Y llegaron Los Panchos…


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Los Panchos: Alfredo Bojalil Gil, José de Jesús Navarro Moreno, mejor conocido como Chucho Navarro y Herminio Avilés Negrón, de nombre artístico Hernando Avilés.

Cuando el Trío Los Panchos irrumpió con fuerza avasalladora en la radio y en las victrolas de los bares (los conocidos traganíqueles), se puede decir que los demás tríos enmudecieron un poco.

Las canciones Caminemos, Sin ti, y Rayito de luna se escuchaban a toda hora. Solamente el Trío Matamoros con Olvido y Mariposita de primavera competía en audiencia con Los Panchos.

¿Cuál era el sello que distinguía a esta agrupación musical? Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la gratísima melodía de la guitarra requinto de Alfredo Gil era como una llamada de alerta para los melómanos amantes de los tríos. Además, Alfredo compuso unas introducciones muy originales para los boleros interpretados por ellos.

Hasta la llegada de Alfredo Gil no se conocía esta forma de introducir la música de los boleros. El punteo se hacía en una guitarra tradicional con un diapasón más largo. Entonces Gil tuvo la idea de confeccionar una guitarra más pequeña con un diapasón más corto, consiguiendo de esta manera una mayor facilidad en la digitación de las cuerdas, logrando más velocidad en la ejecución de las introducciones. Además, le cambió la afinación al requinto subiéndole dos y medio tonos a cada cuerda, de manera que así se lograban notas más agudas, destacándose aún más el sonido.

Ahora bien, ¿cómo nació este trío que revolucionó el sonido musical en Cuba y en otras partes de América?

Todo tuvo su comienzo en el ya lejano año 1937. En la emisora XEB, del Distrito Federal de México, se presentaba Chucho Navarro acompañando con su voz segunda a su hermana Antonia y tocando su guitarra. Allí lo escuchó Felipe Gil y le propuso hacer un trío donde Chucho haría la segunda voz. Antonia se quedó fuera. Como se necesitaba otro guitarrista llamaron a un joven yucateco de apellido Ancona, que encajó muy bien.

Interpretaban canciones jorochas al estilo de La bamba. Después fue que entró Alfredo, el hermano menor de Felipe, y Ancona no siguió. Así quedó conformado un trío llamado Felipe Gil y sus Caporales.

Se fueron de gira por Estados Unidos y en Nueva York son contratados por la poderosa CBS, donde hacen una serie de programas radiales desde 1942 hasta 1944. El éxito se debía en gran parte a que contaban con la formidable voz de la esposa de Felipe, la cantante Eva Garza.

Cuando se extinguió el contrato con la CBS, Alfredo decidió independizarse de su hermano Felipe y con Chucho Navarro formó otro trío, para lo cual incorporaron al puertorriqueño Hernando Avilés, que tocaba muy bien la guitarra, y así quedó conformado el primer trío Los Panchos: Gil, Navarro y Avilés. El 14 de mayo de 1944 marca la fecha de su primera presentación.

Entonces todavía no cantaban boleros, sino canciones folclóricas, mexicanas y de otros países latinoamericanos.

En 1948 se presentaron en México. Ya desde 1944 habían estado en Nueva York y se habían apoderado de la arrebatadora musicalidad del bolero.

En Cuba y en otros países de América Latina establecieron lo que pudiera llamarse “una escuela”. Continuando la línea melódica de Los Panchos surgieron tríos formidables, tales como el puertorriqueño Johnny Albino y su Trío San Juan, en México Los Tres Ases, Los Tres Caballeros, Los Tres Diamantes y otros, aunque a decir verdad se apartaba un poco del estilo de Los Panchos.

En Cuba, como apuntamos antes, siguió reinando el Trío Matamoros y otros también de buena calidad como el Taicuba, Servando Díaz y su Trío, Lusito Plá y sus Guaracheros y cientos de tríos más.

Con Los Panchos se revitalizó el movimiento “triero” en el mundo, ya que hasta en Japón hubo un trío llamado Los Panchos de Tokio y otro denominado Los Panchos de Osaka, que imitaban muy bien la forma de tocar el requinto de Alfredo Gil. Se sabe que los japoneses son muy hábiles al imitar la música de América Latina.

La música de Los Panchos marcó en Cuba una pauta que siguieron algunos tríos, aunque con poco éxito. Hace poco tiempo conocimos en Sancti Spíritus (tierra de buenos tríos) al trío Cuerdas de Oro, con un requinto formidable que nada tenía que envidiar al que tocaba Alfredo Gil, pero desgraciadamente este trío desapareció tempranamente.

La consagración del Trío Los Panchos fue en el año 1949, ya que grabaron muchísimo, se presentaron en dieciséis películas, y además hicieron una gira triunfal a La Habana. Sus discos se vendieron en cantidades fabulosas.

En Perú, Avilés se retiró del trío sustituyéndole Raúl Shaw Moreno, que estuvo nada más que diez meses. Luego le siguió Julito Rodríguez, por tres años. En 1957 volvió Avilés por un año y medio; y en 1958 el puertorriqueño Johnny Albino, que estuvo once años. Al retirarse Albino entró Enrique Cáceres, luego Ovidio Hernández —fallecido en 1976— y entonces ingresó Rafael Bazurto Lara. Más tarde estuvieron Willy Fonseca y en 1979, Gaby Vargas.

Pero aunque todos estos cantantes tenían una voz excepcional, nunca el Trío Los Panchos tuvo la calidad de sus fundadores: Gil, Navarro y Avilés. Y en la distancia de los años seguimos escuchando el bolero de Chucho Navarro:

Como un rayito de luna

Entre la selva dormida

Así la luz de tus ojos

Ha iluminado mi pobre vida

 

 

FUENTE:

 

—Rico Salazar, Jaime: Cien años de boleros. Panamericana, Bogotá, Colombia, 2000.


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