá y Aida les acompañaba al piano, no tenía montado el número y prohibía interpretarlo. Pero una noche de acuerdo con Elena atacaron a capella Yenyere Cumbá las buenas noches…y se pusieron a improvisar, con tanto éxito, que Aida tuvo que atacar el piano y inflexible directora tuvo que reconocerles: gracias a ellas  montaron y grabaron uno de los temas más importantes del célebre cuarteto.

Ante tanto entusiasmo del público no pudo Omara negarse y vino Perdón de Benny Moré para dejar en manos de David el cierre con unas risueñas guarachas de su repertorio que nos hizo corear el Ay Pepe, muchas veces hasta que el aguacero, un vendaval sin rumbo puso el final al anochecer de este viernes lluvioso y sabroso por haber podido disfrutar de tan rico banquete musical.


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