Para los que creen en la capacidad humana, para los que sueñan, para los que creen que un mundo mejor, aunque sea referido a una localidad, es posible y para los que se dan cuenta que para lograrlo hay que poner los pies en la tierra, pues nada grande se logra sin inteligencia y esfuerzo, está dirigida esta tercera parte. Es la intención deestimular a la reflexión de las enormes potencialidades que tienen los museos al servicio de la comunidad.
La primera parte de estos escritos estuvo dedicada a evidenciar la trascendencia social de los museos municipales y de los especializados en personalidades, o en sitios de excepcionales características en la historia de Cuba. Museos que en su mayoría están subordinados administrativamente a los gobiernos municipales.
Ello se consideró necesario pues poco se divulga de estas instituciones cultural-educativas que no tienenel reconocimiento social que merecen, a pesar de ser las portadoras de la identidad primaria, la local, de donde parte la identidad nacional.
Del total de 316 museos reconocidos en la web por el Directorio de Museos del Portal del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, unos 155 son municipales, sin sumar los provinciales (doce) y los muchos especializados de carácter local. Es decir, se está ante una fuerza masiva, distribuida a todo lo largo y ancho del archipiélago cubano, lo que ofrece una gran oportunidad para irradiar su influencia, tanto a los públicos nativos como a los foráneos.
Prácticamente, donde quiera que vaya un turista, ahí se encontrará la oportunidad de visitar un resumen de la cultura de las comunidades cubanas.
¿Tendrán eso valor educativo y económico? ¿Resultará interesante esta oportunidad en el futuro bloom del turismo? ¿Podrá tener valor como “atractor” de público, o lograrse que lo alcance?
Seguramente, valdrá la pena dedicarle pensamiento a evaluar todas las potencialidades del municipio, del país y de estas instituciones.
Ante esta realidad objetiva, las dos segundas partes (a y b) estuvieron dirigidas a evaluar si lascondiciones actuales de trabajo de estos museos están acorde con su significado cuantitativo,cualitativo y proyectivo. Y si hoy los museos están preparados para cumplir al máximo su misión de educar en valores y en conocimientos a la comunidad y de aceptar el reto del crecimiento impetuoso y espacialmente diversificado de la estrategia del desarrollo turístico que se va a llevar invariablemente a todos los rincones del país.
Ello es un objetivo en el desarrollo cubano, y eso ya no hay quien lo pare, por tanto es algo que todos deben prever y contribuir aceleradamente a su materialización.
Esta tercera parte, propone pensar en algunas ideas que podrían ayudar a hacer de estos museos instituciones de excelencias para el territorio, y en su conjunto, un paradigma nacional y mundial que debe formar parte importante de las estrategias de desarrollo local.
Batalla de ideas y batalla económica se imbrican en la búsqueda eterna e histórica para, como indicara el Primer Ministro cubano Manuel Marrero Cruz, desarrollar las potencialidades de los municipios y con ello del país y determinar las necesidades de la población.
Los museos a los que se hace principalmente referencia son ya una fuente de conocimientos y valores históricos, naturales y culturales, entre los que pueden especificarse: patrióticos, cívicos, artísticos, literarios, ecológicos, arqueológicos, etnológicos, arquitectónicos y más. ¿Estará tensada al máximo la generación de acciones, los encadenamientos, las visiones… para aprovechar todo ese rico y autóctono tesoro popular?
Los museos le ofrecen a la comunidad, es decir, a los vecinos, a las escuelas, a los círculos de abuelos, a los centros de producción y otros, de acuerdo a gustos e intereses, la ocasión de aprender y de mostrar, de intercambiar y de pasar un rato de entretenimiento agradable e instructivo. Ellos pudieran convertirse en un lugar cercano donde ir y pasar el tiempo al salir de casa.
Los museos tienen en su inmueble diversas colecciones que mostrar, algunas dentro y otras que pueden trasladarse fuera del museo, respetando el estricto código de manipulación y protección, pero además hay otras obras, casi siempre monumentales, que se encuentran en el barrio, en una esquina, en alguna cuadra o en un parque.¿Cuántas no hay de esas? ¡Miles!
Los museos tienen una contrapartida vital; la comunidad. Allí se encuentran todos los saberes; desde el académico, hasta, el no menos importante, hogareño o el artesano. Todos son fuente de aprendizaje para el trabajo museológico.
Existe una relación museo-comunidad en los dos sentidos y los dos enseñan y aprenden. Para los museólogos es vital percatarse de esta potencialidad y contar con los recursos para hacer de y con ella un libro abierto para el patrimonio.
Los museos municipales están también en las escuelas contribuyendo al estudio de la historia local, lo cual es un lineamiento oficial del sistema educativo cubano.
