Una Flora a la que el tesón reverdece.

“Feliz de ser una artista que se esfuerza”, así resumió Flora Fong al Periódico Cubarte su estado de ánimo minutos después de conocer que se le había otorgado el Premio Nacional de Artes Plásticas 2022.

Realmente, en aquella ocasión la alegría fue compartida por muchas personas que desde hacía tiempo esperábamos el reconocimiento llegara a la artista que este 8 de noviembre da motivo para nuevas felicitaciones, al arribar a un nuevo año de vida.

“Yo siempre trabajo y estudio mucho”, nos decía entonces Flora, como invitando a otros a que siguieran, un ejemplo marcado por el tesón, desde que siendo niña comenzara a estudiar artes plásticas en su natal Camagüey, especialidad que culminó en la Escuela Nacional de Arte, abriéndosele un camino en el que la docencia y la creación fueron por muchos años de la mano.

Aunque la escultura y el dibujo no le ha sido ajenos, es en la pintura donde ella realiza fundamentalmente su obra con apreciables influencias de la abstracción, el surrealismo y el expresionismo, así como con un empleo de la luz y el color muy propios del Trópico que habita y hasta el cual la alcanzan trazos de una cultura asiática que también reposa en sus genes.

“Nube de otoño” significa allá en el Lejano Oriente el nombre de Flora, entre nosotros vinculado también a esa naturaleza, a esa parte del hábitat que le preocupa y lleva a sus lienzos, difíciles por numerosos de reseñar aquí, tanto como los proyectos en los que ha participado y las merecidas distinciones llegadas a sus manos.

Flora Fong arriba a otro año de vida y la cultura nuestra se regocija por poder contar con su talento y la creativa manera con que enseña a resistir frente remolinos y ciclones.