Yo estoy aquí para dar mi testimonio, claro que sí, estoy bajo el derecho del lado que creo justo, que estoy en el lado de la Revolución que ha sido benéfica para el pueblo cubano en muchísimos sentidos o yo diría en todos los sentidos y por supuesto para repudiar las situaciones que son, sin duda alguna, importadas, o sea que entran al país por la vía de la contrarrevolución externa.
Yo creo que hemos tenido una jornada, le buscaría el término para ella quizás menos poético, menos feo, tuvimos una fea jornada en que parte del pueblo, una parte minúscula, menor del pueblo cubano, tuvo el desacierto deponerse de parte del imperio, ponerse de parte de la anexión.
Yo creo que como ocurrió en el siglo IXX, nosotros tenemos tres tendencias esenciales en pugna, siempre la hemos tenido, pero hay veces esa tendencia se agudiza mucho más.
Una de ellas es el Reformismo, otra es la Independencia, del lado que creo estar y quiero estar, y otra es el Anexionismo que debido a que los factores de los cubanos que vivimos dentro de Cuba y de los que viven fuera de Cuba conocemos muy bien qué cosa es el Anexionismo y cuáles son los resortes esenciales que el anexionismo utiliza para, incluso, engatusar a grupos sociales que no hacen un razonamiento verdaderamente profundo de las circunstancias y a mi juicio se dejan utilizar.
Yo soy de una generación que ya ha pasado la etapa juvenil, fui hombre joven en la década de fines del 60 y sobre todo los 70, del pasado siglo, y por lo tanto conozco muy bien los papeles que hemos tenido en las diferentes generaciones en el tracto, en el desarrollo de la nación cubana.
Yo creo que es a veces triste, ver a jóvenes muy bien instruidos, -porque tenemos unas de las mejores instrucciones no solo de América Latina, sino de muchas partes del mundo- jóvenes instruidos que no van a razonar profundamente como dije, sobre las circunstancias de su participación en actos que denigran la condición nacional y que van más allá incluso de sus propios intereses personales, deben razonar, pensar cuáles son en realidad sus verdaderos intereses como generación e incluso como clase, incluso como grupo social, para saber dónde en realidad están poniendo el pie.
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