“Decir mucho en poco espacio”


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(Cubierta del último número de Cartelera Cine y Video. Foto: cortesía del entrevistado)

Quien mejor para hablar de un producto que uno de sus principales hacedores, un hombre que se graduó, en la Universidad de La Habana, de una carrera de ciencias de la que no ha hecho más que huir desde entonces, pues desde siempre lo único que le ha gustado de verdad es leer.

Entonces, desarraigado de su profesión, dando “tumbos”por dos años, estudió teología, latín, griego koiné, literatura, historia, psicología y cuanta cosa le sirviera para hacerse su propia carrera de humanidades.

Después, y como “pegaba” con la lectura, Rubén Padrón Astorga se hizo editor, primero en La Jiribilla, revista en la que, además, empezó a publicar artículos sobre temas culturales; y luego en la Editorial Ciencias Sociales, un sitio donde se enseña a hacer edición de una manera muy rigurosa.

Pero su realidad cambió en 2005, sin saber bien en qué se metía, “cuando al crítico y periodista Joel del Río se le ocurrió que yo podía diseñar un periódico que querían fundar en el Icaic”.

“Desde entonces, sobre todo como editor, y gracias a ese rumbo cinematográfico que cogió mi vida con la Cartelera Cine y Video, trabajo o he trabajado en la revista Cine Cubano y en los diarios del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el Festival de Cine Pobre de Gibara, la Muestra Joven ICAIC, el Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam; y fuera del Instituto, en el sitio web de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y en el espacio televisivo Arte 7, para el que escribo guiones junto con Joel, una semana cada uno”, comentó Padrón Astorga en entrevista para Cubacine.

“Sigo editando, a veces diseño y siempre escribo, sobre todo de cine, por razones obvias”, señaló.

¿Cuándo comenzaste en la Cartelera Cine y Video?

Empecé en noviembre de 2005, en el primer número, junto con Marta Díaz (su primera directora), el crítico Joel del Río y la editora Rosario Esteva, quien se sumó en la segunda de nuestras publicaciones.

¿Cómo ha cambiado este medio desde entonces?

Al principio el periódico tenía cuatro páginas, lo que apenas permitía incluir unos tres o cuatro textos por número, además de fichas técnicas excesivamente reducidas de las películas programadas en los cines de estreno y la Cinemateca de Cuba.

Un año después duplicamos las páginas, lo que permitió publicar más textos por número, ampliar la cantidad de colaboradores e incluir programaciones de una mayor cantidad de salas y otros espacios de exhibición, con fichas técnicas completas.

En 2005, el periódico comenzó con una tirada de 3000 ejemplares en blanco y negro, que casi enseguida se incrementó a 7000 y poco después a 14 000, cifra que fue creciendo no solo por el aumento de la demanda, sino porque queríamos que el periódico llegara a otras provincias, pues al principio solo se distribuía en La Habana.

Además, en cuanto se pudo comenzamos a subir el PDF al portal Cubacine para que pudiera descargarlo y consumirlo quien no tuviera acceso a los ejemplares impresos. Así se mantuvo la Cartelera hasta la crisis de la poligrafía que comenzó a principios de 2019, y desde entonces no se ha podido volver a imprimir.

Entre ese momento y principios de 2020 mantuvimos la estructura del periódico, en espera de un restablecimiento de la impresión. Mientras tanto, seguíamos subiendo el PDF a Cubacine, donde además comenzamos a publicarlos textos de forma independiente para que llegaran por otra vía a los lectores.

Con el inicio de la pandemia, el cierre de los cines y la desaparición de las programaciones de las salas, comenzamos a publicar carteleras, pero de algunos espacios televisivos especializados en cine, así como textos sobre películas recientes, especialmente las ganadoras en certámenes cinematográficos o las que, por su calidad, considerábamos que merecían un análisis crítico o una promoción más detallada.

En cuanto a su diseño y contenido, ¿qué otras modificaciones ha tenido el periódico?

Además del aumento de las páginas, y por tanto de los contenidos, las principales modificaciones han tenido que ver con los distintos directores o jefes de redacción que han pasado por la publicación, aunque casi todos han conservado la estructura y la concepción que se encontraron.

Sin embargo, todos han hecho aportes, han sumado una visión fresca y corregido defectos que se ven desde fuera, pero que cuesta percibirlos a quien está sumergido en la dinámica de trabajo de una publicación como la nuestra.

Uno de los directores, por ejemplo, propuso, poco después de llegar, el principal cambio que ha dado la Cartelera… a nivel visual, en abril de 2011. En ese número, el 66, abandonamos las tipografías originales y las sustituimos por otras más modernas y legibles, cambiamos el cabezal de la primera página por uno más atractivo y la forma de presentar los folios explicativos de las páginas interiores. Esta fue una mejora notable en la visualidad, la cual con pequeños cambios ha durado hasta hoy.

Ahora, en cuanto a los textos, desde el principio mantuvimosla intención de publicar artículos cortos, que en general no sobrepasen las 600 palabras, pero que consigan sintetizar de la mejor forma posible ideas y planteamientos que siempre requieren un espacio mayor para ser expresados. Ello no es tan fácil de lograr como parece, y pudiera decirse que la Cartelera…, a despecho de poder incluir textos más largos, ha servido para que muchos críticos mejoraran su capacidad de síntesis e implementaran herramientas expresivas que les permitieran decir mucho en poco espacio.

El 2020 marcó una nueva etapa para el periódico, ¿cierto?

Con la llegada de la COVID-19 a Cuba en marzo del pasado año y el cierre de los cines cambió la concepción histórica del periódico: la mayoría de los textos comenzaron a dedicarse a películas programadas para exhibirse, desde la televisión, en el mes en cuestión. Esto supuso una apertura, pues la publicación se volvió más abarcadora y también más actual, en términos de que podíamos publicar textos sobre filmes recientes que, incluso, no habían llegado al país todavía.

Asimismo, para acompañar las críticas comenzamos a publicar listas, decálogos en su mayoría, sobre cineastas o filmes recientes o representativos de la historia del séptimo arte. Y en vistas de que seguimos sin poder imprimir y no tenemos que ceñirnos a las hojas contratadas con la poligrafía, pudimos acrecentar las páginas, lo que nos permitió generar una mayor cantidad de contenido. De hecho, actualmente estamos rondando las 16 páginas por número.

A su vez, en mayo de 2020 creamos canales en redes sociales como FacebookTwitter Telegram, lo que ha abierto nuevos espacios de interacción con el público. Otro cambio grande de esta última etapa fue la realización del periódico en colores, que lo hace mucho más atractivo.

No obstante, cuando el sistema poligráfico se recupere de su crisis esperamos mantener esta visualidad colorida (y las 16 páginas), ahora que la mayoría de los periódicos cubanos han dado ya el salto al color.

¿Con qué planean continuar este año?

Pensamos mantener la estructura actual, aunque siempre aparecen ideas nuevas, que estamos dispuestos a incorporar. La Cartelera Cine y Video es, ante todo, un periódico concebido para imprimirse, por lo que seguimos esperando que ocurra la recuperación de la poligrafía para que la publicación retome su formato natural, el papel.

Sin embargo, cuando esto ocurra, pensamos mantener abiertos los canales digitales que hemos creado, que entonces serán un excelente complemento para el periódico impreso y no una solución incompleta y coyuntural, como lo es hoy.

 


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