Un escritor cubano nacido en España


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Pues sí señor,  me refiero nada menos que a Alfonso Hernández Catá.

¿Sabe usted por qué es cubano nacido en España?

¿Además, sabía usted que fue el más importante narrador cubano  de la primera mitad del Siglo pasado?

 Muchos cubanos  jóvenes  según me han dicho,  no han oído hablar de él, razón más que suficiente  para contarles de esta figura de la intelectualidad cubana de todos los tiempos.

Nació Alfonso  en el año de 1885, un 25 de junio en una villa de Salamanca, España.  Su padre un oficial del Ejército Español y su madre una cubana de familia independentista.  A los pocos meses de nacido lo trajeron a Santiago de Cuba. Vivió 16 años  en Cuba y regresó a España. Una etapa de su vida que él mismo narra  en un cuento.

Algo que siempre me llamó la atención fue el hecho  que con sólo 20 años, fue citado en la Antología lírica La corte de los poetas publicada en Madrid en 1905.

A los 22 años volvió a Cuba y ahora a la Habana.  Cuentan que ya estudiaba idiomas,  psicología  y había traducido algunos libros. 

En nuestra ciudad,  fue lector de tabaquería  y a lo largo de la vida  se relacionó con muchos intelectuales cubanos que llegaron a admirarlo. Marinello, Roig, Villena, y otros lo distinguieron  mucho. Combatió al tirano Machado, fue siempre  contra todo lo que quisiera dañar  la Patria. Fue  diplomático por Cuba  en otros lugares del mundo,  hasta el último momento de su vida.

Mantuvo siempre una interesante comunicación epistolar con sus amigos en nuestra tierra, José Antonio Ramos,  Max Henríquez  Ureña, Chacón y Calvo,  juntos todos   en un numeroso grupo de la primera generación republicana. 

Siempre recuerdo, cuando me acerco a  algunos de sus más impactantes  cuentos nada menos que a  Horacio Quiroga y a la vida y obra del extraordinario uruguayo.

El gran mexicano Don Alfonso Reyes,  nunca olvidó  esa  frase cuando dijo,   que quién en Cuba no conoce a Don Alfonso,  en aquella oportunidad en que Reyes comentó libros cubanos y en el caso preciso y  nada menos  que el  libro  titulado La casa de las fieras.     

Es importante que usted sepa estimado lector, que la obra de Hernández Catá es muy diversa,   a pesar de su corta vida. Yo recuerdo que por primera vez supe de él, en ocasión del accidente de aviación que le costó la muerte. Fue  un 8 de noviembre de 1940.  Lo supe de boca de mi padre. El desastre aéreo fue en Brasil, cuando solo tenía 55 años de edad.

Realizó importantes trabajos investigativos, de periodismo en muchos medios de prensa que había en el país,  de teatro, en la zarzuela, trabajos  de promoción  cultural en ocasión de su diplomacia,  pero realmente fue en la narración, donde recibió el mayor de los elogios. En la novela corta fue un verdadero experto. Ahora bien,  lo mejor de su obra está en sus Cuentos.

 Se dice que más o menos en total escribió muchos relatos y alrededor de 50 novelas. En Manicomio se encuentran recogidos sus mejores cuentos de locura. No dejen de leer Cayetano el Informal.

A partir de su desaparición física  se estableció en Cuba, en reconocimiento a su obra, ¡El Premio  Nacional  de Cuento Hernández Catá! , que por cierto,  ganó un grupo de importantes narradores cubanos. Lo interesante de este Concurso  fue que el género se mantuvo activo en nuestro país.

En este momento  les digo,  que una de las cosas que me impresionó mucho del destacado escritor,  fue su atención desmedida a la obra martiana. Desde 1923 que supe   escribió en el Fígaro el artículo titulado La Sombra de Martí, su otra gran tarea fue la  de  transcribir los manuscritos de nuestro Héroe y su libro Mitología de Martí,  lo sentí tan cubano como nuestra palmas.

 Uno de los cuentos más antologados de Hernández Catá es «Don Cayetano el informal», debido a la temática cubana y martiana que lo caracteriza

Sus acciones para publicar en Brasil un tomo de Páginas Escogidas de Martí con su prólogo y en portugués,  es sin dudas un gesto promocional admirable.

Así que ahí tiene Ud.  la respuesta. Nunca me importó si había sido por el otorgamiento de la  nacionalidad cubana, sólo me interesó su verdadera  condición de martiano revolucionario. Nunca olvido cuando leí que se unió a los universitarios en tiempos de Machado.

En honor a la vida y obra de Hernández Catá, tanto Gabriela Mistral como Stefan Zweig el narrador austriaco que Alfonso tanto admiraba, le rindieron en Brasil los honores fúnebres correspondientes.

 

 


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