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El diario "La Palabra": Hito en el itinerario de Juan Marinello


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Este 38 aniversario de la muerte del destacado intelectual cubano Juan Marinello Vidaurreta (marzo, 27, 1977) viene unido a otro aniversario trascendente, e igual de desaparición: el 80 de La Palabra. Diario del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo, que este fundó el 20 de enero de 1935, y dirigió hasta el 7 de marzo de igual año, cuando fue clausurado, en el  contexto  de  lo  que  él  mismo  denominó  “vendaval  furioso que viven las calles” —e. g., represalias policiales que rodearon  a la histórica Huelga general revolucionaria de marzo de 1935. 

La Palabra, había caracterizado Juan Marinello, (1) era un diario “Revolucionario sin que sea órgano de ninguna institución determinada” (2) y resultado de una cruzada nacional para la recolección de fondos —la Comisión organizadora Pro-Palabra, que también encabezó. 

Al momento del cierre ya Juan Marinello se encontraba en prisión, por su dirección del diario y acusado de “propaganda sediciosa”, presumiblemente debido a los editoriales publicados,  aunque sin firma,  que identificó como propios pocos años antes de morir. Entre otros:  

“En el primer número”. Artículo editorial;  “El dicho y el hecho”; “La lucha estudiantil es más que una algarabía”; “Luchamos por los derechos democráticos”; “A procedimientos nuevos, idioma nuevo”; “Ayer.” Acerca del informe que sobre asuntos cubanos publicó la Foreign Policy Association;  “Las entrañas al sol”;  “Ayer.” Sobre unas declaraciones de Grau San Martín en Miami”;  “Comentarios a un informe”.

Finalmente, y en virtud de  la causa 211/35 de los Tribunales de Urgencia, fue condenado a seis meses de prisión, que cumplió en el Castillo de Príncipe, de La Habana, hasta su liberación, el 24 de agosto de 1935, toda vez que el Tribunal Supremo desestimó la apelación de “inconstitucionalidad” del juicio.  

La Palabra es la segunda publicación relevante que lleva a Marinello a la cárcel y que concluye con cierres abruptos. Solo cinco años antes, en 1930, también Revista de avance había tenido semejante desenlace, aunque la acusación, contra el entonces coeditor, se sustentaba en cargos superiores, “instigador de los hechos del 30 de septiembre: sedición, atentado a la autoridad, disparo de armas de fuego y lesiones graves”, como se reportan en el documento policial.

Aun cuando se conserva buena cantidad de su correspondencia de estos meses de cautiverio en “El Príncipe”, (3)  Marinello le revela a su amigo Navarro Luna que: “Para hacerte llegar las cartas tengo que utilizar medios bastante comprometidos de sacarlas de aquí. Escribir legalmente, con Censura, es igual que nada”.  

Por tanto, este encarcelamiento lo dedicó de preferencia,  y semejante al inmediato anterior (1932) a su obra literaria, “casi al ritmo de la calle”, aunque no sin quejarse de cierto “embotamiento, hijo de la igualdad del tiempo y del espacio, que [es] como si le quitara a uno la capacidad de perspectiva”. 

Ya en junio había concluido tres largos ensayos que hacen un solo estudio:  una indagación sobre la novela americana, “cosa general y de tesis”; un estudio comparativo entre Don Segundo, La Vorágine, y Doña Bárbara; y un estudio sobre la novela [Ecué Yamba-O] de Carpentier, desde los puntos de vista fijados en los dos anteriores.

Además,  “una segunda parte de ?Martí, hombre romántico’;   (…)  [y] he empezado algo que me tentaba, le confiesa a Navarro,  ?Ausencia y presencia de México’.” A estos siguió su controversial ensayo “Maceo, líder y masa. Notas polémicas”, y  también desde esta cárcel, “vivienda ya habitual de revolucionarios” según Marinello, desarrolló una álgida polémica en torno  a su discutido artículo “Martí y Lenin” (Masas, La Habana, 1934) que tuvo por escenario las páginas del Repertorio Americano de Costa Rica, y la participación de destacados interlocutores latinoamericanos.(4)

“Me he dado el gusto, concluye, de hacer del encierro una excelente oportunidad de trabajo.” (5) Aun así, no niega sentirse a veces un poco fatigado: “Parece que trabajo demasiado si se tiene en cuenta la depresión que siempre produce la cárcel…”(6)

Marinello no estaba solo en este encierro, lo acompañaban otros intelectuales de izquierda allegados a La Palabra, toda vez que fue en torno a esta publicación que se constituyó además, la primera y efímera, pero radical, Unión de Artistas y Escritores Revolucionarios (UAER) de Cuba, entidad que publicó  dos  manifiestos en sus páginas  —el Inaugural, y otro de protesta por la detención de Alberto Ruz y Calixta Guiteras, redactores de Mundo Infantil, y otros.  Muchos de los miembros fueron detenidos  también entonces por actividades políticas diversas asociadas a la fracasada huelga, y terminaron juntos en la galera de presos políticos, no exentos de recriminaciones ocasionales.

Para Marinello este trayecto concluyó con nuevas incertidumbres:  cesantías,  renovadas persecuciones, y un solo camino a la vista: el segundo exilio mexicano, al que se acoge algunos meses después de múltiples vicisitudes personales, y desde donde, en 1937, viaja a España, al frente de la delegación cubana  que integran además, Nicolás Guillén, Félix Pita Rodríguez, Alejo Carpentier, y Leonardo Fernández Sánchez, al II Congreso internacional en defensa de la cultura, celebrado en plena Guerra Civil en este país.

 

Notas

(1) Juan Marinello: Carta a Manuel Navarro Luna, de septiembre 25 de 1934.  En: Suárez Díaz, Ana: Cada tiempo trae una faena… Selección de correspondencia de Juan Marinello Vidaurreta  1923-1940. Coedición del Centro de Investigación y Desarrollo de la cultura cubana Juan Marinello y la Editorial José Martí, La Habana, 2004, tomo II, p. 468.

(2) En este aspecto existen datos divergentes. Muchos consideran la publicación órgano no oficial del Partido Comunista.  En tal sentido, el acta de una reunión del buró político del clandestino Partido Comunista de Cuba, de mayo 24, 1934, refiere que su punto no. 2  estuvo dedicado a la organización de este diario, y a la creación de una comisión que estudiara el asunto. (Fondos del Instituto de Historia de Cuba) Pero lo cierto es que no se dispone de detalle alguno respecto a la condición real bajo la cual aparece, meses después La palabra, como resultado de ese estudio, más allá de esta afirmación de Juan Marinello, su director. 

(3) Suárez Díaz, Ana: Cada tiempo trae una faena… Selección de correspondencia de Juan Marinello Vidaurreta  1923-1940. Ed. cit.

(4)Un estudio detallado de esta polémica lo constituye “´Martí y Lenin´, ¿Polémica expresión de una época?”, de Ana Suárez Díaz. Pensamiento y Tradiciones populares: estudios de identidad cultural cubana y latinoamericana, Comp. de Ana Vera Estrada, Centro de investigación y desarrollo de la cultura cubana Juan Marinello, La Habana, 2000, pp. 62-75.

(5)Todas las citas hasta aquí, tomadas de: Carta a Manuel Navarro Luna, junio 1, 1935.  Ob. cit., t. II, p. 494.

(6) Carta de Marinello a su esposa, junio 10, 1935.  Ob. cit., p. 501.


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