RELACIONES CUBA-ESTADOS UNIDOS: INFLUENCIAS Y CONFLUENCIAS CULTURALES EN LOS NUEVOS ESCENARIOS.
El 17 de diciembre del 2014 marcó sin dudas un hito trascendente en la historia de las relaciones de Cuba y los Estados Unidos.
Los acuerdos divulgados en esa fecha entre los presidentes de ambas naciones – negociados secretamente durante más de dos años – dieron inicio a una dinámica diferente entre ambos gobiernos, al desarrollo de conversaciones oficiales dirigidas en un primer momento al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la voluntad de avanzar en el proceso de normalización de las relaciones entre ambos países.
Durante el Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, celebrado el pasado 27 de abril -el primero que se realiza luego del VIII Congreso de esta organización-, el primer vicepresidente Miguel Díaz Canel enfatizó la importancia de que la cultura cubana contribuya a que el país avance de la resistencia al desarrollo.
Un tema al cual brindaron atención los participantes en el evento fue precisamente el referido al devenir socio cultural del país, a partir del nuevo escenario creado por los acuerdos del 17 de diciembre.
El Portal Cubarte quiso unirse a este esfuerzo de reflexión y debate y para ello solicitó a un grupo de destacados intelectuales cubanos sus criterios sobre el tema. Aquí les presentamos una nueva respuesta al tema.
Consejo Editorial Cubarte.
Reflexión sobre el tema de la Dra. Graziella Pogolotti.
No puedo responder al cuestionario por disentir de sus premisas conceptuales implícitas. La noción de cultura desborda ampliamente al ámbito de la creación artístico /literaria que constituye uno de sus componentes.
En el caso de la encuesta que nos ocupa, no podemos prescindir de la naturaleza polisémica del arte, sujeto a una pluralidad de lecturas a partir de la experiencia de vida de las personas, su contexto cultural y el devenir. En una entrevista de Waldo Leyva a Luis Montero, publicada en el más reciente número de la Gaceta de Cuba, el poeta español refiere una fábula ilustrativa. Shakespeare fue invitado escuchar un debate sobre su obra a cargo de un grupo de especialistas contemporáneo, bajo la condición de permanecer como una sombra silenciosa. Mantuvo su promesa hasta que una interpretación de El rey Lear le hizo perder los estribos. Intervino indignado y desapareció. Esa polisemia es garantía de universalidad y de trascendencia en el tiempo.
Mark Twain, Poe y Walt Whitman fueron conocidos en Cuba desde el siglo XIX. Lino Novas Calvo tradujo El viejo y el mar al castellano y obtuvo de Hemingway la autorización para publicar el texto en Bohemia. Después de la Revolución, José Rodriguez Feo fue un excelente antologador de literatura anglosajona. La narrativa norteamericana tuvo una amplia repercusión mundial (América Latina incluida) a partir de la llamada " generación perdida”.
En cuanto a la música, el fenómeno es más rico y complejo. Por el modo en que se fue expandiendo el país, la cultura norteamericana no es homogénea. La Lousiana por razones históricas y por las características de una económica de plantación, se sitúa en los bordes del Caribe. El cubanísimo Benny Moré utilizó el formato de banda. El intercambio en esta área ha sido, pues, histórico y multidireccional.
En las artes visuales, los vínculos fueron más tardíos, aunque no puede soslayarse la influencia de las revistas norteamericanas en los ilustradores cubanos durante la primera mitad del siglo XX. Los pintores y escultores, en cambio, se orientaron hacia Europa y, más tarde, hacia México. El cambio se produjo como consecuencia de la segunda guerra mundial cuando Nueva York sustituyó el dominio ejercido hasta entonces por París. Con el auspicio de Peggy Guggenheim y el beneplácito de los surrealistas emergió el gran mercado del arte. Por primera vez se internacionalizaron tendencias nacidas en los Estados Unidos, como el expresionismo abstracto y el pop art, debidamente metabolizados por los artistas cubanos.
La zona de conflicto aparece en el área del pensamiento, de la academia y de los productos manipulados a través de los medios. Es el terreno de las contradicciones antagónicas derivadas de la perspectiva contrahegemónica de nuestro proyecto social. El neoliberalismo no ha sido derrotado todavía. Tiene su núcleo generador en la economía y afinca su voluntad de dominación en las ciencias sociales, en la pedagogía y en otras áreas cercanas a la formación humana. Asociado a la idea de la modernidad y a la obsolescencia de otros modelos de formación humana, su ideología se convierte en verdad absoluta, teórica e internacionalmente valida. Asume el carácter de un dogma sin fisura. Mediante una vulgarización eficiente, sus conceptos esenciales devienen bien común, algo tan obvio y natural como el amanecer de cada día. Abolidas las contradicciones, nos hallamos en un no lugar, en un limbo, en el fin de la historia, de las ideologías, en el debilitamiento de los estados nacionales con renuncia a los derechos soberanos y el sometimiento a la voluntad de las empresas transnacional izadas.
Un importante sector académico ofrece basamento teórico a estos puntos de vistas. Hay formas más sutiles aún. Consisten en la subrepticia sustitución del léxico, enmascarados sus alcances verdaderos bajo un barniz de modernidad. Sin percatarnos, incorporamos la noción de racionalidad económica, de competencia profesional cuando se trata de un anglicismo ajeno a la definición del término fijada por el Diccionario de la Academia de la Lengua, equivalente a rivalidad. De esa manera, adoptamos los valores de una sociedad presidida por el individualismo y la carrera hacia el éxito en lucha de unos contra otros.
La manipulación enajenante a través de los medios estimula un consumismo imparable y depredador, inspirado quizás en un adagio popular italiano: El apetito llega comiendo.
Mi posición se adscribe a la idea de un proyecto de país inscrito en una perspectiva emancipadora y descolonizadora.
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