Los Bandos Rojo y Azul de Majagua


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Sin duda; son los bailes campesinos de Majagua los de mayor reconocimiento y promulgación de la cultura campesina en Cuba, han trascendido el marco territorial y tradicional para convertirse en manifestaciones referentes de tipo artístico-cultural; se nos hace común su existencia en repertorios de agrupaciones; tanto en el movimiento de artistas aficionados como en compañías profesionales, también lo encuentras a través de procesos instructivos y educativos relacionados con su historia y  elementos músico-danzarios devenidos de la propia práctica tradicional en programas de estudio pertenecientes a las diferentes enseñanzas, utilizados esencialmente en escuelas y Casas de Cultura por parte de los instructores de arte.

Por su trascendencia histórica y valor antropológico ha ganado espacio cimero en la cultura cubana, tal es así que el punto cubano y el son lo toman también como suyos, bien merecido su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación, estamos en presencia de una fiesta popular tradicional que se encuentra cerca de su centenario, donde confluyen elementos que reguardan las tradiciones en diversos rubros o ámbitos de actuación; como la música popular tradicional, los bailes tradicionales, la teatralidad, la artesanía popular tradicional, la literatura de trasmisión oral, las comidas y bebidas artesanales, entre otros.     

Majagua, territorio de color rojo en el Mapa, municipio de la provincia Ciego de Ávila, de amarillo. 

Desde los años iniciales del siglo XIX, en el territorio Majagua, era habitual las fiestas bailables campesinas, la presentación de torneos de cintas, encabezado por presidentes y madrinas, constituyendo esto y las fiestas desarrolladas en Guanabacoa (1826), los antecedentes de las fiestas de los bandos en Majagua. Es a partir de 1929 a través de la Sociedad “Unión Club” y más tarde la “Unión Latina” que se comienzan a celebrar estas fiestas con carácter anual denominadas “Bailes guajiro”; donde podían participar tanto asociados como invitados, quienes debían vestir preferentemente el estilo campesino.

Después del triunfo de la Revolución, derribadas las barreras raciales de antaño, estas fiestas fueron rescatadas y enriquecidas en los órdenes cuantitativos y cualitativos, convirtiéndose en uno de los eventos más importantes de la Cultura Popular Tradicional de nuestro país. Dentro de las características de estas festividades podemos encontrar que la militancia de los bandos no está determinada por una demarcación territorial (barrio), sino por la simple simpatía por un color que se manifiesta en los individuos desde los primeros años de la niñez y además la existencia de un jurado especializado encargado de seleccionar el bando ganador.

El origen de este festejo se remonta a 1927, año en que Escarnita Martínez y Leovigildo Díaz celebraron en su casa el primer baile guajiro en forma de guateque, acompañado de comidas y bebidas típicas. Al año siguiente repitieron el baile, pero en forma de comparsa. Las mujeres adornaron sus vestidos con vuelos, lazos, flores, collares y llevaron abanicos y los hombres vistieron traje guajiro: guayabera, sombrero, pañuelo y machete. Se hicieron acompañar por un conjunto de instrumentos musicales propios de la época: acordeón, guitarra, tres, laúd, claves, maracas, botija, el tingo talango, marímbula, tumbadora, güiro, entre otros.

En 1929 se conformaron dos comparsas que fueron identificadas con los dos colores que distinguían a los equipos de pelotas que jugaban en Majagua, el rojo y el azul. A partir de 1932, y hasta 1959, la fiesta fue auspiciada por la Sociedad de Instrucción y Recreo Unión Latina. Se contrataban entonces afamadas orquestas, el local se decoraba con elementos campesinos y se constituía un jurado, aunque ningún bando era premiado. Los bandos se autofinanciaban y celebraban su triunfo con una fiesta llamada gira. En estos primeros tiempos, la fiesta no tuvo carácter popular, ya que solo podían entrar a la Sociedad las personas blancas y consideradas de buena ascendencia.

