Los cubanos y cubanas tenemos la oportunidad de homenajear a Martí. Se encuentra abierta la convocatoria al Premio de la Crítica Martiana Cintio Vitier, con el que los interesados honran al Apóstol con estudios publicados acerca de su vida y obra, tanto desde la arista investigativa como de divulgación.
Pero también rendimos homenaje a otro Maestro: Cintio Vitier; bajo su nombre estamos invocando a un martiano de espíritu y de palabra. Para la que escribe es, sin duda, uno de los mejores ejemplos que ilustra la conexión entre un maestro y su discípulo. El Apóstol fue para Cintio, el oráculo perfecto.
Y es por eso que hace algunos años el Centro de Estudios Martianos tuvo la atinada idea de crear este concurso. En el pasado mes de septiembre se presentó la convocatoria a la nueva edición, a propósito de un nuevo aniversario del natalicio de Cintio, quien aún se siente en su lento caminar por la morada donde vivió el hijo de Martí, en el Vedado habanero y en la que se mantuvo trabajando hasta su fallecimiento.
Decía Cintio en una entrevista* hace unos años: “Yo pido a los cubanos que no lean a Martí convertido en consignas, en cintillos, en frases sueltas. Tenemos que hacerlo esperando sorpresas, que estas siempre están ahí.” Y tras esas sorpresas es que el concurso es bien recibido en cada una de sus salidas, pues se convierte en una nueva oportunidad para difundir la vida y obra del más universal de los cubanos y así nos convoca su discípulo porque hay una razón mayor: es imposible agotar “la mina sin acabamiento” que es José Martí.
Investigadores consagrados y estudiosos del pensamiento martiano han tenido la oportunidad con este certamen de que su obra sea reconocida. Es el caso de la ensayista María Antonia Borroto, quien con el texto Palpitación de lo diario. Un costumbrista llamado José Martí, propone un acercamiento al Héroe Nacional en su faceta de escritor costumbrista, excelente testimoniante de cuanto observa en la vida de la gente común, las maneras y la forma de vestir. En otra ocasión, los investigadores María Caridad Pacheco González y Rigoberto Pupo Pupo, lograron el premio con la monografía “José Martí: la educación como formación humana”, un estudio en el que se insiste ver la “instrucción del pensamiento” y la “dirección de los sentimientos”, como fundamentos martianos a través del cual se cultiva el hombre y se prepara para la vida. Por su parte la investigadora y periodista Mayra Beatriz Martínez Díaz con su trabajo “Las no-ciudadano entre la funcionalidad y la inconveniencia”, ensayo introductorio en: José Martí: “Tu frente por sobre mi frente loca”. Percepciones inquietantes de mujer, nos permite dialogar y familiarizarnos con los diversos arquetipos femeninos martianos y poder ejercer sobre ellos una mirada evaluativa imparcial sobre el tema y, por último, la presencia joven en el concurso marcada en una de las emisiones a través de David Leyva González con su artículo “El ángel-diablo de la literatura cubana”, en el que se hace un interesante análisis sobre la estéticacultural e intelectual de las figuras de José Martí y de Virgilio Piñera, paradigmas del cubano y de nuestra identidad.
Pienso que es un premio joven todavía, pero se ha asomado al mundo con la misma aureola de la ensayística de Cintio, excelentemente descrita por la doctora Carmen Suárez León al caracterizar su ensayismo martiano:
(…) son textos sinceros y únicos que parten de lo más profundo de la propia e individual aventura existencial de cada uno de ellos. Puedes estar de acuerdo o no con uno u otro postulado, pero siempre sentirás el impacto profundo y el respeto que merecen las obras que nacen del fondo del ser mismo que las crea. Todo texto que merezca el nombre de ensayo puede partir de otras muchas poéticas, de otros muchos métodos críticos, de infinitas y diversas vivencias personales, pero la pasión, la honradez, la escritura limpia y trabajada, la originalidad creativa son sus ingredientes constituitivos y los convierte en paradigma.**
Esperemos que con esta nueva convocatoria los resultados sean similares o mejores. Sobre todo, que los jóvenes tengan una nueva vía para trasmitir la esencia de los textos martianos con la misma sagacidad con que viven su tiempo.
Para los interesados reproducimos las bases de la convocatoria al Premio de la Crítica Martiana Cintio Vitier:
Podrán participar autores cubanos con trabajos publicados en el país o el exterior. Los que opten por el premio en el género de Ensayo de Investigación, deben tener una extensión no menor de 60 páginas y el mejor recibirá cinco mil pesos moneda nacional y diploma.
En el género de Artículo la extensión mínima de cada trabajo debe ser de tres páginas y el de mayor calidad será galardonado con quinientos pesos, moneda nacional y diploma.
En ambas modalidades deben presentarse tres ejemplares en original o fotocopias de los textos que se envían al concurso, donde se hará constar la editorial o publicación periódica en que se dio a conocer. Podrán concursar trabajos publicados desde el primero de enero de 2013 al 31 de diciembre del año actual.
El plazo de admisión de las obras vence el primero de abril de 2015 y la premiación será en el Centro de Estudios Martianos, durante el acto por el aniversario 94 del natalicio de Cintio Vitier, el 25 de septiembre de 2015. El jurado otorgará las menciones que considere necesarias, a las que se entregarán diplomas de reconocimiento.
Se admitirán textos que hayan aparecido en medios digitales y siempre debe ponerse la fecha en que apareció y es necesario entregar impresa la imagen digital del texto en la publicación digital.
Los trabajos deben enviarse a: Premio de la Crítica Martiana Cintio Vitier. Centro de Estudios Martianos. Calle Calzada, Nº 807, esquina a Cuatro. El Vedado. La Habana. Código Postal 10 400.
*Cintio Vitier: “Martí no exageró cuando vio en EE. UU. El peligro para nuestra Amperica.” En http://www.cubadebate.cu/especiales/2009/10/02/marti-no-exagero-cuando-vio-en-eeuu-el-peligro-mayor-para-nuestra-america/#.VFfSDyguhxA
**Carmen Suárez León: “Ensayismo martiano de Cintio y Fina”, en Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, no. 28, 2005, p. 197.
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