Richard Egues, Richard. (Eduardo Egües Martínez), Cruces, Las Villas, 26 de octubre de 1923 / La Habana 1 de septiembre del 2006). Es de los músicos cubanos más completos de Cuba: Virtuoso flautista, arreglista, compositor, un verdadero gigante de la flauta de charanga de todo el planeta.
Tomando en cuenta que La Aragón es mi orquesta preferida y, la más famosa de Cuba en el mundo, siempre estuve cerca de sus integrantes; especialmente su flautista estrella, llamado por sus colegas como “el salvaje”. Lo iba a visitar a su residencia en la calle Sola del barrio de Santo Suárez, allí siempre estaba haciendo algo: revisando su flauta, afinando algún piano.
Siempre era visitado por músicos y especialistas de todo el mundo. Richard era muy sencillo, no tenía la arrogancia de algunos músicos que resultan insoportables. A través de los años estuve coleccionando opiniones del maestro. Ya, en su última etapa me hizo un obsequio muy preciado y, me dijo: “Para ti que siempre has defendido a la Aragón”.
La Aragón fue la orquesta de nuestra juventud y, la de muchas generaciones, en más de ocho décadas ha sido la gran escuela de música de la gente de la calle y, de los músicos que saben apreciar la música ejemplar: vale decir Clásica-popular.
-Richard: El director Rafael Lay dijo estás palabras en 1986 a la periodista Erena Hernández: “El compadre, Richard Egües es nuestra columna, instrumentista, compositor y orquestador fantástico y un gran flautista. Para mí, el mejor que ha dado este siglo. Egües y Enrique Jorrín son mis dos músicos preferidos en toda la existencia de la palabra, tanto en la música llamada clásica como en la popular”. Y, el pianista de la orquesta Pepito Palma, con una gran sinceridad dijo en una ocasión: “A través del tiempo, que ha sido tan largo, hemos procurado no perder el timbre, que lo daba la flauta”.
-Todos los integrantes de la orquesta me consideraban mucho, en todas las agrupaciones siempre hay líderes que sostienen el peso de la música. Yo me integro a la orquesta el 5 de enero de 1954 Lay, desde el inicio me rogaba que compusiera más; incluso, la composición “El bodeguero” que abre internacionalmente el camino de la orquesta, fue exigida por Lay, en las navidades de 1954, en un momento en que estábamos en total crisis económica, viviendo en cuartos alquilados. El mambo estaba difícil como se decía en aquellos tiempos. Después de “El bodeguero”, la Aragón se convierte en “los estilistas del cha cha chá”, la música de moda. Se abrieron todos los salones del país. Los integrantes de la Aragón comprendieron ese salto a la popularidad por siempre.
-¿En qué consistían los aportes en las interpretaciones de su flauta?
-Bueno, hay muchas opiniones de especialistas, se dice que yo me apoyaba en el dominio de muchos instrumentos, donde se fundía la técnica de escuela y el estilo muy callejero; pero con excelencia. Eso es lo que dicen. Yo pienso que, en la música, algunos se apoyan en un entrenamiento fuerte, pero, otros vienen con muchas dotes naturales. Yo creo mucho en las bondades del destino.
-¿Otros comentan que usted utilizaba o "citaba" melodías conocidas?
-A veces citaba canciones infantiles como el "Mambrú se fue a la guerra," que se tarareaba, desde la colonia, de generación en generación. En los danzones, estaba de moda utilizar fragmentos de música clásica, y otras cosas por el estilo. Imitaba a algunos de los cantantes. Y, también empleaba algo que es parte de la cultura de África y de casi todo el mundo:
-La Aragón son los “estilistas del cha cha chá, pero el son y el mambo también estaban presentes y, pienso que eso fue el toque mágico de la charanga en los 50.
-El tresero siempre dice que mis improvisaciones eran como quinteos soneros, como lo que hacía Beethoven en la 5ª. Sinfonía -salvando las distancias-. La Aragón fue aprovechando y sintetizando los sonidos y ritmos de moda de esos tiempos.