En 1966 reaparecieron los bandos dirigidos por el Sindicato del Petróleo y la Alimentación, en el antiguo local de la Sociedad, pero la fiesta tuvo poca acogida en la población. En 1980, por iniciativa del movimiento generado por las investigaciones del Atlas de la Cultura Popular Tradicional, y con el apoyo de las direcciones de cultura provincial y municipal, así como de las instancias del gobierno, se revitalizaron los bandos en un ámbito mayor, ya que se extendieron a todos los sectores de la población.

A partir de ese momento, el festejo se enriqueció con juegos, rodeo, se adornaron las calles y los bandos mantuvieron el carácter competitivo. Cada comparsa realiza una demostración, y presenta cada año un baile tradicional. A partir de 1981 la fiesta se celebró durante la Jornada de la Cultura del municipio en el mes de noviembre.

La presentación comienza en un punto que se marca en la calle principal (a- calle Independencia), haciendo un recorrido que se denomina paseo hasta la plataforma ubicada en la Pista Joven (b- calle Paseo Martí) donde se desarrolla el espectáculo. El paseo constituye para la comparsa la oportunidad de contacto físico con su público, con sus simpatizantes, convirtiéndose en los fieles guardianes estos  custodiando hasta el lugar del escenario; en todo el trayecto van cantando, gritando, bailando, dando ánimo y victoreando a su bando. Este recorrido tiene un peso importante en la metodología evaluadora, es por ello que tiene que ser con mucha fuerza, iniciativas, entusiasmo, limpieza, para llevarse la puntuación. Existe un momento crucial en este paseo y es cuando las comparsas doblan una esquina (c- entre calles República y Paseo Martí) para luego seguir recto hacia la plataforma central (d- Pista Joven), ese es el primer momento en que el público aprecia su bando con la esperanza que obtendrá el triunfo, se pueden escuchar frases alegóricas, como; «Viene como un tren», «Qué fuerza coge cuando dobla por la esquina».

El rescate para los bandos es como el hijo pródigo, la obra mayor, es la creación cada año de un número musical y danzario que se realiza de forma secreta y que los integrantes de las comparsas tratan de robar a su adversario para tocarlo y bailarlo; generalmente su momento de ejecución es clímax dentro del espectáculo, los espectadores gritan, aplauden eufóricamente y la canción que se baila y tararea al terminar la presentación de cada bando es el rescate, lo que significa que: «Se pegó, gustó y se quedó», «Es como un parto», «Yo estoy seguro que no hay en Cuba repertorio de música y baile campesino como el de Majagua».

Estos elementos requieren de un trabajo de muchos meses, son elaborados nuevos todos los años. Fueron cobrando importancia a partir de la década de los ochenta, del pasado siglo, e incluso ganando mayor cantidad de puntos en la metodología de la competencia, son como retos que se imponen ambos bandos para rivalizar, para demostrar quién es mejor, nuevas ideas aparecen en cada presentación para sorpresa del público y de la propia comparsa porque tiene carácter secreto.

La personas del lugar cuando se aproxima la fecha de celebración de la fiesta se visten con los colores alegóricos de su bando, se puede apreciar mucho color rojo o azul en diferentes maneras de vestir (pañuelos, pulóver, cintas en sombreros, gorras, camisas, entre otras), en la fachada de sus casas colocan banderas o carteles, son formas de demostrar a que bando pertenecen; todo esto ocurre principalmente en el centro del poblado. Luego que las fiestas pasan queda todavía en Majagua por varias semanas, las polémicas, discusiones sobre el ganador, el perdedor, el jurado y el juramento de salir el próximo año y ganar.

El director de cada bando para esa fecha, cobra liderazgo, es un personaje importante, luego de celebrada la fiesta queda en el recuerdo hasta el próximo año, existen Tesoros Humanos Vivos que constituyen símbolos en cada bando como antiguos directores, las personas de más edad, los mejores bailadores, familias que han participado año tras año en las fiestas, que al calor de la competencia constituyen un estímulo para la comparsa.

Dentro de los Elementos asociados que se declaran como Patrimonio Cultural de la Nación, podemos encontrar: la trasmisión generacional (comparsa infantil de ambos Bandos), juegos tradicionales ( juego de pelota entre los representantes de los dos bandos, juego de la cinta y el torneo de la argolla), el desfile de caballería de doce jinetes, la teatralidad (representación de personajes, como: Cuba, Liborio; Doña Joaquina y Don Pepe),  la literatura de transmisión oral (décimas alusivas recitadas por Cuba y Liborio, cuartetas y décimas en soporte gráfico).

