María Eugenia Barrios, una voz y temperamento apasionados


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Foto: Cortesía del autor.

“María Eugenia será una gran cantante, porque en ella vive esplendorosamente una artista natural y un gran temperamento apasionado por su arte.” Gonzalo Roig.                                                                                                   

“… Hace falta para triunfar plenamente, estudio, dedicación y disciplina. María Eugenia Barrios es un ejemplo de todo ello, de ahí el hecho de su carrera llena de triunfos.” Esther Borja.                                                                                                     

“…Considero desde mi luneta de espectador y sin ninguna intención de convertirme en crítico musical, pues sólo soy un amigo y admirador de su talento y su calidad humana, que María Eugenia Barrios trascendió a la posteridad desde ya y con el tiempo su aporte extraordinario a la cultura, será cada vez más respetado y reconocido”. Frank Fernández.      

“María Eugenia Barrios… que tantos grandes momentos nos ha dado en la actuación y el canto fundidos: ese raro acontecimiento que podemos disfrutar muy pocas veces en una existencia.” Carlos Piñeiro, director teatral.

“María Eugenia Barrios: voz privilegiada, intuitiva emoción estética en lo musical y excelente desenvolvimiento escénico.” Luis Carbonell.                                                                                                     

“María Eugenia Barrios, una voz de oro de la lírica cubana. Ha poseído en extremo en primer lugar, excelentes facultades naturales, una sólida formación vocal y exquisita musicalidad. Pero además es una gran actriz. Posee un extraordinario carisma y sobre todo ese duende o magia escénica que no todos los buenos cantantes poseen. Por lo tanto va mucho más allá de lo que es una buena cantante y es lo que yo llamo una Artista del Arte Lírico.” Ángel Vázquez Millares. 

Te conocí recién llegada de Moscú, después de concluir tus estudios. Me impresionó tanto tu voz, tu musicalidad, tu gran sensibilidad artística. Tu Madame Butterfly, tan magistral e impresionantemente interpretada desde todos los puntos posibles, canto, actuación, dramatismo, frescura, refinamiento; no creo pecar de exagerada si digo que ha sido la mejor Madame Butterfly vista en Cuba. Como también lo son, La Traviata, y otros grandes títulos de las óperas más conocidas en el mundo entero." Digna Guerra.                                                                                                    

Como las olas que van y vienen acariciando las costas, así regresan las memorias por su mente, en este 2019. Instante alto, en su larga carrera profesional que ya roza los 60 años dedicados al arte lírico, donde ha dejado profundas huellas. Solo decir: María Eugenia Barrios, es convocar sinónimos que escoltan su nombre: pasión, amor, entrega…, conjugados con una voz que aun nos deleita y hace sentir, piel adentro, extrañas sensaciones sonoras que despiertan sueños.

Por eso recuerda aquellos primeros pasos del largo camino. “Comenzaron con mi graduación de Maestra Normalista el 31 de mayo de 1959 cantando la salida de Cecilia Valdés con la Banda Nacional de Conciertos, bajo la batuta del insigne maestro Gonzalo Roig. Un punto de partida glorioso para una jovencita, de 18 años, que ya adoraba el canto lirico al ver y oír por televisión y la radio a toda una pléyade de destacados cantantes de la época, que nunca dejaron de ser difundidos constantemente, cosa que no sucede hoy día. En el Anfiteatro de la Escuela Normal para Maestros de la Habana, con un vestidito de vuelos que mi mama alquiló por 2 pesos en una casa de disfraces y ante aquellos profesores de la banda y la presencia del maestro Roig y el público que colmó el anfiteatro, me sentí en el Metropolitan o en la Scala…, tal era mi emoción”, contó con los ojos empañados de memorias.

UNA INOLVIDABLE GALERÍA DE PERSONAJES

Dentro del amplio repertorio construido en el tiempo, la célebre soprano lírica cubana ha marcado pautas y dejado una inmensa estela de éxitos… ¿Qué obras rescatas con más amor? ¿Cuál es la preferida, y la más difícil de “domar”? Su bella voz parece matizar la mirada… “He cantado piezas de diferentes estilos: óperas, operetas, zarzuelas españolas, zarzuelas cubanas. No sabría decir de preferidas, fáciles o de difíciles de realizar e interpretar escénicamente. He tenido el privilegio de cantar los tres títulos fundamentales de Giacomo Puccini: Madame Butterfly, La Boheme y Tosca. Cualquiera de ellos es para mí un recuerdo de adoración. De Giuseppe Verdi, La Traviata e Il Trovatore. Les dedico la misma frase anterior, adorables para mí. De Leoncavallo, Los Payasos. La Caballería Rusticana de Mascagni, en fin”. (Un silencio sonoro recorre el ambiente, se sumerge como retrocediendo en el tiempo, y vuelve a salir a la realidad). “Mi debut en Madame Butterfly fue algo indeleblemente hermoso en mi vida vocal. La japonesita me dio a conocer al público, ese que me acogió con generosidad y devoción inmensas. Nunca pensé que interpretando La Traviata iba a recibir tantos elogios y tan largas ovaciones”.