-Cuándo la Aragón llega a La Habana, ya dominaban la partida muchas charangas, ¿cuál fue la estrategia de La Aragón?
-Arcaño y sus Maravillas era la charanga líder, impulsora del danzón-mambo llamado de “nuevo ritmo”; nosotros nos enfrentamos a ellos. Yo le daba “comida” a nuestros músicos. Le ponía todo a los arreglos para que fueran más modernos que los de Arcaño que, ya estaba pasando de moda. La Aragón, con esa fuerza del campo, bastante callejera, impresionamos a la gente de la ciudad. Siempre sucede así. Nosotros traíamos algo diferente. Nos decían los “guajiros y también nos decían los “guapeaos”. Nos impusimos en la gran ciudad donde sonaba la música más fuerte de todo este continente. Yo creo que, esa fue la proeza que hizo nuestra orquesta en La Habana.
-¿Hablemos de sus composiciones?
- Mis composiciones, muchas veces las tomaba de la vida cotidiana, como después también lo hace Juan Formell con Los Van Van. Por ejemplo, escribí temas como estos: “Tan sabrosona” la escribimos entre Lay y yo, toca el tema de la reina del solar, música arrabalera. Le dediqué a una hermana con dolor de muela esa que se hizo popular, “La muela”. El Cuini, sobre una sociedad de gente humilde afro. Otras: “Gladys” para los quince de mi hija, “Cero penas”, “La cantina”, “Maloja”, “ Sabrosona, Picando de vicio, Mi charlestón cha (charlestón), A nadie más, Que bien estamos, Sí, envidia (danzones), Mambo inspiración (mambo), La pachanga de Dalia (pachanga), Chaonda con onda (chaonda), Amoros se la comió, Bella muñequita, Bombom-chá con Rafael Ortiz, Cero penas, El bolón, El cerquillo, Los sabrosones, Que viva el cha cha chá, El cerquillo, y una larga lista de las que ni me acuerdo.
-¿Usted aparece en aquellas sonadas “Descargas” grabadas en La Habana en los años cincuenta?
-Participo en las “Descargas en Miniatura” de Israel López "Cachao;" con Chico O' Farrill, en “Descarga Número Dos”; y con el pianista Pedro Justiz "Peruchín" en números como “Lágrimas Negras”, y “Bilongo”. Bebo Valdés me pidió que grabara con su jazz band Sabor de Cuba.
-Después de 1985, usted decide crear su propia charanga que estrena en el Círculo Las Mercedes.
-En esa etapa, también incursiono en el campo de la música de concierto, hice un disco para la Egrem, acompañando a Esther Ferrer, con temas y adaptaciones de Tchaikovsky, Beethoven y otros clásicos. Y, también hago algunos trabajos con Chucho Valdés y otros destacados músicos. En la etapa del boom del Buena Vista Social Club, participo en una improvisación de flauta en la grabación de la obra “Tres lindas cubanas”, con el pianista Rubén González.
-Un compositor, colaborador de la Aragón le dedicó a usted una canción especial.
-Se titula “¡Suena la flauta Richard!”, composición por Víctor Marín de Santiago. A la grabación le puse un extra en las inspiraciones. Le agradecí mucho a este amable compositor.
-¿Qué le debe el pueblo a la Aragón y La Aragón al pueblo?
-El pueblo le dio vida a la Aragón, alimentó el entusiasmo, la atmosfera, la vida de la orquesta. A su vez, la Aragón dio alegría, diversión y amor a su pueblo. Es cierto que fue de las agrupaciones mejor pagadas de Cuba; pero a su vez, nunca descansamos, tocábamos hasta tres veces al día: radio, televisión, teatros, fiestas, carnavales. Estuvimos en todas. Tocábamos en Cienfuegos, veníamos para La Habana corriendo en el psicorrre para estar en Radio Progreso. Teníamos intereses, ganas de triunfar. Mucho amor y fe en lo que hacíamos. El público te exige lo máximo y, nosotros lo dimos todo. Esas son cosas que no siempre se dicen. La Aragón es como una parte de Cuba.
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