La lluvia no ha impedido que en Camagüey se celebre la 17 Edición del Festival Nacional de Teatro. Desde el pasado 6 de octubre y hasta el próximo día 14 se han trasladado a la ciudad de los tinajones disímiles compañías. Entre ellas figuran: El Portazo, de Matanzas, con su República Light; ¡¡¡Pum!!!, de Teatro Tuyo; Jacuzzi, de Trébol Teatro, unido a otras 27 agrupaciones del panorama nacional distribuidas en diez salas.

Dedicado a los sucesos del teatro Villanueva y el 150 aniversario de las luchas de independencia, el público camagüeyano, educado ya en el arte de contar historias mediante signos que van desde la palabra, el cuerpo, o la imagen sonora, ha repletado los espacios. El espectador ha hurgado ahí donde los relatos suelen ser más simbólicos, por ejemplo Jardín adentro, de La Isla Secreta, o del género realista como la mencionada Jacuzzi.

De igual modo, fascinante va siendo la posibilidad de disfrutar del teatro para niños en las ya reconocidas Teatro de las Estaciones, esta vez con Retrato de un niño llamado Pablo, o de El Arca, La casa del escarabajo.

Los directores han brindado la posibilidad del desmontaje una vez terminadas las piezas. Tras estos debates el espectador ha viajado al epicentro de los procesos escénicos. Asimismo, la investigación teatral ocupa un espacio vital y distintivo mediante el ciclo de paneles, presentaciones de libros e intercambios con la crítica. Cada día las líneas de debate se han generado teniendo en cuenta diversos temas como el trabajo del Instituto Internacional del Teatro (ITI) y la Universidad de las Artes (ISA), la UNIMA o el rol creativo que han ocupado figuras cimeras del pensamiento histórico cultural como José Martí o Carlos Manuel de Céspedes.

Y de la producción editorial, resaltan los ejemplares vendidos: Ser Cuba, de Melinda López, y Autopsia del paraíso, de Roberto Viña (Editorial Tablas-Alarcos); Teatro del Oprimido, de Augusto Boal (Fondo Editorial de Casa de las Américas), más publicaciones de la Asociación Hermanos Saíz y Ediciones Cúpulas, del ISA.

Sirvan estos datos como sólida huella de las pisadas teatrales que va dando el Festival, teatralidades y dramaturgias que ni siquiera la lluvia antagonista ha podido detener.