Ahora: #NOMÁSTRUMP


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En Venezuela, el legítimo gobierno bolivariano presidido por Nicolás Maduro recibe amenazas violatorias del derecho internacional de parte del antipolítico Donald Trump; este último trata de cerrar el cerco contra el pueblo venezolano sin siquiera lograr un consenso interno, entre sus asesores políticos y militares. El más reciente ejemplo es la salida de John Bolton, actor de una política extremista, guerrerista, de la plutocracia gobernante en la nación norteña. Aparentemente, con ese despido oficial, Trump se quita de encima una fuerte presión, pero también suma un opositor fuerte de cualquier acción política que “debilite” el virulento antisocialismo en América Latina y el Caribe al que se afilian los “trumpistas”

Justo pocos días antes del inicio de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la segunda quiencena de septiembre, más de diez millones de venezolanos ya han firmado contra las medidas asfixiantes y también violadoras de los derechos humanos que les viene aplicando el presidente estadounidense. Bajo el lema #NoMásTrump (#NoMoreTrump), la iniciativa del gobierno venezolano obtiene un respaldo mayoritario de su población; sin efectuarlo, esto, en la práctica, se convierte en un referendo popular más que va ganando, y ganará, la política bolivariana-chavista.

La presentación ante la Asamblea General de la ONU de esta millonaria lista de firmantes venezolanos en contra de la política de Trump, es otro éxito de Venezuela y, a la vez,  un gran desafío internacional para el presidente anti político de los EE. UU. (que muy posiblemente tendrá algunos efectos negativos en el inminente proceso electoral estadounidense) ¡una trompada más contra el prestigio del “trumpismo”!

La denuncia revelará, para quienes han querido ignorarlo, o se han visto obligados, sin alternativa soberana, a apoyar la política agresiva “trumpista”, cuál es la real fuerza que posee en su arsenal defensivo el país bolivariano-chavista.  Poco después, en octubre, tendrá lugar en las Naciones Unidas el debate y la votación contra el bloqueo en Cuba, otra derrota anunciada de la política exterior estadounidense.

Es lamentable la ceguera que generalmente padecen los dirigentes de las potencias coloniales y neocoloniales, imperialistas, cuando de cambiar sus políticas agresivas se trata. Nunca reenuncian a sus injustos y egoístas intereses.  Por tanto,  hay que derrotarlos totalmente. Para ello las acciones internacionales tienen que coordinarse inteligentemente, pacientemente, persistentemente, sin claudicación alguna. 

En esta lucha por la sobrevivencia contra la guerra letal, destructiva para todos los seres vivos en la Tierra, vale la resistencia internacionalista coordinada; la unidad tercermundista y de todos los países y pueblos progresistas, sobre todo antiguerreristas. La derrota de la guerra es un objetivo esencial en estos momentos históricos, decisivos. Hay que crear y reforzar las bases fuertes de un mundo de paz, sin dudas, este es el enemigo principal del complejo militar estadounidense: la columna vertebral del imperialismo, del sistema más retrógada e inhumano que hasta hoy domina el sistema mundo. El presidente Trump es un símbolo mortal del imperio: # NoMásTrump.


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