Alicia Alonso es puntal de la cultura cubana, su esfuerzo, dedicación y consagración al desarrollo del ballet en Cuba ponen cada día más alto su nombre. Múltiples fueron los escenarios del mundo que le abrieron las puertas e innumerables las opciones de integrar las más afamadas y prestigiosas compañías del mundo, pero en una isla del Caribe encontró su casa, su hogar, su espacio para la creación y el fomento de una Escuela Cubana de Ballet.
Junto a los maestros Fernando y Alberto Alonso, Alicia hizo realidad ese sueño y Cuba contó con una escuela para la enseñanza de este arte. Jóvenes de todas las procedencias y lugares de la Isla y también de otras naciones llegaron a tan anhelada institución, una escuela para fomentar la enseñanza del ballet y formar bailarines de alto nivel que luego integrarían las filas del Ballet Nacional de Cuba, el Ballet de Camagüey u otras compañías del país.
La Escuela Cubana de Ballet durante varios años ha desempeñado un importante rol en la formación de artistas desde tempranas edades y en la trasformación del entorno social. Quienes han pasado por ahí agradecen siempre. Así lo declararon muchas de las personas en el homenaje póstumo a la gran maestra de todos los tiempos, la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, en el Gran Teatro de La Habana que lleva su nombre.
Alicia quedará siempre en la memoria y el recuerdo de Cuba y el mundo. La Escuela Cubana de Ballet continuará por siempre ese legado dejado por huella para poner cada día más en alto los valores del ballet cubano.
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