El toque mágico de Brenda Navarrete


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Tambor en mano Brenda Navarrete recorre el mundo desde hace algunos años acompañada de su banda. Su alegría y talento indiscutibles unido a la habilidad con que se adueña de los escenarios la han convertido en una especie de show woman que compone sus temas y realiza arreglos a las composiciones de otros músicos.

Jazz, son, rumba… son algunos de los géneros musicales que confluyen en las composiciones de esta habanera de nacimiento que, con un estilo original, fresco y atractivo, brinda conciertos a teatro lleno en escenarios de Australia, Nueva Zelanda, Bélgica, Portugal, Estados Unidos y Francia.

Tiene 28 años y es jazzista, cantante, percusionista, compositora y bailarina. Durante un buen tiempo se le conocía más en el extranjero que en Cuba donde apenas era identificada por haber sido parte de Interactivo o porque cantó con Cimafunk.

Sin embargo, cuando se habla actualmente en la Isla de ritmos afrocubanos, géneros tradicionales y música popular bailable en general, entremezclados con sonoridades contemporáneas como World Music y Afro Latin Jazz, hay que decir, sin lugar a dudas, el nombre Brenda Navarrete.

“Fue por eso que armé mi banda. Me entristecía que me conocieran más fuera de Cuba que aquí. La idea de crear una agrupación nació luego de que ganara la Fiesta del Tambor en 2010, en la categoría de mejor interpretación femenina y en el batá. Pero se concretó en 2013. Sentí que había llegado la hora de que el público escuchara lo que escribo y me siguiera. Ya la gente me conoce más. “Soy percusionista, especialmente batalera. Los tambores batá son mi bendición. Cantar lo hacemos todos. Pero yo quiero dedicarme a la percusión como mujer. Hacerlo no significa ser “machorra” como dice alguna gente por ahí. Soy una especie de bichito raro”.

A propósito de su presentación en el Festival Havana World Music 2020, que tendrá lugar los días 19, 20 y 21 de marzo de 2020, conversamos con la joven músico quien ofreció detalles relacionados con su inserción en el mundo del arte.

—¿Cómo es que llegas a la música?

Siempre me gustaron los tambores. Mi hermana Melvis Santa estudió piano y yo solía acompañarla tocando con las manos sobre la mesa o mis piernas. Estudié en la Escuela Elemental de Música Manuel Saumell e hice el nivel medio en el Conservatorio Amadeo Roldán.

“Estando en segundo año tuve la suerte de que Joaquín Betancourt me invitara a integrar su Jazz Band como percusionista. Fue el maestro el primero que me impulsó a cantar. Luego pasé a ser parte del grupo folclórico femenino Obiní Batá, me uní a Santa Habana (proyecto de mi hermana Melvis) e Interactivo… hasta que finalmente creé mi agrupación”.

—¿Cómo logras imponerte en un mundo tradicionalmente masculino?

Las mujeres tocamos diferente. Tenemos una fuerza, sensualidad y una manera de tocar diferente a la de ellos. Lo hacemos con dulzura y ahí está el encanto. He tenido mucho apoyo de los hombres. Han sido precisamente ellos quienes me han ido enseñando a lo largo de los años.

“Tengo la suerte de ser una mujer a los que los bataleros hombres le enseñaron a tocar el batá. Claro, yo también soy un poco fresca y hago lo que quiero y me gusta hacerlo bien. Soy muy estudiosa y me gusta aprender y enseñar lo que aprendo”.

Mi mundo, tu primer fonograma oficial, es un disco que defiende nuestra cultura, en este caso la afrocubana.

—Sí. Todos los arreglos tienen que ver con los tambores batá. Lamentablemente, como fue realizado con un sello discográfico canadiense (Alma Records) no está a la venta en Cuba, pero sí en las tiendas digitales. En este momento estoy tratando de negociar con la Egrem para licenciarlo aquí, de manera que pueda ser comercializado en mi país.

“Lo presentamos en el Festival Piña Colada. Mi mundo incluye canciones mías y de Alain Pérez, quien me acompañó en la producción. También cuenta con temas antológicos como Drumenegrita, pero con un sonido contemporáneo, con los batá incluidos, con sonoridad jazzística, acordes. En este fonograma no falta la timba que tanto nos gusta y es parte de mí”.

Mulata linda, tu primer videoclip oficial y uno de los temas de Mi mundo ha tenido una gran acogida en las redes sociales.

— Estoy muy feliz con eso. El material está dirigido por Day García y May Reguera. Es un diálogo con los ritmos cubanos y la influencia africana. Tiene mucha sabrosura y sensualidad.

Tienes un proyecto con los niños en la Habana Vieja.

—Empezamos en julio del pasado año y lo hacemos en el Centro a+ adolescentes. Este proyecto incluye a niños y adolescentes en edades comprendidas entre diez y 18 años. Les doy clases de percusión y tambores batá a muchachas y muchachos que no entran en las escuelas de música y que tienen talento.

“Mi interés es fomentar el folclor, despertar en ellos el gusto por los ritmos afrocubanos, lograr que se interesen más por las tradiciones porque la mayoría está muy metida en el teléfono y no se comunica.

“Es un proyecto en el que aprenden percusión, danza y cantos afrocubanos, pero también socializan entre ellos. Debemos potenciar, desde la niñez, el conocimiento de los ritmos tradicionales y folclóricos de nuestro país. Yo quería saber si verdaderamente estos ritmos gustan o no en este sector de la población y he confirmado que sí. Para los próximos cursos quiero extender los talleres a las escuelas de arte, casas de cultura y a otros países.


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