Tengo lo que tenía que tener… homenaje a Nicolás Guillén


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Tengo, vamos a ver,

que ya aprendí a leer,

a contar,

tengo que ya aprendí a escribir

y a pensar

y a reír.

Tengo que ya tengo

donde trabajar

y ganar

lo que me tengo que comer.

Tengo, vamos a ver,

tengo lo que tenía que tener.

 

(Fragmento del poema Tengo 1964)

 

De Nicolás Guillén cubano de nacimiento, su prosa, y su pensamiento; la presencia del humor en su poética, pero también, la ironía, la sátira, la rebeldía y el amor. Una vanguardia que existe en la medida en que su verso es ruptura y unión, voluntad y realidad.

En su afán de búsqueda dada la inconformidad con la situación social que vivió, su hacer se convirtió en espacio testimonial; un canto a la solidaridad y dos identidades: cubana y española. Viajero incansable, con inquietudes que lo llevaron a adentrarse en los anhelos y lamentos de su raza, tomando al mestizo y al negro, como centro de atención. Ubicándose así, en la opresión y servidumbre en que vivían. Su lírica se hizo eco de temáticas como la muerte, pero además, se pronunció contra la política imperialista, emplazándola como una  plaga que arrasa con la existencia humana.

Tras la exploración verbal que experimentó, su poética encuentra un lugar para desborde de conflictos internos que se reflejaban en la sociedad. En tanto, su hacer incorpora el rítmico de la protesta, y conjuga plurales expresiones donde se halla constantemente renovado.

De Guillén, un legado poético extenso que la fundación que posee su nombre conserva y promueve. A 30 años de la desaparición física, su obra continúa vigente y diversas instituciones (el Centro Dulce María Loynaz, editorial Sensemayá, la sala Martínez Villena de la UNEAC, la galería Villa Manuela) y personalidades (Premio Nacional de Literatura  Nancy Morejón, el escritor y ensayista  Virgilio López Lemus, Abel Prieto, Luis Álvares Álvares y el profesor jamaiquino estudioso de la obra de Guillén - Keith Ellis), se suman a las jornadas de recordación, auspiciado por el Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano del Libro.

Hasta el 16 de julio tendrán lugar lecturas de poemas, presentaciones de libros, exposiciones de artes plásticas y paneles académicos en los que la vida y obra de nuestro Premio Nacional de Literatura (1983), será el centro de atención.

El programa contempla:

  •  En el marco del Sábado del  Libro el 13 de julio, se presentarán varios ejemplares de la colección Palma Sola de la editorial Sensemayá. Palabras a cargo de Virgilio López, ensayista y escritor.
  • El día15 tendrá lugar en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC, el coloquio Cultura y Revolución. En la tarde, se inaugurará la muestra fotográfica en la galería Villa Manuela, “Iba  yo por un camino…”
  • Para el día 16, la jornada llegará a su término con la visita al Panteón de la Fuerzas Armadas Revolucionarias, donde reposan los restos de quien es nuestro Poeta Nacional y en donde el ministro de cultura Alpidio Alonso, ofrecerá unas palabras. En la tarde, se presentará el poemario de Guillén titulado,  La paloma de vuelo popular 1958. Libro que recoge 39 textos publicados por primera vez en Buenos Aires, Argentina. Poemario que toca temas de nuestras raíces y busca la pluralidad de la cubanía con un llamado a la unidad, a la integración racial.

Por el desafío y el coraje. Por su labor periodística, el vínculo con artistas e intelectuales y por el modo en que se abrió al mundo, muchos son los motivos para que a 117 años de su natalicio, tengamos el placer de disfrutar la presencia de este hombre de las letras. A través de la pieza a tamaño real esculpida en bronce del artista Enrique Angulo; que quedó enclavada en la avenida Alameda de Paula en la Habana Vieja el pasado 10 de julio, día en que comenzó la jornada guilleniana; Cuba exhibe a uno de sus hijos ilustres.


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