Muchos de los que hoy peinan canas recordarán la frecuente presencia que, en los años 60, tuvieron en nuestros cines las películas de samuráis; desde las que dirigidas por el genial Akira Kurosawa nos familiarizaron con el estilo del no menos prestigioso actor Toshiro Mifune, hasta las de las increíbles habilidades marciales de la cieguita Oichi aparecidas en los filmes de Sadatsugu Matsuda, pasando por  el masajista Zatoichi, otro brillante esgrimista invidente que fuera interpretado por Shintaru Katsu, en una saga del director Kenji Misunmi.

Coincidiendo con cierto declive del cine nipón, en las décadas de los 80 y los 90 prácticamente desaparecieron de las pantallas del patio las producciones de la nación asiática. No fue hasta comienzos de este siglo que hubo de reanimarse tal cinematografía, haciéndose cada vez más asequible al público de la Isla, gracias a la gestión que de forma sostenida realizan de conjunto el ICAIC, la Cinemateca de Cuba y la Embajada de Japón en La Habana.

De esa forma, los cinéfilos cubanos han tenido acceso a las obras de las nuevas promociones de cineastas del País del Sol Naciente y, con ellas, a las tendencias estéticas que allí se imponen y a las principales problemáticas de dicha sociedad, reflejadas de uno u otro modo en los filmes que nos llegan.

Una nueva oportunidad de acercarse a esa cultura se presenta ahora con la Muestra de Cine Contemporáneo que se exhibirá en el Multicine Infanta del 15 al 19 del actual mes, con cuatro largometrajes realizados entre 2017 y 2018: Destino: La leyenda de Kamakura, previsto para la inauguración y clausura; Tiembla cuanto quieras, Limpieza de habitaciones y Memorias de un asesino.

En Destino: La leyenda de Kamakura su director, Takashi Yamasaki, vuelve a conjugar el mundo de la fantasía con el de la realidad; inspirándose nuevamente en una historieta de Saigan Ryôhei, con quien ya había colaborado anteriormente en la serie Always: Sunset on Third Street, realizada en 2005-2007.

El filme se desarrolla en la antigua ciudad de Kamakura, donde fantasmas, espíritus y deidades conviven con las personas y en la que van a residir tras su matrimonio la joven Akiko (Takahata Mitsuki) y el escritor de historias de misterio I. Mazakasu (Sakai Masato), involucrándose en aventuras apoyadas por destacables efectos especiales.

Tiembla cuanto quieras es una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Wataya Risa, dirigida por Ooku Akiko, la cual obtuvo el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Tokio.

En esta comedia romántica, Yoshika, una oficinista de 24 años, continúa enamorada de Ichi (Kitamura Takumi), un condiscípulo de la Secundaria, en momentos en que Ni (Watanabe Daichi) le pide que sea su novia. En esa ambivalencia se mueve la protagonista, interpretada por Matsuoka Mayu.

Dentro de los atractivos que ha tenido en Japón esta cinta se encuentra la participación en ella de Kitamura, vocalista de la banda de rock Dish, muy popular en esa nación.

Limpieza de habitaciones es, por su parte, la ópera prima de Kenji Katagiri, quien había sido asistente de directores de la talla de Toshiaki Toyoda, Yoichi Say y Ryuichi Hiroki.

Este drama fantástico narra las peripecias de Yakumo Miko (Ikeda Elaiza), joven huérfana que es encargada de eliminar los fantasmas que supuestamente se mantienen en aquellas habitaciones donde alguna persona ha sido asesinada o cometido suicidio.

Completa la Muestra Memorias de un asesino, drama en el que su director, Irie Yu, hace una versión del filme coreano homónimo estrenado en 2012.

Un asesino en serie se presenta ante la prensa veintidós años después de haber realizado sus fechorías y cuenta cínicamente los acontecimientos por los que, debido a una laguna legal, no había recibido hasta entonces el merecido castigo.

Esperamos que esta propuesta nipona, encargada de iniciar en La Habana las muestras internacionales de cine en el 2020, sea fiel continuadora de las que aquí han podido apreciarse hasta ahora y responda al conocido aforismo “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.