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Los cuarenta años de una novela de Alejo Carpentier


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Hace más de cuarenta años, entre abril y julio de 1974, la editorial Siglo XXI Editores, sa., publicaba las primeras cuatro ediciones de la novela El Recurso del Método, del escritor, periodista y diplomático cubano Alejo Carpentier. Fueron presentadas al público en el siguiente orden: La primera edición por Siglo XXI Editores de México (abril); la segunda y terceras por las representaciones de esta editorial en España y Argentina respectivamente (mayo y julio); mientras que la cuarta edición (primera de bolsillo), también fue realizada en el mes de julio y según consta en los datos del volumen la misma “ha sido realizada en coedición con la editorial de arte y literatura del instituto cubano del libro”, al cuidado de Martí Soler,  un cuadro de Myra Landau en la cubierta y formato de Richard Harte.

Se trataba de la primera novela de este autor desde que en 1962 se publicara El siglo de las luces; y fue la primera obra de un conjunto de textos que conforman la última etapa de la producción carpenteriana y que incluye a Concierto Barroco (1974); El arpa y la sombra (1977), así como también una de las más polémicas novelas de este autor, La consagración de la primavera (1978).

En el caso del texto que nos ocupa, se trata de un ejemplo muy singular dentro de la obra narrativa de este autor. Carpentier tomó como protagonista de la trama la figura de un dictador latinoamericano, en este caso presentado en su variante de “tirano ilustrado”, con una formación y cosmovisión espiritual marcadamente eurocéntrica, que hacia el final de su vida y alejado del poder político tras ser derrocado se reencuentra con sus raíces latinoamericanas y caribeñas; pero lo cierto es que desde mi punto de vista este elemento, si bien sobresale dentro de la trama por su importancia, no constituye en sí mismo el mérito principal de esta obra. (1)

Entre los factores que al momento de su publicación llamaron la atención del público y la crítica desde el punto de vista de la estructura narrativa carpenteriana, considerados como novedosos si se tomaba como referencia su obra precedente, se pueden mencionar: “En primer lugar el tratamiento sostenido del humor, una mayor importancia concedida al diálogo, un tratamiento lingüístico irreverente, cargado de “malas palabras” y americanismos en proporciones nunca antes exhibida en sus textos, así como en general, el empleo de un conjunto de recursos narrativos que evidenciaba una clara intención por parte el autor de adecuar su lenguaje y medios expresivos a la literatura llevada a cabo por sus colegas latinoamericanos del ‘boom’”.(2) No obstante, desde una perspectiva más actualizada se considera que los elementos de continuidad resultaron a la larga predominantes y estos quedan identificados a partir de los aspectos relacionados a continuación: “la clásica dicotomía entre los valores de “allá” y los de “acá”; la consabida toma de partido autoral por los de “acá”; su zaherimiento a aquellos personajes cuya esencial inautenticidad ante nuestros valores identitarios los lleva a asumir los de “allá”; la concepción generalizadora de la fábula y su proyección universalizadora; la construcción arquetípica de los personajes y el espacio donde se sitúan; el barroquismo lingüístico de la expresión; la riqueza intertextual del texto, etc.” (3)

El recurso del método toma como referente temático una serie de problemáticas que desde el punto de vista histórico y sociocultural se hicieron presentes en América Latina y el Caribe durante gran parte de los siglos XIX y XX, tales como la indagación de los mecanismos de poder en un contexto dictatorial, la cuestión de la Modernidad asumida con un matiz eurocéntrico y hegemónico, peyorativo hacia las culturas de los pueblos originarios y otros sectores sociales marginados por su condición social, color de la piel y posiciones de rebeldía frente al orden despótico y autoritario del poder político, cuya más alta representación lo constituye la figura del Primer Magistrado; el proceso de sustitución de una forma de dominación predominantemente europea (identificada en la trama mediante la exaltación del protagonista hacia los patrones culturales franceses, especialmente durante los capítulos previos al estallido de la Primera Guerra Mundial y a lo largo de la trama que está  enmarcada en el período de duración de este conflicto bélico) por otra donde los mecanismos de dominación son de carácter neocolonial y cuyo exponente más evidente se aprecia en el papel que desempeñan los EE.UU. y su influencia en la vida económica, político-social y cultural del país latinoamericano en el que se desarrolla gran parte de la novela y que ex profeso aparece indeterminado geográficamente.