Y el hecho de estar, cada vez más, en diálogo con la comunidad, permite mejorar el resultado del trabajo y podría permitir ser una especie de centro de estudios de numerosas investigaciones sociales de las universidades y otros centros de investigación.
Los museólogos son además de educadores, investigadores. No solo en el estudio de las historias municipales, que les ha permitido tener unaparticipación protagónica en las comisiones territoriales creadas para estos fines y que en no pocas ocasiones han sido lideradas por los museos municipales. Los museos han investigado también las comunidades, las expresiones religiosas, los elementos significativos de la naturaleza, entre otros muchos temas y han aportado a la toma de decisiones en el territorio.
Historias y saberes que antes y después han continuado siendo investigadas por los museólogos. Historias que se narran desde los propios objetos patrimoniales que atesoran.
No son acaso los museos una rica fuente y facilitadores para que otras instituciones puedan desarrollar investigaciones en las ciencias sociales y naturales. Y como resultado de las mismas no pueden llevarse a cabo numerosas tesis de diferentes tipos y niveles académicos y científicos.
¿Cuántos libros de estudios por hacer, cuántosyacen en borradores deteriorándose y perdiéndose en los viejos archivos de los museos? Escrito quepudieran convertirse en libros para estudiar en las escuelas locales ¿Cuántos no pudiera venderse en Ferias y librerías con los más disímiles temas para los que siempre habrá interesados nacionales e internacionales?
¿Se explota lo suficiente estas escuelas de identidades? ¿Admitirá perfeccionamiento los resultados de hoy que con mucho esfuerzo se alcanzan?
Cuánto más se puede hacer para aprovechar lo que ofrece a la sociedad el patrimonio del territorio. Además del vínculo con la comunidad, a cuánto turismo nacional e internacional se puede atraer para visitar organizadamente los sitios y monumentos locales y nacionales. Hacer recorridos donde los museólogos, máximos conocedores de cada elemento patrimonial del territorio, puedan explicarlos al público y educar en sus valores.
Todas las provincias realizan los suyos, pero se puede poner el ejemplo de La Habana y sus más de 70 recorridos diseñados y utilizados que les han mostrado a la comunidad lo mucho que de patrimonio tiene su municipio. Las Rutas llamadas Arco iris, la primera realizada en 2007 que comenzara con la visita al sitio donde cayera José Antonio Echeverría, y posteriormente a la Universidad de La Habana, la Plaza Mella y terminar en la Quinta de los Molinos, a manera de ejemplo.
Y las muchas realizadas a otros lugares patrimoniales en todos los demás municipios de la Capital. Recorridos que a través de los años hanposibilitado que se hayan movilizado a través de sitios urbanos o no urbanos a más de 90 milpersonas de las comunidades de toda la provincia y algunos visitantes exógenos, en sus más de 3500 recorridos realizados, sin apenas promoción y salvo excepcionales ocasiones, sin medios de transporte.
Además del aporte en la formación de valores para la comunidad, si se piensa con mentalidad económica, no mercantilista, cuánto de ello no podría representar en ingresos para el museo, el municipio y el país, directa e indirectamente por los consumos y otros gastos asociados a la actividad turística nacional e internacional.
Hay que prepararse desde ahora. Hay que destrabar los mecanismos económicos actuales que no lo permiten, aunque en años atrás se haya intentado infructuosamente. Hay que liberar las fuerzas productivas.
El tema económico merece un programa a corto, mediano y largo plazo. Hoy existen pocas posibilidades y estímulos para que los museos generen ingresos, salvo el escaso aporte que emana de la visita al inmueble. Es importante que parte de los ingresos vayan a la cuenta del Museo para reinvertirlo creativamente en las condiciones de trabajo y otros estímulos.
América Latina tiene una historia, tan rica e interesante como Europa o más y, Cuba también tiene la suya, empezando por los efectos de la caída del gran asteroide en Yucatán hace 66 millones de años que provocó la extinción de incalculables especies de todo tipo en el mundo, entre ellas, la delos grandes reptiles.
En varias partes de Cuba hay huellas científicamente comprobadas de aquel evento; Cuba también posee la presencia de los aborígenes y su cultura; la existencia de excepcionales hombres, su paradigmática lucha, hasta los grandes logros científicos y culturales de la actualidad. Todo ello también tiene un atractivo mundial, mucho más allá del sol y las playas, algunas de la cuales, incluso, son sitios patrimoniales atendidos por los museos municipales.
