Numerosos aspectos de la revolución cubana relativos al período de 1953 -1958 están presentes, de forma continua, en los círculos de debates, de cualquier índole y naturaleza, en los medios masivos de comunicación y en los textos de historia de carácter docente, testimonial e investigativo monográfico. Sin embargo, no pocos segmentos poblacionales desconocen los orígenes y la esencia de un proceso, cuya culminación en 1959, cambió radicalmente el destino de la nación cubana.
Semejante problemática responde a múltiples causas dignas de análisis. Entre ellas se encuentran la escasez de estudios globales bajo la férula de nuestros jóvenes historiadores; el insuficiente rescate de la memoria histórica capaz de mostrar las condicionantes de la entonces lucha revolucionaria; la carencia de iniciativas, dentro del sistema informativo, capaces de cautivar el interés por el tema y la prevalencia de ideas reiterativas sobre el papel del liderazgo revolucionario en detrimento de la develación del rol del pueblo en la materialización de un proceso que lo involucró en su casi totalidad.
A lo anterior debe sumarse la débil profundización en la intimidad de la sociedad republicana burguesa. Ella se muestra fundamentalmente a través de las honorables respuestas políticas frente a sus crisis seculares; el alcance del pensamiento redentor generado desde sus propias contradicciones; las vidas de algunos mártires y héroes; los quehaceres de los partidos, organizaciones y movimientos políticos opositores a los regímenes gubernamentales; el antimperialismo como ideología y conducta; las políticas injerencistas estadounidenses como garante de los desmanes internos; las desigualdades e injusticias sociales, entre otras cuestiones.
Pero, la forma de vivir del hombre común y su lucha cotidiana por la supervivencia; el desempleo, la miseria, la marginalidad, la inopia y el analfabetismo y las discriminaciones de todo tipo en sus incidencias dentro de un orden político concebido para el disfrute de las minorías en detrimento del ejercicio del bien común, así como la caracterización espiritual de la estructura socio clasista, no son motivos de profundizaciones en la esfera comunicacional.
Como tampoco, se aprecia un adecuado equilibrio entre “lo negativo y lo positivo”, porque se sigue apostando por la manida imagen de lo “bueno buenísimo” contra lo “malo malísimo”, sin aristas y matices, redundando en un descreimiento y falta de confiabilidad, debido a su irrealismo en no pocos necesitados de conocimientos sobre el pasado.
A lo que debe sumarse “el idealismo de los bronces y las piedras”, referidos a los paradigmas, cuyas vidas y legados resultan inalcanzables por ausencias de enfoques integrales.
Debe valorarse el carácter de “histórica” a una generación que aún lidera el proceso revolucionario actual. Para la mayoría de los cubanos “lo histórico” responde al pasado y no es presente. De forma equivocada no se asume a la historia como ciencia viva que transita en la contemporaneidad a través de la sabiduría de vivir y gobernar. Cuestión requerida de argumentaciones sólidas por quienes desempeñan el noble papel de dirigir o aplicar la política de la comunicación social.
Cuando la ocasión del debate o del intercambio de conocimientos se presenta, sentimos el doble sentimiento de la alegría y el agradecimiento por quienes fueron testigos y destacados participantes en las gestas revolucionarias y, también lamentamos que semejantes testimonios no sean albergados por quienes necesitan aprehender de ellos para andar por renovados caminos hacia el futuro. Tal parece que la memoria no marcha junto a los entendimientos sobre lo que debe hacerse para nutrir el destino del país de causas nobles, desinteresadas y justas y, sobre todo, de proyectos cultos e inteligentes transformadores de la sociedad actual.
La obra de conjunto de la Dra. C. y Profesora Titular y de Mérito de la Universidad de La Habana, Francisca López Civeira, es parte inseparable del actual movimiento historiográfico cubano.
Específicamente, su libro titulado En el camino de la Revolución, publicado por la Casa Editorial Verde Olivo, 2014, por encargo de la Oficina del Historiador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, constituye una notable contribución al conocimiento de la última etapa de la sociedad republicana burguesa de Cuba, incluyendo el movimiento revolucionario y el Segundo Frente Oriental “Frank País” en particular.
La historiadora despliega su intenso bregar epistemológico y docente para mostrar la dimensión sociocultural y política de un arduo proceso que fue más allá de lo militar para adentrarse en los complejos mundos de la gobernabilidad, el pensamiento político, la cultura artística y literaria, y las costumbres cotidianas. Existe, por lo tanto, la conjunción multidisciplinaria alrededor del ser humano como sujeto creador de la historia.
El libro constituye una obra trascendente. Afirmación basada en la coherencia expositiva, el uso adecuado de las fuentes documentales, bibliográficas y de carácter testimonial, en el arte de decir los aconteceres dotados de precisiones factuales y, sobre todo, de distanciamiento epocal. A lo que debe añadirse, en este último sentido, su alto nivel interpretativo, revelador en sí de la capacidad intelectual de López Civeira.
Su escritura, precisa, didáctica y elegante, permite alejar al lector de los textos tradicionales para acercarlos a una narración fluida, dinámica y bien adentrada en los íntimos sentimientos de una época compleja y convulsa pero altamente dotada de quimeras relevantes y justas.
La autora define a la lucha insurreccional, en la experiencia concreta del Segundo Frente Oriental “Frank País”, más allá del combate “de los fuegos” para introducirse en la experiencia de la gobernabilidad del país para todos los cubanos. De ahí, precisamente, que la profesora e investigadora se detenga en los cambios producidos en el sistema de vida del campesinado de la región en virtud de la obra social llevada a cabo por los combatientes dirigidos por el entonces comandante Raúl Castro Ruz.
Es un texto para todos los lectores y esferas del saber, donde se combinan la ciencia y el arte, para bien del desarrollo de la cultura nacional.
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