A su vez, otro factor que enriquece la trama se relaciona con el tratamiento por parte de Carpentier de un tema presente de una manera más o menos constante en prácticamente toda su producción narrativa y es el que se relaciona con la Revolución como soporte contextual de la historia narrada. En la práctica, esa temática resultó un leit motiv a lo largo de gran parte de la narrativa carpenteriana, tanto para mostrar el impacto de la Revolución Francesa en el escenario del Caribe (El siglo de las luces); el proceso de la Revolución en Haití (El reino de este mundo); y los procesos revolucionarios de Cuba durante el siglo XX (El acoso y La consagración de la primavera). No obstante, en el abordaje de este asunto la diferencia con sus predecesoras y La consagración de la primavera, radica en que al transcurrir la mayor parte del relato en un país imaginario del hemisferio occidental, que a su vez constituye una suerte de caleidoscopio donde confluyen elementos identitarios comunes a América Latina y el Caribe, se propicia una caracterización comparativa entre los valores europeos y latinoamericanos puestos a consideración por Carpentier y singulariza su acercamiento al tema de la Revolución en esta novela.

Resulta muy beneficioso para la obra el hecho de que la acción trascurra en un contexto geográfico indeterminado, pues esa característica le permitió a Carpentier recrear situaciones históricas que se desarrollaron en América Latina y el Caribe durante las primeras décadas del siglo XX dentro de la trama en función del tratamiento de la Revolución como componente de la trama, de forma tal que por un lado los hechos reales pueden ser reconocibles en el contexto de ese período, pero al mismo tiempo se injertan con sus propios rasgos de identidad en la trama. (4) A su vez, el autor ubicó dentro de la obra personajes históricos reales con breves apariciones durante la trama, entre los que sobresalen Enoch H. Crowder, el líder marxista cubano Julio Antonio Mella y Jawaharlal Nehru, futuro Primer Ministro de La India tras la independencia en 1947, de manera tal que la intervención de estos en la narración aparece justificada de forma coherente. (5)

Como resultado el lector asiste a la narración de un período histórico en esta imaginaria nación, que en la práctica sería el de su entrada en el siglo XX y tiene como punto de clímax una situación revolucionaria que a fin de cuentas no cuaja desde el punto de vista político-social en un cambio revolucionario de carácter cualitativo; pero constituye a su vez una suerte de preámbulo para la posible entrada de estos, tanto desde las corrientes cercanas a la izquierda como mediante una visión reformista, de centro-derecha e incluso hacia la extrema derecha, enmarcada esta última en una variante de dictadura militar.

Para Carpentier esta novela representó no solo su retorno al campo de la novelística con un nuevo empuje renovador, que de hecho lo mantuvo en un alto nivel como escritor en medio de un contexto influenciado por los ecos del “boom” latinoamericano, sino también desde el punto de vista de su papel como ciudadano y esto último fue el resultado de una renovación acontecida en el autor desde el punto de vista político, donde el papel de los contextos ocupaban un lugar predominante en la estructura del texto, sin que esto restara calidad al producto literario. No por casualidad Mario Benedetti en un estudio titulado “El recurso del supremo patriarca”, señala que aunque este libro resulta un paradigma de novela política, “cumple ante todo con las leyes del arte y que el humor le permite a Carpentier construir una novela política que no parece serlo”. (6)

No resulta exagerado afirmar que para el autor El recurso del método esta novela constituyó un reto no solo a sus condiciones como escritor luego de una ausencia prolongada que había sobrepasado una década, sino que también era un momento en el que los lectores podrían comprobar hasta donde la experiencia de la Revolución cubana había influido en el resultado de su obra. Dicho en otros términos: ¿Hasta qué punto era capaz de escribir una novela donde su reconocida calidad narrativa y el comprometimiento político con el proceso revolucionario cubano no implicaran un detrimento en el primero de los tópicos mencionados?

