Tres buenas nuevas del humor gráfico cubano / Por J. Ángel Téllez Villalón

Con distintos orígenes, actores e instituciones participantes, estas tres buenas nuevas sobre el humor gráfico cubano al menos informan de la resiliencia de sus cultivadores. Los que, como yo, en un ecosistema tan poco propicio para la esperanza, vemos en estos rayitos noticiosos calor suficiente para incubar huevos de Ave Fénix.

La primera la pude constatar al hojear los cinco primeros número de la 4ta época de la Revista Cuba Socialista, luego de su presentación en la Casa del Alba Cultural, durante el capítulo habanero de la XXVII Feria Internacional del Libro. El director, Enrique Ubieta —quien ya había demostrado la estimación por esta manifestación del arte visual con la inclusión de “La Ubre” en La Calle del Medio— comentó que a partir del segundo número se le había encargado al reconocido caricaturista Arístides Hernández (Ares), la selección de las obras para una sección de la revista.

En el primer número, presentado durante el VII Congreso del PCC y temáticamente centrado en un recorrido por el pensamiento revolucionario, se observa consecuentemente una especie de recorrido por la historia de la gráfica editorial en la Isla. Complementando los primeros textos aparecen las autocaricaturas de José Martí y la crítica viñeta del asesino Valeriano Weyler de la firma de Feliciano Ybáñez (Ybáñez), publicadas en 1897 en Cacarajícara, el suplemento del periódico Patria. Se destacan, por supuesto, las creaciones de Ricardo de la Torriente (Torriente) —creador del personaje Liborio—, con sus emblemáticas descripciones de la neocolonización yanqui. Además, se incluyeron estampas de Ramón Arroyo Cisneros (Arroyito), Rafael Fornés Collado (Fornés), Luis Wilson (Wilson) y Tomás Rodríguez Zayas (Tomy). En un devenir como este se extrañan personajes tan representativos como El Bobo, El Loquito y El Barbudo, de los imprescindibles Eduardo Abela y René de la Nuez.

En el número siguiente, dedicado al cumpleaños 90 de Fidel Castro y a la ofensiva imperialista en América Latina, se complementa en la sección “Humor Gráfico” con los esclarecedores discursos visuales del multipremiado Ares.

El tercer número, que se editaba cuando nos sorprendió la noticia de la desaparición física del Comandante en Jefe, acoge un homenaje grafico al líder. Para esta retrospectiva fueron seleccionadas obras de Juan David, 1957; Prohías, 1957; Chago, 1958; Luaces, 1959, Fornés, 1959, Massaguer, 1960; Arístides, 1997; H. Nordelo, 2003; Ares, 2012; Falco, 2016 y Osval, 2016. Como contraportada de esta edición, aparece el cartel de Eladio Rivadulla (1959) que sirve de célula al Cuba postcastro del encargado de la sección.

Para la cuarta propuesta de Cuba Socialista, Ares seleccionó las siempre urgentes y actualizables creaciones del hijo ilustre de Barajagua, Tomy. De Alfredo Martirena Hernández (Martirena), son las 14 obras que ocupan las páginas centrales de la última edición presentada, son concisas reseñas gráficas de las más acuciantes problemáticas que afectan a nuestra especie. Obras suyas ilustran otros textos de este número.

La segunda y más emotiva de las noticias fue la entrega del Premio Nacional de Periodismo José Martí al caricaturista, historietista, y periodista palantero Francisco Blanco (Blanquito). El creador de las entrañables tiras cómicas “Ay Vecinos”, historietas con un diseño minimalista, pero con un sutil y poético reflejo de “lo más significativo y lo más cotidiano de la sociedad cubana, aquello que nos arranca una risa y a la vez nos moviliza un pensamiento reflexivo”, como fundamentó el jurado. El que además destacó de su brillante trayectoria, su vasta obra “plasmada en caricaturas editoriales y de personalidades, 29 exposiciones, 22 libros, diseños gráficos, dibujos e ilustraciones en publicaciones y por lo menos 40 premios en concursos, salones y bienales”. (1)

Blanquito posee unos 50 premios nacionales e internacionales como humorista gráfico. Fue fundador y editor de las revistas de historietas Cómicos, Pablo y Mi Barrio. Entre sus libros podemos mencionar: Pequeño mataburros humorísticos ilustrado, El Caballero de París, La leyenda que camina, Bolívar en Martí y 5 años, 5 meses y 5 días.

En la misma ceremonia (2) de entrega del más alto reconocimiento que concede la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba (UPEC), realizada el pasado 14 de marzo en el Memorial José Martí, se entregaron los Premios Nacionales de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año, en las categorías de Prensa Escrita, Radio, Televisión, Gráfica y Digital. En la categoría de Gráfica fue reconocido quien es —en mi modesta opinión—, uno de los más incisivos y pertinentes periodistas gráficos del país, el avileño Osvaldo Gutiérrez Gómez (Osval). Un genial caricaturista que se dedica y gana el pan con la fotografía periodística.

La tercera nueva impactará en los creadores como en el público que consume tanto el humor gráfico como el escrito. Me sorprendió en la portada del otrora semanario Palante: “De plácemes estarán los fieles seguidores de la publicación porque a partir de este mes de enero se triplica la tirada y se duplica la frecuencia de salida. A los amarga´os les aconsejamos que se atiendan el hígado, porque serán 150 mil ejemplares, que llegarán cada 15 días a los estanquillos”

En Palante, publicación de la que fue director durante 15 años Blanquito, han aparecido trabajos de muchos de los anteriormente mencionados. La portada de su primer número en 1961, con una graciosa estampilla de Wilson, aparece en el primer capítulo de esta cuarta “temporada” de la fundada por Fidel Cuba Socialista.

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