La Covid no era siquiera lejana referencia en los noticiarios cuando en diciembre de 2019, a rostro descubierto, era posible ver la alegría que despertó en muchos de sus colegas el otorgamiento del Premio Nacional de Artes Plásticas a Lesbia Vent Dumois.
Los días posteriores fueron singulares también para Teresa Toranzo, encargada de acompañar a la artista en el ejercicio curatorial de la exposición que a esta correspondería realizar al año siguiente en el Museo Nacional de Bellas Artes, como parte del reconocimiento que le acababa de hacer el Consejo Nacional de las Artes Plásticas.
Lo que ni ellas ni nadie podían suponer entonces era lo dilatado que resultaría ese proceso por causa de una pandemia que, no obstante, posibilitó a la especialista estar cerca del indetenible y variado quehacer de Lesbia en el panorama de las artes visuales.
Ha sido un extenso viaje que llegará a su destino el próximo jueves 30 de septiembre, cuando en el tercer nivel del Edificio de Arte Cubano quede inaugurada Memoria, muestra que es resumen de una prolífica vida artística y resultado de una colaboración plena de respeto mutuo, cariño y admiración.
_En lo personal, cómo encaró Ud. participar de la curaduría de una exposición que ha de ser sumamente importante en la vida de quien es, ella misma, una reconocida curadora.
“En el entorno de las artes plásticas cubanas, Lesbia Vent Dumois es protagonista de una de las trayectorias artísticas más extensas y fructíferas. Su vínculo directo con el arte tiene sus inicios en 1949, cuando comenzó su aprendizaje en la Escuela Provincial de Artes Plásticas Leopoldo Romañach, de Santa Clara.
De manera que, cuando gana el Premio Nacional de Artes Plásticas y junto a ella empezamos a hacer lo que en Bellas Artes se conoce como la Coordinación Técnica de la exposición, ya constituía un reto, porque sabíamos que se trataba de lograr resumir cerca de 70 años de creación artística.
Hago un paréntesis para contarte que ella misma se sorprende cuando me escucha decir que fueron tantos años, pero es que ya en diciembre de 1958 Juan Sánchez publicó en la revista Azúcar el primer elogio a su buen hacer, en un artículo titulado: Lesbia, trópico y poesía: Semblanza de una joven pintora villareña.
Sin embargo, no puedo decirte que resultó difícil establecer los conceptos de esta exposición y fue menos difícil, primero que todo porque Lesbia ha sido su propia curadora para este proyecto. Desde los encuentros iniciales, ella tenía bien respondida la pregunta: ¿A qué va o por dónde va la exposición? Es decir, el concepto.
Con toda humildad puedo aseverarte que he tenido el privilegio de estar junto a ella en este camino que siento como un ejercicio de aprendizaje y retroalimentación constante, que se extiende a muchos campos, pero que ahora concentro en la práctica curatorial y también en el diseño museográfico.
Lesbia llegó a Casa de Las Américas en 1965, como secretaria de Mariano Rodríguez, y a cuenta de su valía, conocimientos, habilidades y sentido de pertenencia, fue asumiendo otras responsabilidades de mayor alcance; se fue convirtiendo en un cuadro profesional al servicio de la cultura continental y cubana.
Obviamente, también fue creciendo profesionalmente, se fue nutriendo de experiencias que le aportaron a su mundo como creadora, como curadora, museógrafa y como coordinadora de proyectos disimiles, sin todavía haber sido oficialmente nombrada para los cargos que luego fueron llegando, como el de estar al frente de la Dirección de Artes Plásticas, de 1980 a 1993 o, posteriormente, como curadora de la Colección Arte de Nuestra América Haydée Santamaría hasta 2003, etapa en la que se desempeñó como vicepresidenta de Casa y donde, también, se mantuvo organizando exposiciones.
Más tarde, de 2006 al 2008 fue directora de Villa Manuela, ocupando luego la presidencia de la Asociación de Artes Plásticas de la UNEAC, cargo que desempeña actualmente.