Por otro lado, era comprensible que Carpentier, al igual que Roa Bastos y García Márquez con Yo, el supremo y El otoño del patriarca, tomaran como eje temático la figura de los dictadores justo en el período histórico en que se publicaron las tres novelas. Si bien para Carpentier el acercamiento al tema databa desde su juventud y en esos años no solo estaba relacionado con gobiernos de América Latina (Gerardo Machado en Cuba, Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana y Juan Vicente Gómez en Venezuela, por solo mencionar tres ejemplos emblemáticos de la primera mitad del siglo XX), sino también con gobiernos conservadores y de corte dictatorial e incluso de extrema derecha como el fascismo italiano y el nazismo en la Alemania hitleriana, que el cubano estudió a fondo durante su estancia en Francia; para el debió resultar notorio el regreso de este fenómeno al panorama político regional durante la década del setenta (Pinochet en Chile, las dictaduras  militares en Argentina y Uruguay), a lo que se agregaban los ejemplos de Somoza en Nicaragua, el Paraguay de Alfredo Stroessner, Duvalier en Haití, así como los militares brasileños instalados en Brasilia desde 1964, que sin dudas eran exponentes de lo que el mismo definiera en 1977, durante una conferencia debate desarrollada en la Universidad de Amberes, como representaciones de “lo real horroroso americano”. (7)

En el momento de su publicación El recurso del Método gozó de popularidad y con el paso de los años la misma pareciera no haber menguado, al punto de que según datos de la bibliógrafa cubana Araceli García Carranza, solo en México se hicieron 46 ediciones de esta novela (incluyendo 16 denominadas “de bolsillo”) y había sido traducida a 14 idiomas. (8) A su vez, ocupa un lugar destacado en los estudios relacionados con la narrativa de Carpentier, entre los que podemos mencionar por América Latina a Ángel Rama, Mario Benedetti, Jaime Labastida y Germán Arciniegas; amén de los cubanos  Graziella Pogolotti, y Leonardo Padura, entre otros.

Con relación a la vigencia de esta novela de Carpentier en la actualidad y considerando este asunto como un tema que resulta válido tenerlo en cuenta para ampliar el análisis sobre la repercusión de la obra de este autor, debe tenerse en cuenta que a lo largo de los últimos 40 años el devenir económico y socio-político regional se ha caracterizado por tener un nivel de complejidad al que no fueron ajenos los cambios acaecidos en las relaciones internacionales desde la penúltima década del siglo XX.

Por solo mencionar ejemplos puntuales, el contexto socio-político regional, con la presencia de las llamadas “democracias tuteladas” en varios países latinoamericanos tras el fin de los gobiernos militares y  los efectos del avance del neoliberalismo como doctrina económica y político-ideológica imperante en América Latina y el Caribe; caracterizaron los últimos años del siglo XX  latinoamericano con una impronta que amplió los niveles de desigualdad social en la región.

Posteriormente, los cambios acaecidos desde 1998 con la victoria de Hugo Chávez en Venezuela y el inicio de la Revolución Bolivariana, a lo que se sumaron posteriormente los procesos en Bolivia y Ecuador, han propiciado un escenario interactivo y sumamente complejo, donde al lado de acontecimientos como la derrota del proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) en 2005 y la creación de mecanismos como la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), UNASUR y la CELAC; se mantengan latentes los empeños por parte de las élites de poder en los EE.UU. para recuperar una influencia que, si bien ha sufrido retrocesos evidentes a lo largo de los primeros años del siglo XXI, no ha dejado de mostrar señales de su presencia, ya sea desde los escenarios tradicionales (OEA), como a través de otros relativamente novedosos (las denominadas Cumbres de las Américas y los Tratados de Libre Comercio (TLC) entre EE.UU. y varios países de la región); amén de los golpes de Estado contra los presidentes Manuel Zelaya en Honduras y Fernando Lugo en Honduras y Paraguay durante 2009 y 2012, respectivamente.

