Los horrores del fascismo vividos por décadas en la España post republicana, las secuelas de esa ideología en la América Latina del siglo XX y la amenaza que representa su reanimación en el mundo contemporáneo, fueron abordados en el Coloquio Internacional Paterna: El Paredón de España. Las mujeres herederas de la memoria de los fusilados del franquismo, celebrado este miércoles en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba, Upec.
Concebido como complemento de la exposición de Eva Máñez abierta al público bajo el mismo título el pasado 20 de agosto en la Fototeca de Cuba y de la cual quedó inaugurada una extensión en el vestíbulo de la institución, el evento se caracterizó igualmente por arrojar una mirada de género sobre estos acontecimientos, gracias a las intervenciones de la propia fotorreportera valenciana; las de Lina Rey Gallego, de padres republicanos radicada en Cuba; las de la periodista argentina Graciela Ramírez, jefa de la corresponsalía de Resumen Latinoamericano en La Habana; así como, vía internet, las de Cruz Alemany, una de las 60 mujeres que brindaron testimonio en el proyecto de la Máñez.
De izquierda a derecha: Lina Rey Gallego, Eva Máñez y Graciela Ramírez.
La periodista Maribel Acosta, a cuyo interés se debe la llegada a nuestro país de este trabajo reporteril e investigativo acometido por la también artista del lente valenciana, agradeció en las palabras introductorias el apoyo recibido por parte de la Upec, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y Resumen Latinoamericano.
Por su parte Eva Máñez explicó que, tanto las fotografías que se exhiben en la Fototeca de Cuba, como las que a partir de este miércoles se exponen en la Upec, son resultado del trabajo reporteril que viene desarrollando desde 2016 en las fosas del cementerio de Paterna, donde fueron fusiladas por el franquismo 2 238 personas, entre 1939 y 1957.
Recordó que por 85 años los familiares de dichas víctimas han estado tratando de conocer por qué recibieron la pena máxima y de encontrar sus restos en las fosas comunes, con mayor acierto tras la promulgación de la Ley de Memoria Histórica, no obstante no recibir muchas veces la concebida subvención por parte del Estado.
Visiblemente emocionada, como luego lo estuvieron las restantes oradoras, destacó la importancia de que la exposición y todo lo que de ella se desprende hayan llegado a Cuba, una vez que actualmente en España este tema despierta oleadas de odio entre los representantes de la extrema derecha, quienes amenazan con derogar la antes mencionada Ley.
En apretada y emotiva síntesis, Lina Rey Gallego, quien llegó a La Habana en 1962, rememoró la historia de sus padres biológicos, luchadores republicanos finalmente exiliados en Francia, donde ella nació y perdió a su madre con solo seis años de edad.
Asimismo, recordó a su madre adoptiva en Cuba, Isabel Álvarez Morán, también sobreviviente de la Guerra Civil y del cerco a Leningrado, cuyas duras e inimaginables experiencias fueron recogidas por Isabel Santos en el documental El camino de la vida.
En sus palabras, la profesora Cruz Alemany, uno de cuyos tíos-abuelos figura entre los fusilados por el franquismo, se refirió al silencio que ha rodeado esa parte de la historia de España y al desmembramiento familiar que trajo consigo el temor a verse vinculado con aquellos acontecimientos.
Cruz Alemany, una de las 60 mujeres testimoniantes en la investigación de Eva Máñez
En tal sentido, agradeció la labor que viene desarrollando Eva Máñez en pos del rescate de la memoria histórica y destacó la trascendencia de que en Cuba se hayan hecho eco de ella, lo cual deseó se extendiera a otros países de la región.
Descendiente de españoles radicados en Argentina tras la Guerra Civil, Graciela Ramírez ilustró la dicotomía que se manifestaba en su hogar a la hora de enfocar la contienda; el terreno fértil que en ella encontraron las ideas republicanas y su total toma de conciencia y postura política a partir del derrocamiento del gobierno popular del presidente chileno Salvador Allende.
Ahí, dijo, percibió al fascismo como un fenómeno cercano y no desde la distancia de las historias que le contaban su madre y su abuela. Desde entonces se sumó de lleno a la lucha que libraban las fuerzas de izquierda en su país y vio cómo eran asesinados o desaparecidos muchos de sus compañeros.
En ayudar a evitar que otras jóvenes tengan en un futuro las cruentas vivencias que ellas narraron en la mañana de este miércoles, reconoció la mayor importancia de la exposición que trajo Eva Máñez a La Habana y de los testimonios por ellas brindados.
De igual forma alertó sobre la necesidad de que las nuevas generaciones profundicen en todos estos sucesos también a través de los libros y citó el titulado Paterna: la memoria del horror, de Eva Máñez, el cual puede ser consultado en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, en la Fototeca de Cuba y en la sede de la Upec.
Asistieron al Coloquio Ricardo Ronquillo, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba; Norma Rodríguez Derivet, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas y Lis Cuesta Peraza, directora del Comité de Eventos del Ministerio de Cultura.
Fotos: Cortesía de la autora
En portada: Norma Rodríguez Derivet, pdta Consejo Nacional de las Artes Plásticas; Eva Máñez y Maribel Acosta en la inauguración de la exposición.
Le puede interesar: Los horrores del franquismo desde una mirada de género
Deje un comentario