Una balada para Vicente Revuelta y Bertolt Brecht / Por: Beatriz Albert Pino


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Balada del pobre BB ha sido, en este Festival, una de las obras más aclamadas. Tres días de funciones en la Sala Llauradó no bastaron para que muchos amantes del teatro brechtiano quedaran esperando en largas filas por una butaca a sala llena. Y es que Balada…, dirigida por el actor y profesor del Instituto Superior de Arte (ISA), Alexis Díaz de Villegas, atrae por su contemporaneidad aun cuando toma como base para la obra textos del gran Bertolt Brecht como El mendigo o el perro muerto. Es sin dudas el teatro de Brecht lo que impulsa al director y lo que se percibe con Balada..., pero es también el teatro de uno de los grandes maestros y actores de la escena cubana, Vicente Revuelta.

“Sinopsis: Un grupo de actores dialoga desde nuestra contemporaneidad, con la guerra, la miseria, la maternidad, el dinero, la vida en general, a través de textos de Brecht, donde prestan sus cuerpos para ser emperadores, mendigos, campesinos madres e hijos, filósofos y putas en un campo de exploración conformado por la historia y el mundo y, por supuesto, el teatro”.

Un elenco fresco, joven, acompaña a Alexis en Balada… Una banda sonora meticulosamente seleccionada también se une a la perfecta armonía. Es todo un deleite este pobre BB y el Periódico Cubarte tuvo la oportunidad de conversar con su director y también actor.

¿Cómo surge la idea de una puesta en escena como esta?

La obra nació en el ISA. Yo era el profesor de la mayoría de las personas (estudiantes) que inicialmente estuvieron como actores en el espectáculo, el cual fue en ese momento un ejercicio de graduación. Fue también un semestre donde teníamos que trabajar el teatro universal y yo decidí que en vez de elegir un texto “x” y montarlo, estudiáramos a un autor y sus técnicas de trabajo. Así decidimos escoger textos de Bertolt y todos sus principios en el teatro, sobre todo el de crear la no identificación del espectador con lo que está ocurriendo y a partir de ahí crear como un punto de reflexión.

¿Qué proceso llevó montar Balada…?

La obra parte de un poema con el que comparte título: Balada del pobre BB. A partir de ahí empezamos a buscar canciones  que tuvieran que ver con la estructura original de balada, más dada a la poesía que como al género moderno que conocemos hoy. Desde ese concepto empezamos a buscar canciones de Brecht y Cobain.

Brecht concebía a las canciones como un efecto de distanciamiento que podían contar lo que iba a pasar después en una escena o interrumpían la acción dramática para contar de una forma más jocosa. Todo esto lo mezclamos con su pequeño texto El mendigo o el perro muerto, obra que está fragmentada en tres partes, dentro de nuestro espectáculo y que da el hilo conductor a toda la puesta.

En cuanto a la banda sonora…

Hay canciones de la Ópera de los tres centavos,  Ascensión y caída de la ciudad de Mahagoni, hay poemas de Brecht, dos en específico que fueron construidos en momentos diferentes y que unimos para conformar la escena que tenemos con una madre y su hijo; encontramos también La canción de la rueda hidráulica y el monólogo Los fusiles de Madre Carrar .

En general todo responde a una estructura muy brechtiana, muy fragmentada. Son pequeñas escenas que son independientes que a la vez tienen conexión pero las puedes mover y organizarla de una manera distinta cada noche.

Dijiste una vez que este es un homenaje a Vicente Revuelta…

Sí. La primera vez que profundicé sobre Brecht fue con Vicente, aquí mismo, en este lugar (Sala Llauradó), en la década de los 90. Con esa obra montada se celebró un aniversario de Teatro Estudio.

Trabajamos con este mismo texto de El mendigo… e hicimos algo muy parecido a lo que tenemos hoy con cosas del dramaturgo alemán. Había un poeta trabajando con nosotros en ese entonces, Omar Pérez, y montamos con muchas de sus creaciones.

Cuando estuve frente a la docencia de los alumnos, años más tarde, recuperé del montaje el texto que mencioné antes, el poema que nombra a nuestra obra y El coral del gran Baal, poema que en aquellos primeros pasos con Vicente, funcionaba de una forma que este lo leyera y yo, según lo recibía, iba haciendo una estructura física de la que los músicos se apropiaban para sus interpretaciones. Funcionaba todo de tal forma que yo me alimentaba de la voz de Vicente y los músicos lo hacían de mis movimientos.

Traspasé a la obra actual lo que yo recordaba de esa estructura, de la pauta física que había hecho en aquel entonces.

Desde el concepto de Jerzy Grotowski que decía: "nosotros somos dos, el pájaro que mira y el pájaro que picotea, uno vivirá, otro morirá". Vicente decía que en la enseñanza él dividía eso mismo en el actor que sería el pájaro que picotea y el observador, el pájaro que mira. En algún momento de la enseñanza del aprendizaje el actor llegaría también a mirar.     

Tras la graduación de los estudiantes del ISA que protagonizaron Balada… como ejercicio académico, ellos mismos me pidieron hacer un montaje más acabado, con mayor discurso y coherencia. Este es el resultado final, el que hoy, con mucha satisfacción vemos cómo lo ha recibido el espectador en el Festival.

 

Publicado: 27 de octubre de 2017.

 

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