Celebrado en La Habana Coloquio 60 años de la Animación en Cuba


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El Coloquio 60 años de la Animación en Cuba sesionó durante los días 7 y 8 de diciembre en la Casa del Festival de La Habana dedicado a Juan Padrón y a Paco Prats, como parte del programa del 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

En la jornada inicial, el día 7, se realizaron importantes intervenciones, con las que se rindió homenaje a la figura de Juan Padrón, el padre de Elpidio Valdés, Premio Nacional de Cine 2008, fallecido el 24 de marzo de este año.

La segunda jornada ofreció especial tributo al importante productor Paco Prats, (La Habana, 1944-2020), fallecido el pasado 2 de septiembre, luego de haberse dado a conocer que el jurado del Premio Nacional de Cine 2020, lo había elegido para este lauro junto al escritor y guionista Senel Paz.

Abrió dicha sesión la ponencia «El Departamento de Dibujos Animados del ICAIC y la animación experimental de la década del sesenta», dedicada a Jesús de Armas, por parte de la acreditada crítica de arte, profesora y curadora Caridad Blanco.

Blanco, también máster en Historia del Arte, realizó un inventario valorativo de la producción animada experimental de la década del 60, momento fundacional del Departamento de Dibujos Animados del ICAIC, liderado precisamente por el artista visual Jesús de Armas, (La Habana, 1934-París, 2002), y que la ponente catalogó como «un importante espacio cultural de formación e intercambio».

Hizo énfasis en el equívoco que supone apreciar por muchos la animación como mero divertimento, asociada al cine y destinada a los niños, mientras, argumentó la valía, amplitud y alcance de este medio creativo y sus posibilidades comunicativas.

Evocó a algunos de los creadores que aglutinó este colectivo de realización,  entre los que se encontraban Eduardo Muñoz Bachs, Hernán Henríquez, Sandu Darie, Luis Rogelio Nogueras (Wichy), Tulio Raggi, Harry Reade, Jorge Carruana, Enrique Nicanor, José Reyes, Modesto García, Paco Prats, Santiago Álvarez, Gisela González, y Raúl Pérez Ureta, de los cuales resaltó algunas de sus realizaciones más descollantes en el universo de la producción de la que, recordó, Paco Prats llamó «edad de oro» de la animación cubana.

En un momento de su intervención, Blanco precisó:

«Aprendiendo sobre la marcha y experimentación mediante, aquellos artistas trazaron un camino para la animación en la isla y crearon las bases de su desarrollo, al enaltecer el medio y sintonizarlo con los cambios que ocurrían en la animación internacional, atentos a todos los lenguajes, pero ascendiendo en sus propias rutas».

Para más adelante señalar que:

«Sus obras tuvieron una misión orientadora, fueron concebidas como vehículos de instrucción político social (…) Pero, la dimensión ideoestética de aquella animación no se limitó a eso. Las búsquedas formales fueron una constante, así como el interés por los valores plásticos y la composición, las cualidades que personalizaron el dibujo y la implementación de recursos novedosos frente a las múltiples carencias que debieron afrontar, elementos que en conjunto dieron un carácter diferenciado a sus cortos animados».

Hizo un aparte la especialista para la trayectoria de Jesús de Armas, a quien consideró abanderado de la libertad formal y temática, cuya obra abarca 16 cortos animados en 35 milímetros y que son, dijo, testimonios de la proyección experimental de su trabajo y del espíritu renovador, de ensayo, indagación plástica, reflexión filosófica y existencial que impregnó en el Departamento de Dibujos Animados del ICAIC, contribuyendo en buena medida a la mirada hacia temas universales y al rumbo artístico que tomó este equipo creativo.

Convocó a la par la profesora, a una investigación acuciosa de la animación experimental producida en dicho departamento, y a una búsqueda del significado de esas obras a la luz de la contemporaneidad y al papel de liderazgo y protagonismo de Jesus de Armas que, opinó, aún está por estudiarse.

A continuación, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, presentó el texto «Cómo escribir una biografía de Paco Prats», en el que se refirió a la contribución extraordinaria del multifacético especialista a la producción de animados cubanos,  que fuera productor principal de los Estudios de Animación del ICAIC desde el surgimiento de esta institución en 1992.

La amplitud de la filmografía de Prats como productor, se aprecia en la impresionante cifra de 670 obras, de estas, casi cuatrocientos títulos de animación, y numerosos documentales realizados en la década del 80, del pasado siglo.

 Justipreció Castillo la decisiva acción de Prats en el nacimiento de Elpidio Valdés como personaje de animación, porque aseguró « le debemos el empujón definitivo para que, machete en mano, saltara de las páginas del semanario infantil Pionero a la pantalla grande», y añadió que el éxito rotundo de esta creación descansa tanto en el derroche imaginativo de Juan Padrón, «como en la intensa faena desplegada por Paco Prats».

 

Sara Vega, especialista de la Cinemateca de Cuba, y  específicamente  de la historia de la cartelística cubana del ICAIC,  compartió una mirada diferente sobre la misma, al rotular como una zona oscura en esta la no existencia de carteles concebidos para acompañar las producciones de animación en el ICAIC, en la mencionada etapa dorada, pues ,apuntó, no es hasta 1969, que Eduardo Muñoz Bachs, realiza un cartel para el filme animado japonés Simbad el marino, y es en 1974 que comienzan a producirse carteles cubanos para los cortos animados de Elpidio Valdés.

El realizador Raydel Araoz, expuso en apretada síntesis, las características de la producción animada del país en la década de los setenta y, realizó una comparación entre la que se realiza actualmente dentro de los marcos institucionales y la que es resultado de los artistas independientes, argumentando a partir de temáticas, recursos expresivos, abordajes formales y calidad artística.

Igualmente reconoció el aporte esencial de Juan Padrón que constituye escuela para los realizadores más jóvenes.

Araoz, efectuó este análisis contemplando un acercamiento a la perspectiva futura del desarrollo del género en la isla.

Cerró la sesión un interesante trabajo de la profesora y realizadora Ivette Ávila, en el que hace un inventario de las acciones que desde los Estudios de Animación del ICAIC, y también de manera independiente, se acometen hoy en día con lo que sustenta su tesis de que «no existe un debilitamiento de la producción de animados en la isla».

 

De igual manera, subrayó que los frenos al desarrollo mayor al que se aspira en la producción de obras de animación en la isla, están especialmente en la ausencia de una carrera universitaria que forme animadores, y de asignaturas asociadas al tema en carreras afines; el decrecimiento alarmante del consumo de animados nacionales por parte de los más jóvenes; los insuficientes recursos y alternativas de desarrollo para los interesados, entre otras dificultades.

No obstante, Ávila declaró que existen elementos a favor de la consolidación de este género cinematográfico, al referirse a la ampliación de los proyectos a producir por Animados ICAIC; la apertura del Fondo de Fomento para las realizaciones audiovisuales; la creación del Registro del creador audiovisual; la sistematicidad de los Talleres Cubanima; la fundación de la Academia de Animación Animaluz para la formación de niños y adolescentes, entre otras buenas noticias.  

Ante un reclamo de la profesora Cardad Blanco, dirigido a la necesidad de recoger todas las ponencias presentadas en el Coloquio 60 años de la Animación en Cuba, en un volumen que contribuya al conocimiento de la historia del género, sus principales cultivadores y el devenir del mismo, Luciano Castillo anunció que estaba previsto, como es costumbre en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, realizar la publicación de un libro que contenga todos estos imprescindibles textos.  


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