Sobre las tablas del teatro Hubert de Blanck, una de las piezas más representativa del dramaturgo argentino Roberto Cossa, Yepeto (1986).

Tito, como también es conocido este escritor y periodista, inició desde muy temprano una interesante y fructífera carrera producto de estar influenciado y de haber nacido en el seno de una familia de actores de teatro. A lo largo de su carrera escribió piezas con un corte realista que enfrentan las frustraciones del hombre, pero también anduvo entre los senderos del humor negro y el absurdo como vía para definir teatralmente el lugar donde vivió, Buenos Aires.

Considerado uno de los autores más importante, Tito Cossa, sumergió algunos de sus proyectos de teatro; La nona (1976), El viejo criado (1979), Gris de ausencia (1981), Los compadritos (1985), Nuestro fin de semana (1964) y Tute cabrero (1968); en las llamadas obras clásicas argentinas.

De quien fuera uno de los promotores del Teatro Abierto, integrante de la «Generación del Nuevo Realismo», reconocido además en 1994 como el más importante escritor de Teatro de esa década en Argentina: Yepeto. El enfrentamiento entre generaciones, la lucha constante por un amor, el encuentro entre la experiencia de vida y el ímpetu de la juventud son expuestos en esta obra; donde la mujer es la musa inspiradora, motivo para que el tiempo se detenga o vuelve atrás en la historia de un escritor y profesor enamorado de su alumna adolescente y estudiante de literatura, Cecilia; quien le hace sentir viejas sensaciones y nuevos deseos, mientras establece una relación algo tirante con el novio Diego Antonio, un joven deportista quien cegado por los celos se enfrenta a él.

Reparto

Cecilia……………. Laura Delgado

Profesor…………… Jansel Lestega

Diego Antonio.......... Leonardo Ruiz

Dirección y Puesta en escena……… Faustino Pérez

Dirección General…………. Orietta Medina

El interés por las relaciones humanas, el mundo femenino, el triángulo amoroso y procesos de la creación artística en los que se hacen alusiones literarias con gran despliegue de ironía e ingenio, aparecen con un lenguaje cotidiano, donde el humor envuelve las escenas, convirtiendo la obra en una poética reflexión sobre el amor. Cada quien afronta sus carencias e inseguridades de una historia construida sin grandes pretensiones, y que es llevada a escena por la compañía Hubert de Blanck, interpretando personajes con conflictos dados en la sociedad de hoy, donde todo tiene un valor como reflejo de un país y su gente.

Yepeto conoce el mundo por sus experiencias personales o por lo que le confiere Cossa, en tanto veremos un Antonio físicamente atractivo, y ambos tratan de usar la ventaja que tienen uno sobre el otro, para seducir a Cecilia.

Esta obra exitosa, pone especial énfasis en el miedo a envejecer. Fría por momentos, cálida en otros, como si se tratara de un juego de espejos, donde la energía, ironía y el humor se vuelcan sobre las tablas, mostrando con delicadeza las puntas de un triángulo abierto, pero también la corrosividad y la acidez de una historia. Donde el dramaturgo retrata a personajes que se organizan en encuentros entre estos hombres para exponer sentimientos que se van entrelazando alrededor de una fémina. Y en el que se hace una búsqueda constante de la dignidad humana.