Matanzas.- Ir y volver, performance de la artista brasileña Marilá Dardot, sostuvo su discurso en una frase de Carilda Oliver Labra y posicionó la poética de la Premio Nacional de Literatura en el crisol cultural de la Bienal de La Habana en esta ciudad.   

Mi trabajo tiene mucho que ver con literatura; ante la invitación a la Bienal pesquisé los escritores de Matanzas y encontré a Carilda, empecé a leer sus poemas y me identifiqué mucho con la frase "A la esperanza vuelvo", explicó Dardot.

Sobre una pared, en el paseo de la calle de Narváez, Marilá escribió con agua las palabras de la llamada Novia de Matanzas; sobre el muro caliente las letras se apagaron pero una y otra vez la artista regresó al inicio e insistió en la visibilidad de la frase.

Estoy todo el tiempo yendo y volviendo a la esperanza, porque creo que es el compromiso de cambiar las cosas y no esperar a que se cambien solas; es un llamado a la fuerza, la resistencia, la lucha y la construcción, explicó la artista que visita a Cuba por vez primera.

El paseo de la calle de Narváez, en la ribera del río San Juan, acoge varias de las instituciones que desde este lunes constituirán sedes principales del capítulo matancero de la Bienal que por vez primera se extiende más allá de La Habana.

Hasta el venidero 15 de mayo, en la llamada Atenas de Cuba se mostrará la obra de unos 60 artistas de más de una decena de naciones, atraídos por el proyecto Ríos Intermitentes que dirige la doctora María Magdalena Campos-Pons.

Desde Matanzas, urbe reconocida por sus aportes a la cultura cubana, Carilda Oliver Labra (1922-2018), Premio Nacional de Literatura, trasciende por su atrevida poesía y su arraigo a la Patria, además constituye precursora de las letras hispanoamericanas y símbolo de identidad.