El arte permite identificar una manera de narrar, presentar, percibir o relatar acontecimientos concretos. Práctica que se sustenta entre otras cosas, en heterogéneas memorias individuales de integrantes de la sociedad, y en las redes simbólicas a través de las cuales se comunican. Fuentes referenciales y el aliento de una obra de significativa contemporaneidad, sostienen un hacer basado en el pasado que Yamilys Brito insiste en traer a nuestros días, como negativa del olvido.
Tal vez esa vocación le es legada para moldear estampas cubanas, con una mirada atenta y cargada de sentido e intencionalidad en aparente ingenuidad, pero llena de crítica y de una historia de nacionalidad, de aciertos y desaciertos. En tanto el discurso que enuncia, donde temas cardinales de nuestra sociedad asoman, es visceral, penetrante, lleno de asociaciones y significados. Siendo sitios y hechos históricos de nuestro acontecer, motivo o pretexto para conformar un retrato social, en devenida muestra de un análisis profundo.
Artista cuyas producciones obedecen a apreciaciones de procesos objetivos, pero con una carga emocional subjetiva que insiste en depurar. En tanto los procedimientos de composición creacional de las artes gráficas utilizados, hermanados a los fenómenos culturales, no la obligan a asumir una postura formalista, sino que exacerban el carácter crítico y lúdico de su arte.
Los mensajes que transmite, encierran una triple función; crónica, que informa sobre el contexto o referente; cognitiva, que se centra en el espectador y le sugiere una conducta; pero también incluye la función que le es más inherente: la poética.
El mensaje ha de ser entonces, cautivador y está inusitadamente centrado en el receptor, puesto que no tiene por objeto imponerse, sino como la poesía, despierta complicidades a través de sutiles connotaciones. El mismo toca puntos que revelan universos de vivencias ya compartidas, sabidas por nosotros, pero que no está de más desempolvar, pues es nuestra historia con sus aciertos y fracasos.
Tales particularidades ejercen influencia sobre la forma en la percibimos la misión de la obra, pues un canal sugerente, edulcorado, no explicito en su totalidad, suele ser más atractivo. Pero ninguno de ellos pretende tener la universalidad del lenguaje dogmático, su sentido está en la particularidad de cada idea. El destinatario entonces es convocado a la remembranza, pero a una recordación consciente, filosófica, política, social, vivencial y responsable ante todo consigo mismo. Por ello, la multiplicidad de iconografías lleva consigo diferentes canales comunicativos, pues así como el mensaje es universal, también lo son los medios para difundirlos. Esa pluralidad de códigos, no estriba sólo en su capacidad de preservar información inherente a cada figura, sino que radica también, en la posibilidad de automodificarse, para incorporar datos que le permita una mejor adaptación a nuevas condiciones.
La riqueza de su obra se define por la posibilidad de crear nuevas formas de decir. Luego su arte es aceptado, en cuanto comienza a analizar de manera definitiva las estructuras esenciales que configuran la identidad del sistema económico, político y social, y corre hacia un agotamiento de la realidad, entonces se plantea desafíos cuando esas estructuras, pierdan su capacidad de responder adecuadamente a los ciudadanos de a pie.
Su creación va en busca del no estancamiento de la sociedad, y de que no se pierda la capacidad de evolucionar. Así, una exaltada sensibilidad e integración armónica, compendia e impulsa, a pesar del contradictorio entorno, hacia una mayor creatividad. Redes que en parte utiliza la artista, para reanimar el grabado, como expresión genuina del panorama de las artes visuales en Cuba.
¿Por qué el collage dentro de la gráfica que haces, adquiere un peso importante para poder discursar?
Primero considero todo gráfica, desde lo que yo hago, hasta las cosas que salen en la revista. Trato de combinarlo, el grabado solamente me resulta muy aburrido, hay otras cosas de la vida cotidiana, que me gustaría incorporarle y por eso hago collage.
¿De dónde obtienes las figuras que añades a las piezas?
Colecciono documentos antiguos desde 1948 hasta 1963. Tengo postales, sellos, revistas, periódicos y fotografías. Esta es la etapa que me interesa, la del cambio del capitalismo a la revolución cubana. Tengo mucha información visual sobre todo esto y de ahí voy construyendo y recortando figuras para armar las piezas. Lo que me gusta es comparar esa época con la actual, por ahí va mi obra, es una comparación de cómo eran las cosas antes y cuánto han cambiado y de las contradicción del proceso de cambio.
¿Cómo conformas una pieza?
Primero pienso en la idea, luego busco recortes de revistas y fotos que apoyen esa idea que tengo o grabo la imagen que deseo y posteriormente la recorto para componer con todo eso. Otras veces tengo diferentes recortes, que no tienen nada que ver uno con otros, a no ser que me gustan, y los acumulo hasta que se me ocurra algo. Pero casi siempre, primero concibo la idea, ejemplo: determinada serie va hablar de la infidelidad, pues entonces idea varios subtemas para exponer sobre ese tópico.
¿Cómo te las ingenias para hacer las series?
Investigo todas las posibilidades de una idea hasta que las representaciones se agoten. Es como un abanico, todas las potencialidades que la idea me da me gusta ilustrarlas.
¿Y el tema de la edición como lo llevas?
Cada pieza es única. No me gusta editar los trabajos o hacer copias. Me mueve la idea de grabar y experimentar las posibilidades que la técnica da, y del añadido de las figuras en cada obra. Las imágenes las voy usando como cuquitas, convino unas con otras, hasta plasmar lo que quiero. Este es un ejercicio que me impongo y que mantiene mi mente activa y en busca de alternativas. Puede que una misma figura se repita en uno u otro grabado, porque me hace falta para plasmar determinada idea, pero no repito fielmente ninguna obra.
Es difícil enmarcar tu obra pues manejas un universo de iconografías impresionante, sin embargo, la nariz de pinocho es motivo reiterado en las series. ¿Cuán trascendente puede ser su significación?
La iconografía de la nariz alargada surge a partir de una serie que se llama cuentos clásicos infantiles. En la que creo personajes pueriles, y los descontextualizo para que emerjan en estos tiempos, como protagonistas de eventos y personalidades contemporáneas. A través de él, hablo de la dicotomía o simbología entre la verdad y la mentira, de proyectos que no se realizan, de la manipulación que ejercen los que tienen poder sobre el que no lo tiene, del poder a ultranza del engaño y la conveniencia, de las cosas que se pueden cumplir y las que no, en fin, lo utilizo como emblema de todo eso, de las promesas que no se cumplen a sabiendas de que son inalcanzables y de la ilusión o las expectativas que crean aquellos que tienen la solución a determinadas problemáticas, pero no hacen nada.
¿Te has influenciado de algún artista, para hacer tus obras?
No tanto de la pieza de algún artista, como de los métodos que siguen para construir las obras. Me gusta mucho los conceptos artísticos que se trabajaban en los años 1960 y 70, lo que las palabras pueden decir a través de la imagen y en ese sentido Duchan seria una suerte de ejemplo.
¿Es tu arte una crítica social o política?
Hay de todo un poco, pero es más social. Lo que me interesa es el punto de vista de la gente, no tanto la política, sino como todo repercute en la vida de la gente.
Sobre esta artista se ha dicho: a lo largo de su prolífera carrera, ciertamente no graba en las calles, en las plazas o en las mesas sin cenas o en los cuerpos famélicos de sus narraciones; graba sin dudas en la inteligencia y la sensibilidad de quienes pueden reconocer en ella, a una artista de personal sello y a una de las más significativas exponentes del grabado contemporáneo en Cuba.
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