La pieza teatral, Premio de dramaturgia Virgilio Piñera, sube a las tablas de la Sala Llauradó. Escrita por Yerandy Fleites, Maneras de usar el corazón por fuera instaura en múltiples personajes variadas situaciones de la Cuba de hoy, tomando como punto de referencia la obra El Chino de Carlos Felipe.

Haciendo una representación de La Habana contemporánea, aunque con la mirada puesta en personajes de los últimos años de la década de 1940, la obra juega con entradas y salidas, además de presentar una escritura arrojada. Llenando la pieza de inferencias que hacen que esta obra proponga plurales lecturas y múltiples problemas; las mismas, hiladas con sutileza, para que el público asistente no se sienta agobiado con el cúmulo de situaciones que expone.

En su conexión con el pasado y el presente, el uso de un lenguaje directo que muestra determinado contexto social y la estructura dramática con la que conformó la obra, demandó un trabajo complejo sobre una realidad concreta en un mundo que continúa buscando respuestas. Una pieza pensada para interactuar y dejar a un lado la apatía o la indiferencia, en tanto se suma al tránsito entre respuestas pretéritas y las incógnitas que emergen del presente, y que cuestionan ideas, impresiones y el ambiente que se genera.

La historia amorosa de una prostituta que emigra a Miami y luego de algún tiempo regresa a Cuba para escenificar con actores residentes en la Isla, el convulso romance y, de esta forma, llevar el teatro de la vida al teatro de escena, en un intento de cerrar heridas y avanzar; vuelve la mirada y las interrogantes sobre La Habana, su historia social, la vida de sus coterráneos y por otro lado la diáspora; aquellos personas que van de un lugar a otro geográfico e históricamente diferentes.

El amor, la prostitución y la emigración son partes de esta historia, en la que los protagonistas reviven sus vidas y toda circunstancia en la que tomaron decisiones aceptadas o no. En esa reconstrucción, la muerte, la traición, el chantaje, el mundo interno o la visión sobre lo que han vivido, incluso su propio yo, son expuestos en extrañas y enrevesadas circunstancias. En un cruce constante de las líneas temporales y el espacio de representación, dado que la pieza transcurre en medio de un constante juego teatral que se nutre de las vivencias de la gente y de la mirada de los que hacen teatro. La idea de la puesta supone el cuestionamiento de una existencia.

Maneras de usar el corazón por fuera, puede verse los fines de semana del presente mes de marzo hasta el próximo día 22. Una obra que se explica mediante las circunstancias en que se produce. El descubrir sus síntomas y sus pertinencias, es descubrir que se ha asumido la escritura desde la escena misma. Con el interés por el contexto en que se mueven los personajes y el sistema de relaciones que ellos establecen. Un mundo que tiene a la realidad cubana como punto de partida. De ahí viene todo impulso, de no escapar de lo cotidiano, del devenir y de la responsabilidad de compartir ideas con los demás.