Quinteto Cubano de Jazz (Video)


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Les propongo un viaje al pasado. Al siglo XX y a sus dos últimas décadas. Pensemos que es el año 1980 y que en el bar Las Cañitas del hotel Habana Libre pasadas las ocho de la noche hay buen ambiente musical. Dicen que está el piquete de Nicolás Reinoso, un saxofonista que más que todo es un gran promotor musical; que en sus presentaciones en este lugar convergen algunos de los más importantes talentos musicales del momento; entre ellos un negro flaco alto y con barba al que todos llaman Germán Velazco, y que solía enfrascarse en unos largos y solos y hermosos contrapuntos con otro instrumentista llamado José Carlos Hernández.

Es el mismo hombre que es llamado a sustituir a Paquito Rivera (agregar la preposición a su apellido fue un gesto de promoción artística) en Irakere como saxofonista, flautista y clarinetista; ese mismo año. Sin embargo; para el común de los mortales Germán Velazco llego a sus vidas cuando interpretó Las margaritas; curiosamente la única suite escrita para saxofón por Chucho Valdés en la historia del jazz cubano.

Entre mis compañeros de juego e infancia se encontraba Hammady Despaigne Bayard que además de domador de perros despuntaba ya como un buen saxofonista y que tenía por mentor en esa época al Chino Lam. Hammady  fue el llamado a sustituir a Germán Velazco –uno de sus ídolos en aquellos años—en Irakere a fines del año 1987. Sin embargo; renunció a favor de un adolescente camagüeyano llamado Cesar López que para aquel entonces acusaba una timidez a toda prueba.

Cartel del concierto el sábado 30 de marzo en el Teatro Martí.

A Alfred Thompson le conocí accidentalmente en una visita a los ensayos de Irakere en el estadio Pedro Marrero, nos presentó Maraca, y recuerdo que desde ese mismo día nunca he dejado de verle sonreír. En cuanto al amigo Evaristo Denis Baró hoy por vez primera nos estrechamos las manos, sé que le consideran uno de los pedagogos más importante de estos tiempos en la enseñanza del instrumento. Esto lo afirman no solo sus amigos, sino algunos músicos jóvenes con los que he conversado. De Yamil todo lo que se es gracias a la admiración y respeto que le profesa Germán.

 Entrevista a Germán Velazco sobre su nuevo disco y las espectativas del Concierto ofrecido el sábado 30 de marzo en el Teatro Martí

Estas palabras son el preámbulo de mi relación humana y estético musical con este proyecto y sus integrantes; a los cuales les une una dualidad curiosa: tres son ex Irakere y esos mismos tres son camagüeyanos.

Ellos  son deudores de Marcel Muleta y Coleman Hawkins  cuanto a su formación. El primero definió el saxofón para la modernidad académica; el segundo abrió las puertas del jazz a este instrumento para todos los tiempos. Igualmente forman parte del linaje de grandes saxofonistas cubanos que por más de un siglo han ido definiendo y generando una forma de tocar, un sonido y hasta una estética muy particular de lo cubano en este instrumento. Relación de nombres extensa y que evito hacer para no cometer los clásicos olvidos en las enumeraciones.

Todo ello y mucho más está presente en este disco que nos reúne.

Para nadie es secreto que en los últimos tiempos la discografía cubana se ha aventurado a producir discos de diversos ensambles de esta familia de instrumentos; y que no siempre han navegado con fortuna, de todos ellos el que la memoria colectiva recuerda es el de Havana Sax por su frescura interpretativa. Pero de memoria no se hace el camino de la música.

Era necesario aventurarse a ascender un escalón, a transgredir, incluso a blasfemar musicalmente en tiempos donde los antihéroes son la marca que define el gusto masivo, los mimados de los medios y los grandes usurpadores del buen gusto. Creo que en el fondo este es el gran reto de este proyecto.

Este disco es la obra perfectible de un grupo de antihéroes de incuestionable trayectoria musical, donde convergen personalidades distintas pero que se profesan respeto y admiración mutua. Musicalmente no hay subordinaciones estilísticas, ni pretensiones de asumir un protagonismo cultural –sea velado o manifiesto--; cada uno sabe lo que debe hacer y en qué momento ceder la alternativa a su compañero de cuerda.

Digo cuerda de instrumentos; y recomiendo  esos fragmentos en el disco donde hay pasajes musicales que recuerdan esa formación instrumental que hoy parece condenada al olvido pero que fue y es determinante en la música cubana: tocar como equipo a sabiendas de la importancia que reviste el papel de cada instrumento y cada músico en la ejecución.

Quisiera aclarar que este disco es uno de los discos instrumentales donde la cubania y lo cubano se expresan de una manera distinta. Lo cubano también supera la presencia constante del sonido de la clave o su constante onomatopeya, no hay golpes de percusión. Lo cubano es una forma de ser actuar y es una actitud ante el instrumento y el público. Es pasarla bien, es pensar y saber que cada tema que compone este CD es parte de la vida de cada uno de ellos, son sus vivencias y dolores; sus alegrías y por sobre todas las cosas un homenaje a ellos mismos.

Es también generarse un proyecto como este y atreverse a reinventarse cada día como músico y dejar la piel en cada concierto.

Este Quinteto Cubano de Jazz volverá a nuestras vidas, de hecho ya está entrando en ella, siempre renovado, buscando nuevos horizontes, intercambiando energías y siendo parte de las dinámicas de su tiempo y mirando siempre al futuro.

Crea en lo que digo. Me lo confirmaron sus integrantes.

Muchas gracias.


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