A la definición que algunos han dado del deleite como expresión moderada y serena del placer, se aviene justamente el título dado a la exposición de los artistas Hilda María Rodríguez (La Habana, 1960) y Eliseo Valdés (La Habana, 1956); abierta al público hasta mediados de febrero en la galería Collage Habana del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Lo erótico plasmado desde lo sugerente y alegórico, destaca en las pinturas y esculturas de estos autores, entremezcladas en ambos niveles de la institución como para remarcar, desde la museografía, una forma común de abordar el tema del erotismo; no obstante, las diferencias formales existentes entre ellos.

Esa delicadeza que apela a la interpretación del espectador, se acentúa —en el caso de las piezas de Hilda María— con el predominio de la línea y la economía cromática; mientras que en Eliseo se expresa en las texturas, la gama de sepias y pasteles.

“Pero los dos se adentran en los mismos juegos exploratorios, en los mismos tanteos desprejuiciados de las morfologías humanas; en una idéntica deleitación alrededor de las zonas sensuales o erógenas del cuerpo, un procedimiento que, en algunas facetas, parece evocar el influjo de una iconografía emblemática como la de Servando Cabrera”, anota certeramente en las palabras del catálogo el crítico de arte David Mateo.

Con la curaduría de Yanisley Rodríguez Fernández, Deleite muestra, además, la consolidación de las búsquedas artísticas de dos creadores ya profesionalmente reconocidos en otros derroteros. Hilda María Rodríguez, como curadora, investigadora y crítica de arte; Eliseo Valdés, como escultor.