Tulipa, de Manuel Octavio Gómez testimonio del circo en Cuba


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El cinco de julio del año 1966 culminó el rodaje del filme Tulipa, de  Manuel Octavio Gómez cuyo guion está basado en la pieza dramatúrgica Recuerdos de Tulipa (1961), del escritor cubano Manuel Reguera Saumell, una comedia dramática en tres actos,   la de mayor éxito desde su estreno para su autor.

Manuel Octavio Gómez Martínez de la Hidalga (La Habana, 1934-1988), cineasta y periodista, al  triunfo de la Revolución se incorporó a la Sección Fílmica de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde y se desempeñó  como asistente de dirección en varios documentales y en  Historias de la Revolución (1960), del cineasta Tomás Gutiérrez Alea y fue uno de los primeros directores del ICAIC en dirigir largometrajes de ficción.

Gómez llevó al celuloide piezas dramáticas, obras literarias, hechos históricos y temas contemporáneos. Entre sus largos de ficción destacan    La primera carga al machete (1969);  Los días del agua (1971);   Ustedes tienen la palabra (1973);   Una mujer, un hombre, una ciudad (1978); Patakín (1982);  El señor Presidente (1983)  y  Gallego (1987).

Tulipa, con una duración de 93 minutos, se estrenó el 19 de octubre de 1967  en el cine América de La Habana; el guion fue también de Manuel Octavio Gómez  con la colaboración del camagüeyano  Manuel Reguera Saumell, quien se encargó de reescribir los diálogos,  y  contó con la producción general de Miguel Mendoza; dirección de fotografía de Jorge Herrera; edición de Nelson Rodríguez, y sonido de Eugenio Vesa Figueras, Adalberto Jiménez y Ricardo Istueta.

De un elenco de mucho crédito dispuso Tulipa, siendo el  nivel alcanzado en las actuaciones uno de sus mayores aciertos; en el protagónico Idalia Anreus, que   había estrenado como tal la pieza teatral en la Sala Arlequín en 1962; junto a ella  los ya en el momento grandes actores  Omar Valdés (Cheo),    Alejandro Lugo, (Ruperto) Teté Vergara, (la mujer barbuda),  Alicia Bustamante y José Antonio Rodríguez, y una novata Daisy Granados, en el personaje de Beba, que  dejó vislumbrar su futuro venturoso en la actuación.

La conocida como «Reina del espectáculo solo para caballeros», es una veterana exótica bailarina nudista del circo ambulante «Ruperto y sobrino», compañía de «mala muerte»; en la década del 50 del siglo pasado, llega el momento de ser reemplazada por Beba, una joven rumbera; debe, por tanto, enseñar las características de   la faena a su sustituta   que le recuerda su pasada juventud.

La protagonista lucha por mantener sus valores de ser humano, pero pretende hacerlo con dignidad dentro de circunstancias nada favorables; ella transmite a Beba sus amargas experiencias para hacerla desistir y que su vida no sea igual a la de ella.

El director, que había entablado amistad con el creador de Recuerdos de Tulipa años atrás, le propuso a este no hacer una adaptación fiel a la obra, pero sí respetar el argumento original, a partir del cual lograron lo que se ha  considerado un  guion original que mantiene el tema de la lucha de la protagonista por vivir con dignidad y mantener sus valores como ser humano.

Al respecto el cineasta expresó:   «Partir de una obra teatral y que no resultara teatro filmado, tratando de mantener sus valores y, al mismo tiempo, inculcarle conceptos propios».

Se añadieron escenas y subtramas que enriquecen la obra, a la que se le hicieron algunos cambios, entre estos el final, pues   la pieza dramática concluye cuando la protagonista y Beba están recogiendo sus cosas para marcharse del circo, lo cual no ocurre en la cinta, ajuste que defendió en su momento Gómez:

«Si Beba, el personaje que deviene en sustituta de Tulipa, aceptaba al final abandonar el circo, me atenuaba el desgarramiento del personaje central, el drama de su soledad, de la frustración de sus ideales, de su dignidad llevada a la enajenación, que era para mí el tema eje, el que mueve todo el argumento y el que quería destacar en el filme».

A pesar de no ser un calco del texto original, Tulipa sí conserva y refuerza los elementos del ambiente circense, para lo cual el director desarrolló una gran labor de investigación , al igual que el reparto y el equipo de realización, los cuales, visitaron con frecuencia varias de las carpas que existían en la isla en los momentos previos al rodaje e intercambiaron con los particulares artistas para conocer información técnica y general, la vida de los cirqueros, sus costumbres, modos de pensar, maneras de comportarse, de hablar, anécdotas, y sus sueños y frustraciones.

Gómez, durante más de un mes y medio   acompañó en su itinerario a varios circos y en algunas ocasiones permaneció con el mismo circo durante varios días; con vistas a tributar a la  autenticidad y naturalidad del filme, seleccionó a los payasos, acróbatas y músicos que intervienen en la película de los circos Hermanos Montalvo y Hermanos Moreno.

Por otra parte, y muy importante, se construyeron carpas propias, que eran montadas y desmontadas durante los rodajes, en locaciones y pueblos de las tres provincias occidentales, y para algunas escenas se realizaron funciones con público real, como la que abre el filme y la de la escenificación del sainete.

La cinta tiene el mérito de haber reconstruido una época y de haber captado el ambiente peculiar de los circos ambulantes cubanos, con su magia y sus desventuras; en tanto serio testimonio, constituye un aporte notable a la memoria e historia de este arte a veces menospreciado.

 


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