Le mostramos un ejemplo de décimas alegóricas de ambos Bandos:

Décimas del Bando Rojo:

Cuba: Liborio, pueblo querido
¡cuánta virtud, cuánta gloria!
Conforman la rica historia
y tu respeto al vencido
Tú, que nunca te has rendido,
que no evitas la querella,
sabrás retornar la huella,
lucharás en bien andanza,
revivirá mi esperanza
y será libre mi estrella.

Liborio: Cuba, a pesar de mi calma,
me llena de indignación
ver la enemiga ambición
encadenando la palma,
pero te juro por mi alma
a ti que eres la más bella
que yo borraré la huella
de la cruel intromisión
haré la revolución
y será libre tu estrella.

Décimas del Bando Azul:

Cuba: Visto los bellos colores
de mi bandera triunfal
y soy la tierra inmortal
del amor y de las flores.
Envuelta con los fulgores
de una gloriosa contienda,
marcho erguida por la senda
del amor y la hermandad.
Soy Cuba, la libertad
en la historia y la leyenda.

Liborio: Cuba, vengo a este rincón
de recuerdos campesinos,
por los antiguos caminos
de una hermosa tradición.
Vengo de tu corazón,
de tus montañas y llanos.
De tu palmar soy hermano,
hijo de tu sol nací.
Vivo en la muerte por ti:
soy yo, el pueblo cubano.

También encuentras la artesanía popular tradicional mediante la  confección por cada Bando de elementos escenográficos, como: el bohío campesino, el sombrero de yarey, confección artesanal de animales alegóricos como el cerdo, cotorra, gallos y gallinas, además los bailes y cantos en los que se representan escenas de la vida campesina, histrionismo sin igual que aparece en escenas, como: la pareja de jóvenes disfrazados de viejitos; “Don Pepe”, defendiendo al bando Azul (alegre guajiro, buen bailarín y con chispa), mientras defendiendo el Bando Rojo, “Doña Joaquina” (mujer parrandera y generosa).

El conjunto de instrumentos musicales: acordeón, guitarra, tres, laúd, claves, maracas, botija, el tingo talango, marímbula, tumbadora y güiro, mientras el repertorio de bailes y danzas tradicionales lo componen, en primer lugar los ejecutados por ambos Bandos: el zapateo, “sumba-Antonio”, “caringa”, el “gavilán” y el “papalote, mientras ha sido enriquecido por la iniciativa, aparición y herencia de aquellos surgidos en el seno de cada gremio.

Como mayor significado de la festividad de los Bandos Rojos y Azul de Majagua lo constituye en primer lugar  representar para los propios pobladores su principal tradición cultural, lo cual contribuye al sentido de pertenencia y la identidad cultural de la comunidad, además la preservación y salvaguardia de la manifestación identitaria a lo largo del tiempo se debe a la capacidad popular de reconstruir, renovar y crear nuevos sentidos y significados para mantener viva una festividad raigal y popular, mientras se aprecia un sentido de continuidad a través de la práctica cultural misma de niños y jóvenes, logrando así la viabilidad y promulgación de la tradición.

Las fiestas de los bandos Rojo y Azul en Majagua, como tradición cultural ha traspasado su connotación festiva para formar parte de los rasgos de la identidad majagüense matizando juicios, valores éticos, estéticos, ideológicos y culturales en general, sin duda contribuye al fortalecimiento y enriquecimiento de un repertorio tradicional; tanto en el ámbito nacional e internacional como parte de la proyección artística de agrupaciones y compañías artísticas de agrupaciones pertenecientes al movimiento de artistas aficionados y del sector profesional, por lo que constituye fuente necesaria y obligada en la enseñanza artística, así como en demás instituciones culturales y educacionales de nuestro país, por mucho; referente artístico y cultural en la creación artística, y los medios masivos de comunicación.

Felicidades para una tradición tan auténtica para la cultura cubana y para la identidad de todos los cubanos. Enhorabuena!!!!

 


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