Este jueves el II Taller Internacional del Programa de Estudios sobre Afroamérica «Juegos de libertad. Prácticas descolonizadoras del universo infantil» tuvo como eje central el análisis de la representación afrodescendiente en las narrativas gráficas norteamericana, caribeñas y cubana.
La serie de conferencias fue iniciada por el investigador Daniel Thomas Stein, perteneciente a la universidad alemana de Siegen quien, por medio de un recorrido cronológico, dio a conocer las distintas etapas de representación que ha tenido el sujeto afrodescendiente en la gráfica estadounidense. Su principio radica en la caricatura e ilustraciones anteriores al cómic, surgidas en los inicios del siglo XIX, cuyas tipologías de las personas y culturas afrodescendientes se hacían a partir de la visión racista, fabulesca e irreal de muchos creadores. En este contexto, la imagen del afrodescendiente aparece como infante divertido, cobarde o peligroso e incluso animalizado, mientras se ocultaba la historia real de los pueblos esclavizados y de las posteriores generaciones. Como explicó el investigador, se caricaturizaban sujetos sin historia ni dominio sobre su propia voz o cuerpo.
Stein explicó cómo, a pesar del impacto que estas representaciones racistas tienen en el imaginario cultural y social norteamericano, se han erguido narrativas contrarias durante el siglo XX y XXI con diversas propuestas, desde super héroes afrodescendientes en el cómic, hasta las novelas gráficas contemporáneas que apuestan por la perspectiva histórica realista de dicha comunidad. Como ejemplo de esto, trajo a colación la obra de Tom Feelings, The Middle Passage (1995) centrada en la recreación de los fenómenos de colonización y tráfico de esclavos, así como la reciente novela gráfica de Rebbeca Hall y Hugo Martínez, Wake: The Hidden History of Women, (2022) que muestra la condición de la mujer afrodescendiente frente a la esclavitud y busca dar voz al sujeto afrodescendiente, silenciado en aquella época.
Por otra parte, en una muestra íntegra de su labor artística, la joven creadora cubana Ana Roxana Díaz, explicó el significado que para ella tiene reflejar su identidad y cotidianidad en la narrativa gráfica, ancladas en sus raíces afrodescendientes. Desde el trabajo en las editoriales cubanas Abril, Gente Nueva y la Editorial de la Mujer, busca exponer su propuesta desde la estética afro y el feminismo.
En consonancia con las necesidades de expresar su mundo interior y las particularidades de su proceso creativo, trabaja en diversos proyectos como el emprendimiento personal Black Lady y los eventos promovidos por La Vitrina de Volonia, centro cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad dedicado a la promoción del cómic y la cultura belga en La Habana. Igualmente, ha incursionado en la narrativa gráfica para niños y adolescentes con el proyecto La Pandilla, en el que relata las vivencias de varios infantes en igualdad de condiciones protagónicas, donde las características de sus distintas personalidades predominan por encima de los sesgos raciales.
Otro importante panelista que mostró, ampliamente, el contenido de su labor, fue el ilustrador cubano Alexis Gutiérrez Gelabert quien, acompañado de su esposa, trabaja actualmente en función de graficar el Diario de Campaña de José Martí. Según explicó en su ponencia, se enfoca en dotar cada escenario narrado por el Maestro tanto de la iconografía de la época como de su imaginación. Por demás, detalla los acontecimientos del periplo de Martí, Gómez y Collazo de Haití a Cuba en 1895 o la relación que mantuviera el primero con el líder mambí Antonio Maceo. El apego a la realidad histórica inspira a Gelabert para emprender nuevos proyectos como el que estará dedicado al general cubano Quintín Bandera. Asimismo, conocimos de su icónica obra Aventuras desde la Edad de Oro en la cual inserta a los personajes infantiles en una dinámica de aprendizaje moderna que conecta la obra martiana con la fantasía y las vivencias de los más pequeños.
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