¿No tendrá acaso similar emoción conocer la historia de la Zanja Real y su evolución? En las Rutas Arco iris hay ya ejemplos que lo demuestran. Acaso no es interesante conocer cómo se hacen las muñecas negras; o vibrar junto a las Parrandas de la zona central del país, o asistir a las Romerías de Mayo y su festividad religiosa en Holguín, o a la Torre de Iznaga en Santi Spíritus, o al cementerio de Colón, oa los Farallones de Moa de belleza mundial, o al Bosque Fósil de Najasa, o saborear el Quimbobó y el arroz a la marinera cubanos, o visitar la Finca Hurón Azul donde viviera Carlos Enríquez, pintor de la vanguardia cubana, y miles de elementos y eventos patrimoniales a exhibir, todos representativos de lo cubano, del orgullo de serlo, y por tanto, únicos en el mundo.
Cuántas sinergias, sistemas y subsistemas no pudieran integrarse para aprovechar las oportunidades de conocimiento que brindan los museos. O dicho con palabras actuales, cuántos encadenamientos productivos o educativos pudieran perfeccionarse, enriquecerse, ampliarse o crearse de cara a los inmensos retos ante las necesidades presentes y futuras.
Cuántos cursos más, cuántos talleres locales, nacionales o internacionales pueden organizarse.
Pero todo requiere pensamiento y voluntad de organización y planificación y eso lleva tiempo y recursos para prepararlo.
Hay que invertir, y hay que invertir también en la capacitación de los recursos humanos con la visión de excelencia, en cuadros de dirección y especialistas. Hay que invertir en condiciones de trabajo. Las inversiones en este campo no deben circunscribirse a oportunidades aleatorias, sino que deben formar parte explícita y oficial de lasestrategias de desarrollo local.
Y al hablar de capacitación hacia los cuadros, también debiera analizarse si hoy en las escuelas de formación de cuadros de dirección está contenido en su programa de estudio de forma suficiente la importancia ideológica y económica del patrimonio a escala nacional y local.
El país sigue construyendo hoteles a pesar de la situación de la pandemia, pues tiene “luz larga” preparándose para lo que será una realidad, la futura explosión del turismo hacia Cuba.
Entonces, no sería ocioso relacionar al museo con el desarrollo local. Después de alojar a los turistas, ¿a dónde llevarlos? ¿hay hoy suficientes y diversificados espacios a los cuales los turistas puedan ir, además de las, más o menos, grandes instituciones culturales, algún que otro proyecto local y los bares y cafeterías que han comenzado a pulular por doquier? No debe tomarse en cuenta que los que estudian ese mercado internacionalmente reconocen el vertiginoso crecimiento que ha tomadoel turismo cultural en el mundo.
Recién salió publicado en el Granma que como parte de ese pensamiento amplio y proyectivo se están construyendo en Pinar del Rio las dos primeras instalaciones de turismo local sostenible en Cuba.No es eso otra señal para el sistema de museos, si quiere estar a la altura y participar en las cercanas nuevas oportunidades.
Para todo ello también será imprescindible la buena comunicación y la divulgación, que debiera formar parte de un Programa general de Desarrollo para los museos municipales y especializados locales.
Los museos tienen también baile y pachanga, arte, literatura, naturaleza, luchas libertarias y sus hombres, sus costumbres y tradiciones, folclor, hechos históricos, ciencias, y lo mejor de las obrasque se han conservado de la historia de la sociedad cubana, todo lo cual es considerado patrimonio cultural y natural.
¿Podría pensarse que la institución museo es la institución cultural más integral? Historia, objetos, sitios, proceso de enseñanza-aprendizaje, amplia diversidad de saberes, centro de culturas, ideología, identidad y potencial aporte a la economía, son algunas de sus fortalezas y oportunidades.
La ciencia museológica que desarrolla el museo es un privilegiado nicho socio-ecológico para saber qué fuimos, qué y por qué somos así y qué queremos ser y también reclama estar a la altura de los nuevos tiempos y sus estímulos.
En fin, se requerirá del amplio intercambio entre todos los actores para las sistemáticas y adecuadas proyección y evaluación cuanti y cualitativas del mencionado Programa, si en realidad se quieren conocer y liberar todas las potencialidades contenidas en el sistema museológico.
Hay otros aspectos que también pudieran ser tratados, pero ellos saldrán fácilmente a luz si el minucioso y desprejuiciado análisis que se sugiere se realiza.
Entonces, se podrá decir que más temprano que tarde se han abierto las grandes alamedas que liberan las fuerzas museológicas donde quiera que existan para beneficio del patrimonio, la comunidad, la local y la grande, Cuba.
Hay que estudiar y aplicar de forma rigurosa todos los lineamientos del 8vo Congreso del PCC, y desarrollar todos aquellos donde el museo pueda contribuir a enriquecer al desarrollo social y económico.
Hay que materializar la cultura del detalle con pasión de excelencia.
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