De ahí que, desde nuestro punto de vista, resulte aventurado evaluar una posible reacción de Alejo Carpentier ante una realidad como la presentada en el párrafo anterior, si bien a modo meramente especulativo pudiéramos afirmar que los cambios acaecidos durante los últimos tres lustros en varios países latinoamericanos le habrían resultado de sumamente alentadores y habrían despertado su interés, sobre todo si tenemos en cuenta los temas  relativos a lo acontecido en Venezuela desde la llegada al gobierno de Hugo Chávez, a partir de la lógica identificación que tenía Carpentier con ese país, donde residió durante casi 15 años (1945-1959) y la importancia que ha tenido para la actualidad latinoamericana el devenir de la Revolución Bolivariana.

Sea este trabajo, pues, un homenaje a nuestro Alejo Carpentier cuando se cumplen más de 40 años de la publicación de El recurso del método y 35 de su fallecimiento en París el 24 de abril de 1980.

 

Notas

(1) Sergio Chaple: Estructura y sentido en la novelística de Alejo Carpentier: La producción de los setenta. La Habana, Ediciones Unión, 2012, pp. 62-64. No por casualidad, en un momento de la trama, cuando el Primer Magistrado es instado por su secretario Peralta para que se mantenga en París sin enfrentar el levantamiento del general Walter Hoffman, la respuesta de este sea la siguiente: “Y si me quitaras aquello, ¿que sería yo, que me quedaría?”. Alejo Carpentier. El recurso del método. Primera edición de bolsillo, Siglo XXI, 1974, p. 131. Por otro lado, si bien el tema de los dictadores tiene una larga tradición en la narrativa latinoamericana, resulta interesante y nada fortuito el hecho de que justo a mediados de los años 70 y junto a este texto de Carpentier, fueran publicadas casi simultáneamente dos novelas con este asunto como temática: Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos y El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez.

(2) Sergio Chaple: Ob. cit.,  p. 17.

(3) Ibídem, p. 68.

(4) Entre los ejemplos relacionados con esta situación, podemos mencionar el caso de la represión al levantamiento popular de Nueva Córdoba, que rememora hechos similares ocurridos en Colombia bajo el gobierno de Abadía Méndez contra huelgas en las zonas bananeras durante 1928 propiedad de la United Fruit Co., así como la reacción del gobierno de El Salvador ante la sublevación popular organizada por el Partido Comunista de ese país y dirigida por Farabundo Martí en 1932. Por otra parte, una situación similar se presenta durante la narración de los sucesos que terminan con el derrocamiento del Primer Magistrado y para los que evidentemente Carpentier tomó como referente los últimos meses de la dictadura de Gerardo Machado en Cuba y especialmente la huelga general que aceleró su derrocamiento el 12 de agosto de 1933.

(5) Enoch H.Crowder fue un funcionario estadounidense vinculado a los asuntos cubanos durante diferentes administraciones norteamericanas entre 1906 y 1925. En El recurso el método es el embajador encargado de mediar en la situación revolucionaria que provoca la caída del Primer Magistrado, velando porque el protagonista logre salir del país bajo la protección de su bandera y que al mismo tiempo los intereses de los EE.UU. sean preservados bajo esas circunstancias por el gobierno que encabeza Luis Leoncio Martínez como el líder de la oposición reformista. Por su parte, la aparición de Mella y Nehru en la trama está relacionada con el encuentro de ambos en París con el personaje de El Estudiante, adversario también del Primer Magistrado pero con una marcada tendencia por las ideas marxistas, camino a la Primer Congreso Mundial contra la Opresión Colonial y el Imperialismo, que sesionó en Bruselas, Bélgica, durante febrero de 1927.

(6) Sergio Chaple: Ob. cit., p. 69.

(7) Ibídem, p. 11.

(8) Sergio Chaple: Ob.cit., p. 13.


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