Por tanto, Lesbia ha estado durante toda su etapa como artista y como dirigente inmersa en otro campo de la creación a través de la practica curatorial, como museógrafa y también, como ella lo ha expresado varias veces, en actividades de las que nunca se habla: diseñando catálogos, libros, redactando textos de variados temas e intereses, escribiendo ensayos, como gestora de programas culturales, elaborando proyectos para presentar en distintos eventos…
Para que se tenga una idea de las grandes exposiciones desarrolladas en Cuba que han sido curadas por ella, baste referir las personales de Mariano Rodríguez, Alberto Korda y Alfredo Rostgaard, por solo mencionar algunas.
Pero también Lesbia ha sido su propia curadora. En su extenso itinerario artístico, en la gran cantidad de exposiciones personales relacionadas en su hoja curricular, ella ha preferido ser su propia curadora y museógrafa. Porque, si grande es como curadora, grande es también como museógrafa.
Entonces, cuando fuimos a resumir cuántas exposiciones ha curado Lesbia Vent Dumois, para sorpresa nuestra ella conserva con toda meticulosidad y celosamente cuidado un inventario de más de 300 curadurías. Con semejante trayectoria, en el año 2000 le otorgan el Premio Nacional de Curaduría por la obra de toda la vida.
Ahora te pregunto ¿era un reto? ¿es un reto? ¿sigue siendo un reto o un ejercicio de aprendizaje? Pues, las dos cosas. Entonces puedo confirmarte que estar a su lado en la preparación de la exposición por el Premio Nacional de las Artes Plásticas 2019, en representación del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, ha sido un privilegio que me ha dado la vida”.
_La obra de Lesbia Vent Dumois es extensa y variada. A grandes rasgos, con qué concepto curatorial se trabajó esta exposición.
“Cuando a Lesbia le dan el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2019, de inmediato diseña su propia exposición. Se plantea el concepto curatorial y el discurso que va a conducir su exposición. Incluso, estaba convencida de cuáles nuevas obras aportarían a su propuesta.
De tal manera, el concepto curatorial fluye en torno a una exposición antológica que, en primer lugar, propone un acercamiento a su mundo íntimo y profesional y en el segundo presenta ejemplos de géneros distintos, representativos de su incursión por el grabado, el dibujo, la pintura, el collage, esculturas blandas e instalaciones. Piezas estas con un fuerte componente de las habilidades manuales adquiridas por ella desde temprana edad y que cubren períodos fundamentales de su producción artística desde 1960 hasta el 2020. Es decir, posterior al otorgamiento del alto reconocimiento.
Con frecuencia, los artistas eligen el tipo y el concepto de exposición que prefieren. Algunos optan por una muestra antológica con lo producido hasta el momento del Premio y hay muchos otros, como el caso de ella, que eligen añadir obras nuevas a su producción anterior. También hay algunos que deciden mostrar una etapa o un tema puntual de su creación.
En el caso de Lesbia, la exposición lleva justamente el nombre de Memoria porque ese es el tema: es un recorrido por sus raíces, por sus afectos y por los principales temas tratados en su producción artística durante más de 60 años”.
_De lo que se infiere que en el conjunto hay piezas hechas especialmente para esta exposición.
“Te puedo decir que, de las casi 40 obras incluidas en la exposición, 14 fueron producidas entre el 2019 y el 2020; la mayoría en el 2020, en medio de la pandemia.
Pertenecen estas al conjunto dedicado a las mujeres, a las grandes féminas que se impusieron por su destreza, por su arrojo, por la defensa de sus derechos. Son dibujos de esas mujeres encerradas en unas cajas con tapa de cristal, junto a otros accesorios, trabajados gracias a las manos prodigiosas de Lesbia y donde encuentras siempre un detalle de acuerdo al perfil en el que se destacaron como, por ejemplo, el micrófono en el de Rita Montaner.
Así rinde homenaje también a la escritora Virginia Woolf, a la bailarina Isadora Duncan, a la pintora Frida Kahlo, a la multifacética Violeta Parra, a la pintora y poetisa Nahui Olin, a la fotógrafa y luchadora italiana Tina Modotti y a Lucía Jerez; un personaje de ficción y protagonista de Amistad funesta; notable y única novela de José Martí.
