El programa de televisión De la gran escena del pasado jueves 17 de noviembre se dedicó, según sus presentadores, al aniversario 497 de la fundación de La Habana.
No sé si otros televidentes habrán pensado lo mismo que yo, o sea, que el contenido de la programación de ese día estaría dedicado a la homenajeada ciudad.
Confieso que esperaba que todo el programa de esa noche tuviera que ver con la ciudad. Sin embargo, tras una apertura con el Conjunto Folklórico Nacional que concluía con una conga dedicada a La Habana, el resto de la presentación fue ajena a lo anunciado.
Una canción mexicana cantada por un mexicano y un brasileño, una canción estadounidense cantada por una cantante de ese país, una canción española cantada por una española y, finalmente, nuestra Orquesta Sinfónica Nacional interpretando el fragmento final de una obra rusa. No discuto los valores de los intérpretes presentados, sino la ausencia de relación entre el anunciado propósito del programa de esa noche y lo que se transmitió.
Muchos poetas cubanos se han inspirado en La Habana, al igual que muchos compositores. Hay canciones dedicadas a la ciudad que se hicieron famosas en distintas épocas. Hay personajes literarios de la ciudad que fueron llevados al teatro lírico por grandes maestros cubanos de ese género.
La ocasión era propicia para música de Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona, Rodrigo Prats, por ejemplo. Desde Los Zafiros hasta Gerardo Alfonso y otros tantos, existen grabaciones de canciones dedicadas a La Habana.
También coreografías danzarias, como El solar, de Alberto Alonso, que son emblemáticas.
En fin, sería larga la lista de posibilidades, incluyendo a nuestros artistas plásticos, digamos René Portocarrero con alguna de sus representaciones de nuestra ciudad.
Si contamos con un patrimonio artístico de tanta calidad y reconocimiento mundial, ¿por qué no acudir a él?
La ocasión no era otra de tantas y debió estar dedicada por entero a La Habana, sin excluir artistas extranjeros que hubieran hecho algo dedicado a la ciudad.
Un homenaje es una ocasión especial y no debe ser un programa más.
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