Los intercambios culturales entre Cuba y México duran más que un bolero. Por eso el patrimonio común entre ambas naciones merece ser estudiado con rigor y para todos los tiempos.
Un imán hace posible las atracciones mutuas. Buen ejemplo para ilustrarlo puede ser la vida del galerista mexicano Norman Bardavid Nissim, quien en el año 2005 inició sus viajes a Cuba, donde no dejó de comprar arte como siempre lo hacía alrededor de mundo. Pero él fue más allá de eso, pues algo de la Isla le hizo cambiar su rutina.
¿Qué es lo que hace que sus emociones empiecen a buscar sustentos en Cuba?
Lo que más me atrapó de Cuba fueron sus artistas, sus fidelidades al paisaje físico y también al social; la genialidad con que todavía hoy saben enmascarar carencias de todo tipo, entre ellas las de materiales para pintar. Y en aquel entonces, cuando empezaba el siglo XX, me resultó asombrosa la desinformación que todos tenían sobre el mercado del arte, tanto instituciones como creadores.
“Cuba, en aquellos tiempos, estaba desconectada de los circuitos latinoamericanos, con la excepción de la Bienal de La Habana que, si bien no es una feria, servía de lugar de encuentro de diferentes culturas y todavía hoy continúa siendo un pretexto para enterarnos de cómo funcionan las producciones artísticas dentro de la Isla”.
“Desde el primer viaje yo decidí ser un asiduo de la realidad cubana. Decidí viajar con mayor frecuencia y estudiar, salirme del camino de los turistas. Tampoco quería ser ese coleccionista efímero que aparecía un jueves en los estudios y talleres de la Habana Vieja a comprar arte para luego revender en galerías de México y Estados Unidos”.
¿Cómo se inserta en la impronta cultural cubana?
Empecé a trabajar con un colectivo de artistas cubanos. De ellos, casi todos vendían sus pinturas de manera individual en plazas y ferias. En su mayoría eran egresados del sistema de enseñanza artística cubana, que es una de las mejores del mundo. En la academia cubana se aprecia la influencia de las escuelas española y europea, acompañada de la modernidad americana junto a ese rigor de los profesores rusos que llegaron en las últimas décadas a compartir su pedagogía.
Yo elegí a treinta y siete artistas emergentes, fotógrafos y pintores. Cada uno se fue revelando en su lenguaje propio, con sus inquietudes y estilos. Me di cuenta de que ellos eran parte de un movimiento sin tener conciencia de ello.
¿Cuándo participa por vez primera en un evento en Cuba?
En mis múltiples viajes los artistas comenzaron a conocerse entre sí. Poco a poco el grupo se decantó. Los fotógrafos, inicialmente incluidos, tomaron otros rumbos; y quedó un grupo de once pintores, bautizado como el movimiento Revelación.
Fuimos invitados a la Décima Bienal de La Habana, y como parte de su programa el 21 de marzo del 2009 inauguramos nuestra primera exposición colectiva en la galería Fernando Boada. También realizamos una conferencia de prensa en la Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez, de la Habana Vieja; y presentamos el proyecto artístico Revelación en el Hotel Florida, con la presentación del primer libro Revelación. Once artistas plásticos cubanos en el siglo XXI.
De ese momento se aprecia una intención de legitimar la incipiente colección de artistas cubanos que, si bien eran poco conocidos, no dejaban de ser virtuosos en cada uno de sus estilos ya muy propios. La Galería 10/10, de la cual usted es fundador y dueño en la Ciudad de México, incorpora nuevas hazañas a su desempeño al diseñar una estrategia de publicaciones especializadas y exhibiciones de arte cubano en la nación azteca.
Primero fue una muestra, en un lugar sagrado para el patrimonio de la nación cubana: el Hotel Nacional de Cuba. Y en septiembre del 2010 inauguramos allí la exposición que presentaba al proyecto artístico Revelación. También presentamos el libro.
¿Y cuándo llega la etapa de México?
Comenzando el 2011, en el Museo Nacional de Arte de México, se inicia el recorrido por museos en México. Fue la carta de presentación para la sociedad mexicana, la cual fue muy bien recibida. No nos corresponde a nosotros dar una evaluación; puede ser consultada en los reportes de prensa de aquel momento.
La colección ha tenido, a partir de entonces y hasta el presente, una larga itinerancia por museos e instituciones docentes como el Museo Regional de la Laguna, Torreón, Cohahuila (septiembre 2011); Museo de la Universidad Autónoma de Saltillo, Cohahulia (septiembre 2012); Museo Casa Redonda Chihuahua (julio 2012); Museo y Biblioteca Pape de Monclova, Cohahuila (septiembre 2012); Museo Reyes Meza de Nuevo Laredo, Tamaulipas (febrero 2013); exposición Unidad, fundamento de la creación, antecedentes de la paz, en la Primera Bienal de Pintura de San Luis Potosí, Caja Real, Centro Cultural Universitario (octubre 2017), Pintura Cubana Contemporánea, simultáneamente en tres museos de Guanajuato, Museo Conde Raúl, Museo del Pueblo y Museo Casa Diego Rivera (2018-2019) y Museo Rayo, Valle del Cauca, Colombia (2019-2020).
No he mencionado el recorrido que ha tenido la colección en eventos comerciales como ferias y subastas, pero quiero resaltar nuestra colaboración con las empresas cubanas Génesis Galerías de Arte y el Fondo Cubano de Bienes Culturales, en el pasado reciente, como por ejemplo en abril del 2024. Entonces, nuestra galería ─de conjunto con Galería Habana─ exhibió la exposición Colección Habana, arte cubano contemporáneo, la cual tuvo un gran impacto.
Conocemos de su participación en el Primer Congreso Internacional de Patrimonio Cultural que tuvo lugar en La Habana del 3 al 5 de mayo del 2023. ¿Qué opinión le merece ese tipo de encuentro?
Viajamos invitados por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y presentamos la ponencia “Antecedentes históricos para la preservación del patrimonio cultural y los retos culturales”, donde alertamos sobre el peligro actual que enfrenta la humanidad a partir del mal uso de las tecnologías, la desaparición de las fronteras políticas y los conflictos bélicos en diversas regiones del mundo que ponen en riesgo el patrimonio mundial.
Estoy seguro de que no soy el único que desde México ha tomado iniciativas en favor de la promoción y conservación del arte cubano, mucho más allá de estrategias comerciales. Merecemos, en una fecha tan significativa como el Día Internacional de los Museos, hacer de nuestro espacio físico un refugio de la memoria de nuestros pueblos.
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