Las otras obras nuevas son las que pertenecen al conjunto de las frutas. Son esculturas blandas hechas con telas y otros materiales no convencionales, cuyas formas y texturas te ponen en contacto visual con esta fuente de sabores, como el caso de la guanábana, por ejemplo, una fruta que tiene bastante textura y Lesbia provoca al espectador para que perciba esa sensación”.
_Con independencia de una obra puramente artística y curatorial, Lesbia tiene una riquísima labor como fundadora y dirigente de instituciones culturales. ¿Se refleja esto en la exposición? ¿Cómo?
“En la exposición se puede apreciar un testimonio de su vida y de su obra desplegado en dos vitrinas en las que se grafican, de forma muy sintética, momentos relevantes de su existencia que comienzan con la niñez.
Ahí es donde comprendes la coherencia y los valores simbólicos inherentes al pensamiento curatorial, cuando la historia de su vida expresada en documentos, la mayoría de ellos en blanco y negro, se encuentra con las coloridas y dimensionadas frutas, como si del abrazo entre los orígenes y el presente se tratase.
Y, aunque de manera menos explícita que en los documentos, en toda la exposición se subrayan muchísimos códigos y mensajes, como la experiencia por ella acumulada como dirigente, como fundadora de instituciones, como esa persona que ha tejido un puente de amistad entre artistas, entre creadores de Cuba y de tantos países de casi todos los continentes.
Está la mujer que se conecta con la historia, con la naturaleza, con su entorno, con el barrio, con el hombre común, con el más sencillo. Está la jaranera de todos los días y de cada momento, la suspicacia de sus respuestas, la profundidad de su pensamiento, el valor que concede a los amigos, a la familia, a quienes han marcado su vida. Ese es el universo que ha circundado a Lesbia durante toda su vida. El universo del cual ella se ha nutrido desde la niñez hasta ahora, todo lo cual no dejará dudas al espectador de que está ante obras de una artista cubana.
Estoy convencida de que, si Lesbia puede exponer ahora sus grabados de los primeros años de la Revolución, es porque ella fue parte de los primeros años de la Revolución y fue parte activa como grabadora junto a Carmelo González y los demás artistas que se involucraron con la Asociación de Grabadores de Cuba, quienes ya en 1959 emitieron un comunicado en el que se ponían al servicio del proceso que se iniciaba. Eso está ahí, en sus grandes murales xilográficos tan poco comunes y conocidos.
Si están sus memorias familiares, es porque fue una gran hija, una gran hermana, es una abuela apasionada, porque ellos la acompañan. Si pudo dibujar a esas grandes mujeres de las que te hablé, es porque formaron parte de su cosmos; porque fueron paradigmas para ella y para el mundo.
Y si ha podido dedicar varias obras a José Martí, es porque ha sido una gran martiana y porque ha inculcado desde sus respectivas posiciones de dirección; como pedagoga o como creadora,el estudio de la obra y el pensamiento martianos.
Hay una conclusión sobre la que invito a reflexionar: en la obra de Lesbia Vent Dumois hay un gran didactismo, un mensaje, una fuerza, una enseñanza increíble. Pero, con la virtud de que al final encuentras una poética muy refrescante.
¿Por qué razón? Porque Lesbia es una artista que se ha ido superando, que se ha ido reinventando durante varias décadas. Justamente, encontrar al cierre de la exposición una instalación inédita, en la que dialogan frutas tropicales y poesía, tenotifica que estamos ante una mujer, ante una creadora que ha estado a su altura en la parte que le tocó vivir del siglo XX y ahora, en estas dos décadasdel siglo XXI. Una artista capaz de llevar su discurso y su experimentación hasta expresiones contemporáneas de las artes plásticas.
Solo una persona con la integridad de Lesbia y una artista con su imaginación y su talento puede llegar a la exposición del Premio con esta trayectoria, con estas memorias; pero también con estas novedades que, estoy segurísima, serán del gusto de quienes nos visiten dentro de poco”.
Deje un comentario