Al recibir el Premio Nacional Francisco Covarrubias en actuación femenina, por la interpretación de la Nedda, en Los Payasos, recordó, su regocijo fue inconmensurable. Otro reto vocal y escénico inmenso fue la Santuzza de Caballería Rusticana, cuya última función le valió ser inscrita en el Libro de Honor del Gran Teatro de la Habana. Ya antes, había obtenido una primera mención en dicho Libro por el ballet Irazú, de Ernesto Lecuona, que lleva voz, y que estrenó “con mucho orgullo cuando Alicia Alonso me lo ofreció”. Un lugar destacado en su “desván de memorias” lo ocupa una mención obtenida cuando se estrenó como directora artística en una puesta de Madame Butterfly. “Difícil y retadora resultó la Longina, esa negra guantanamera de la bella y cubanísima obra del maestro Roberto Sánchez Ferrer sobre la pieza homónima de Alejo Carpentier. Tuve el honor de hacer su estreno mundial y es algo que adoro”…

Las palabras brotan como en un aria inconmensurable: “Cuánto disfruté la Leonora (El Trovador), la Georgetta (Il Tabarro), la Susana (El secreto de Susana), Mimí, Tosca; qué decir de La Viuda Alegre, Adriana (Los Gavilanes), Ascensión (La del Manojo de Rosas), la Matilde (La Esclava), en fin, tantos y tantos personajes, difíciles todos, hermosos e inolvidables para siempre”.

De los ¿compositores? “Amo a todos los que me obligan a actuar cantando y a cantar actuando. Hasta en los recitales donde hay que exponer varios estilos y varios autores, no puedo dejar de expresar gestual y vocalmente, sin caer en chabacanerías ni excesos cursis”.

¿Cómo ves a la María Eugenia de hoy?” Plena de energía a pesar de su edad, con inmensos deseos de seguir cantando como siempre con todo el amor de su corazón”. ¿Enseñar…? “Adoro el magisterio del canto lírico y me siento sumamente orgullosa de la inmensa mayoría de mis alumnos, sobre todo de los que en mí han confiado, y están cantando magistralmente dentro y fuera del país, inclusive en escenarios del primer mundo lírico”. ¿Cuándo cantas…? “Siento la necesidad de entregar lo que, como don, me fue otorgado, y además, la inmensa responsabilidad de responder ante el público que espera todo de mí, y de la mejor manera posible”.

UN SUEÑO ANHELADO, SU PRIMER CD

El calendario de este 2019 ha llegado plagado de muchas alegrías. Entre ellas, la presentación de su primer CD, del sello Colibrí, luego de casi 10 años de grabado. Ese anhelado sueño de la artista se hizo realidad en un inolvidable concierto, recientemente, en el teatro Martí… De aquella tarde, puede decirse que por la naturalidad y frescura con la que cantó parecía que resultara bien fácil, porque es impresionante que luego de dos lustros interpretara, en vivo, las piezas del disco, grabado con la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, bajo la dirección del maestro Roberto Sánchez Ferrer, en esa institución y en los estudios Egrem, y masterizado en los Estudios Caribe.

Lo que nadie imaginó fue que esta mujer interpretaría, todas las obras comprendidas en el fonograma, luego de una larga década, rozando los 80 años de edad. Ya que cada año, ella realiza alrededor de 10 conciertos, todos repletos de arias de óperas, romanzas de zarzuelas y canciones cubanas… Pero  cantar todo lo del disco que se grabó en varios días, en una sola jornada era algo bien difícil y arriesgado. Pero, con su talento natural/fuerza escénica y vocal interpretó: Addio del passato (aria de La Traviata) y D`amor sull`ali (aria de El Trovador), de Giuseppe Verdi; Donde lieta usci (aria de La Bohéme), Vissi D`Arte (aria de La Tosca) y Un bel di vedremo (aria de Madame Butterfly), de Giacomo Puccini; Voi lo sapete o mamma (aria Cavalleria rusticana), de Pietro Mascagni; Recitativo y balltella de Nedda (aria de Los Payasos), de Ruggero Leoncavallo; Romanza de Amalia Batista (zarzuela homónima), de Rodrigo Prats; Canción de cuna y Romanza (Cecilia Valdés), de Gonzalo Roig; y las Romanzas de Rosa La China, y de María La O, de las zarzuelas homónimas de Ernesto Lecuona. Una verdadera prueba de fuego que levantó de sus asientos a un público emocionado que llenó el lunetario y aplaudió/vitoreó con ¡bravos! tal proeza.

No fue para menos. Todas esas piezas son bien difíciles si se cantan alguna vez en un concierto, pero todo el disco es una hazaña. Y lo más interesante: ni su frescura vocal ha mermado, su fiato, el legatto en pasajes bien complicados, la interpretación diferente en cada personaje…  No por azar los asistentes no dejaban de ovacionar cada obra, maravillados por la excepcionalidad de esta soprano. Elegancia en el vestir, y eminencia en el cantar. Acompañada al piano por Ivón Rivero Díaz (otro sonoro aplauso), fue una tarde inolvidable para todos los que tuvimos la suerte y dicha de oír, en vivo, el único fonograma de esta prestigiosa soprano, de nuestra Isla Lírica. Los discos volaron, y se debe recalcar que los testimonios de eminentes personalidades de la cultura cubana que aparecen en el fonograma no se equivocaron en nada.

MOMENTO ALTO Y EMOTIVO

El próximo 30 de mayo de este año, en ocasión del aniversario 60 del debut escénico, se abrirán anchas las puertas de la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes (La Habana Vieja), a las 7 de la tarde para festejar la importante efeméride con los amigos, admiradores, colegas y público en general. Allí estarán también, para compartir con ella la escena, artistas invitados de la talla del barítono Waldo Díaz, la soprano Ivette Betancourt, los tenores Bernardo Lichilín y Mario Travieso, acompañados al piano por Ivón Rivero Díaz. María Eugenia nos tendrá reservadas también muchas sorpresas sonoras. Y en ese alto instante de la vida de la insigne soprano regresarán las certeras palabras del colega Rufo Caballero que le dedicara en una ocasión: “Al cantar María Eugenia demuestra por qué está sentada en las nubes hace décadas. Todavía coloca la voz justo donde se debe y pasea los agudos con brillantez, seguridad y comedimiento, así la artista evidencia cómo cantar bien, no es sólo un asunto de extensión vocal…”.


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