El universo coreográfico de la prima ballerina assoluta de Cuba es abordado en el importante volumen "El arte coreográfico de Alicia Alonso", de la autoría del investigador y crítico cubano Pedro Simón.

La investigación bajo el sello Ediciones Cumbres reúne características significativas, ya que se adentra en una faceta poco explorada de la mítica artista cubana, pero que resulta tan significativa como su carrera como bailarina o pedagoga.

“Alicia Alonso es una figura multifacética –expresó el autor del libro, el Dr. Pedro Simón-, su impronta puede ser valorada de muchas maneras: es la gran bailarina, la gran maestra y, también, la gran coreógrafa. Es tan excelso el desempeño de ella en cada una de estas facetas que, de cierta forma, hacen sombras a otras que resultan tan importantes como las primeras, y eso pasa con la coreografía”.

Valoró el crítico que el trabajo coreográfico de Alicia resulta ineludible y de suma importancia, razón por la que aseveró: “si ella solo hubiera hecho coreografías, su nombre estuviera escrito igualmente en la historia mundial por la excelsitud de sus creaciones”. 

A través de este volumen nos acercamos no solo a reconocidas versiones de los clásicos, sino también a obras de absoluta originalidad y de diverso estilo que desarrolló la creadora.

En más de 800 páginas se registran el catálogo completo de Alonso como coreógrafa, el que cubre prácticamente ocho décadas de trabajo.

“Este es un libro que recoge las investigaciones, por años, de muchos compañeros y el mío, en particular; recopilando y analizando, tratando de buscar los caminos, las razones, las bases de este aspecto del trabajo artístico”, destacó Pedro Simón. 

Asimismo preponderó que la pesquisa abarca desde los primeras incursiones coreográficas de la Alonso hasta las últimas, y todas abordadas por una decena de ilustres especialistas cubanos y extranjeros, quienes han analizado con rigor y profundidad el arte coreográfico de esta gran maestra. 

“Se desarrolló a la manera de una valoración múltiple –explicó Pedro Simón-, ya que los especialistas han escrito sobre distintas obras creadas por ella, o sea, que aunque yo hago el concepto del libro, el prólogo, las notas y también realizó la valoración general, me interesó que las valoraciones particulares de cada obra las hicieran distintos especialistas que aportaran un criterio más imparcial, más objetivo, de los valores coreográficos”.

Además, el experto subrayó que el material es depositario de una gran cantidad de información, pues recoge el catálogo completo y se valoran las obras más importantes de su corpus creativo.

“En él hay una serie de textos de la propia Alicia que ella valoró estas obras y en los que reflejó sobre el trabajo coreográfico en particular: qué fue para ella el trabajo coreográfico, cómo surgió, qué conceptos ella tenía para hacerlo. Así nos hacemos una idea más cabal de cuál era su poética en el trabajo de la coreografía. Esto nos da luces para juzgar mejor el trabajo que ella realiza después”.

Enriquecen la investigación textos complementarios como los relacionados con Alicia Alonso y la música, así como con otros elementos de la coreografía en aspectos históricos y estéticos que ayudan a también a comprender mejor el trabajo coreográfico.

Profusamente ilustrado este libro constituye un material de consulta, ya que su información no se encuentra en otra parte y tiene una valoración muy completa del trabajo de Alicia Alonso como coreógrafa. 

El arte coreográfico de Alicia Alonso resulta un trabajo de referencia para estudiantes, investigadores e interesados en el tema, así como un recurso importante para la enseñanza de este arte en las escuelas de ballet. 

Sobresale, además, en su portada una imagen de la artista en el ballet "Dido abandonada", coreografía de Alicia Alonso, que recibió el Premio a la Mejor Coreografía presentada en el 45 Festival Internacional de Edimburgo, en 1991.