El presente 2020 se ha revelado  ante la humanidad con un  suceso poco común, una pandemia de dimensiones bíblicas en tiempos que parecíamos tener completamente de nuestro lado a la ciencia y a la tecnología, principalmente a la ciencia médica que tantos dolores de cabeza nos ha ahorrado atraves de la vacunas y diferentes tratamientos  traducidos en la inmunidad de nuestro cuerpo. Pues ha llegado la COVID -19 para tener que tomar medidas, procederes de otros de otros siglos como el aislamiento social y el uso de mascarillas y protectores las cuales solamente  las creíamos posibles en las página de libros de Daniel Defoe o de Albert Camus,.

 En nuestro país las actividades relacionadas con el sector artístico fueron las primeras en ser suspendidas por nuestras autoridades desde el pasado mes de marzo. La última exposición realizada el 26 de febrero en la galería Raúl Oliva del Centro Cultural Bertold Bretch homenajeó a la diseñadora de vestuario Mirian Dueñas González (1944-2014) con la exposición Dueñas de la trama, la urdimbre y el estilo; la cual con la curaduría de Nieves Laffertté, Sara Díaz y Edgar Hecheverría presentó lo más destacado del trabajo de Miriam, graduada de la escuela Nacional de Arte en 1967 y con un abundante currículo, para el cine y el teatro. Esta muestra  tuvo una gran calidad y equilibrio  en curaduría y montaje museográfico, contó con varios soportes propios de la profesión: la máquina de coser, las telas, los vestidos, los bocetos y finalmente el audiovisual donde se materializó todo su caudal imaginativo

Pero la muestra es solamente el hilo conductor para apreciar con mucho más detalle en estos tiempos de aislamiento social, la obra de esta diseñadora fuera del espacio de homenaje y poner la atención en las películas para las que  trabajó, de las cuales solamente el director y los actores  son conocidos  por parte del público. Dueñas González fue diseñadora de vestuario de Los días del Agua (1971), Ustedes tiene la palabra (1973), El otro Francisco (1974), Plácido (1986), Hello Hemingway (1989), El viajero inmóvil (2007), Mambí (1996), la vida es silbar (1998), Fresa y Chocolate (1993), Martí: el Ojo del canario (2009), entre otras.

En el  listado mencionado  nos damos cuenta que se movió en un registro amplio que va desde el siglo XIX hasta el siglo XX, inclusive en varias épocas de ambas centurias lo cual indica lo mucho que tuvo que estudiar. Dentro del mismo siglo XIX diseñó el vestuario de los esclavos (El otro Francisco), de un mulato como Placido, de un mambí y el desafío de vestir a nuestro Martí en su etapa de adolescente; en el siglo XX se ubicó en un personaje soñador y humilde como la Larita (Laura de la Uz) de Hello Hemingway; estudiante  del Instituto de la Habana en medio de las luchas estudiantiles de los años cincuenta pero al mismo tiempo  apartada de ellas; de la mujer pinareña  de la secta acuática interpretada por Idalia Anreux en  Los días del Agua, de los campesinos de los años setenta de Ustedes tienen la palabra, al polémico Diego de Fresa y Chocolate y la atmósfera  lezamiana de El viajero inmóvil.

Además de estos personajes mencionados que llevaron un intenso trabajo de estudio de época, un conocer profundamente las intenciones de los directores de los filmes y la sicología de los personajes; hay que añadir el vestuario del resto de los personajes y de las diferentes clases sociales o estratos de la sociedad a la que pertenecieron. Por ejemplo: Diego y David desde sus diferencias de cosmovisión  se diferencian también en la manera de vestir, aunque vivan un mismo tiempo, al igual que el poeta Plácido desde su condición de mulato libre y culto  no se vestía igual que los esclavos.

Estos tiempos de pandemia que nos obligan  a la reclusión en casa y  en los que ya no contamos con una única ventana audiovisual, sino que tenemos las computadoras, los DVD y otros formatos podemos ahondar en lo que no tenemos tiempo, en tiempos “normales” que son el tener en cuenta  esos detalles que, como público, pasan  inadvertidos como es el  diseño de vestuario.  Esto está inscrito en el hecho de que el cine es una obra colectiva y el diseñador tiene un importante papel en todo ese entramado, la copiosa obra de Miriam Dueñas así lo atestigua. Ella espera porque como público la reconozcamos así como a Diana Fernández, Derubin Jacome, Violeta Copet, Gabriel Hierrezuelo   colegas de Miriam  que han dedicado su vida profesional al cine.   

Cuando nuestra vida retorne a una nueva normalidad y finalmente se abran nuestros cines y teatros a la vez  debemos retornar a nuestro consumo cultural con una nueva mirada, esa que hizo visible lo hasta ahora invisible.