Para rememorar figuras esenciales en nuestra Cultura nacional hay que hablar, sin lugar a dudas, de la obra creativa de sus numerosos fotógrafos quienes, durante décadas –y en especial durante el período de la República neocolonial y tras el triunfo de la Revolución de Enero de 1959--, supieron consagrarla.
Dentro de ese grupo se encuentra el fotógrafo Osvaldo Salas, a quien se le incluye en la llamada “fotografía épica cubana”, además de haber trascendido por su obra revolucionaria la que se inicia cuando conoce en Nueva York, en 1955, al Líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz.
En esa ciudad norteña--y luego de graduarse en la Escuela de Artes de San Alejandro--, vivió cerca de treinta años, hasta retornar a Cuba, “su tierra añorada y querida”, el dos de enero de 1959..
Según declaraciones de su hijo (Osvaldo Salas, también fotorreportero) a la emisora Habana Radio años después, “(…) a un encargo de la prestigiosa revista Bohemia, que se editaba —y aún edita en La Habana—en 1955 Osvaldo Salas contacta con un grupo de jóvenes que se oponía al gobierno de Fulgencio Batista, el tirano de turno, y allí, en Estados Unidos, conoce a Fidel Castro. Es así cómo comienza una relación que duró hasta la muerte de mi padre”.
Según Salas, hijo, su padre le dejó de herencia su obra para “promoverla, para divulgarla y para utilizarla; no obstante, por el mundo han quedado regadas muchas de sus copias (…) Hoy, la familia posee todos los negativos originales que son más de 200 mil”.
Acerca de las características propias de la obra de su padre, destacó que la imagen del Hombre, como tal, siempre aconteció como contexto principalísimo en su obra artística. Esa imagen podía partir lo mismo de una personalidad de las artes, las ciencias, la política, que de un campesino, obrero o de cualquier tipo de persona de la cotidianeidad, de gente de pueblo.
Al respecto hay que recordar imágenes de su exquisito lente como las de Fidel, en Nueva York; de la inolvidable Celia Sánchez Manduley, o hasta la de un vendedor de billetes de lotería en su recorrido por las calles habaneras.
Osvaldo Salas, uno de los más genuinos exponentes del lente fotográfico cubano del siglo XX.
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