Portal Cubarte  -  Presentado “doblete” de la revista La Siempreviva

Presentado “doblete” de la revista La Siempreviva


presentado-doblete-de-la-revista-la-siempreviva

En la tarde del jueves 8 de marzo fue presentada la revista La Siempreviva en sus números 23 y 24 por su director el Premio Nacional de Literatura Reynaldo González en el teatro Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura de Cuba.


 

Asistieron a la presentación de este «mondo y lirondo “doblete”», según definió Reynaldo González,  el ministro de Cultura Abel Prieto Jiménez, el presidente del Instituto Cubano del Libro Juan Rodríguez Cabrera y otros funcionarios y especialistas del sector.

 

Por la importancia de las palabras del escritor Reynaldo González, Cubarte consideró muy provechoso publicarlas de manera íntegra.

 

Palabras de presentación:

 

«He querido ser yo quien presente estos nuevos números de La Siempreviva porque requiere explicaciones de algunas palabras sobre su presencia en el conjunto de las revistas que circulan hoy en nuestro país. Aunque se dude, no son pocas y ocupan un espacio notable entre los esfuerzos por sostenerlas y hallarles calidad y utilidad.

 

La nuestra entró al ruedo hace poco y se sabe que el carácter de una revista se lo dan el tiempo, la constancia y la claridad en cuanto a quiénes va dirigida. Llegó cuando otras publicaciones de larga data “hacían lo suyo”, algunas notables y con permanencia bien cimentada.

 

Esas publicaciones se echan encima el fardo de una totalidad, de una multiplicidad de objetivos porque son, en un sentido un poco impreciso, lo que llamamos revistas culturales que se proponen reflejar toda la vida cultural y múltiple del país o de una región o de un gremio o de una tendencia o de un interés preciso que llega al particularísimo de género, en la utilización que hoy se le da a esa palabra; los demás somos “degenerados”.

 

Las que predominan son esas que llamamos culturales con todo y a la vez; no me corresponde analizarlas sino cuidar el sentido de la que dirijo, su perfil y sus objetivos, esto nos ayuda a evitar la imprecisión como ocurre con obras teatrales que comienzan en farsa y continúan en drama o en tragedia cuanto provoca un desasosiego en quienes la interpretan y en quienes la padecen.

 

Nuestra revista se acogió al carácter literario que también tiene sus complejidades por tanto lo es la creación como la interpretación, las obras de ficción y las ensayísticas, los recuentos y análisis de elementos cercanos o pretéritos y una voluntad de servicio que no siempre acude a la inmediatez.

 

Sabíamos que no seríamos un noticiero y que nuestro compromiso mayor estaba en abordar, estudiar y hacer comprensible la literatura, con énfasis en la nuestra, la vieja la nueva y la de siempre que también es una categoría.

 

Sabíamos que existían lagunas, temas no tratados, periodos simplemente borrados y en general una falta de entrecruces imprescindibles para el razonamiento.

 

Como consideramos el conjunto de las publicaciones, repasamos la información de que disponían nuestros presuntos lectores sobre la literatura nacional o extranjera, una formación que a veces muestra u oculta, que solamente menciona periodos o tendencias o los cubre con un manto de conceptos y una retórica rígida con la ilusión de esclarecer y termina dando los objetivos con expresiones tenidas por imprescindibles.

 

El dedo gordo sobre la página y la respiración de otro sobre el pescuezo; más de lo mismo. Aterrizaje no de una materia sino de un lenguaje a doc que no siempre dice pero seduce, más si lo convierten en el necesario siendo en verdad una suma de recurrencias para avalar formas de expresión no para demostrar conocimiento que incida en las materias tratadas.

 

Ese metalenguaje que llamamos “metatranca” cuando le añaden una invención de conceptos o la validación como concepto de simples ocurrencias, mezcla de teoría y filosofía como “una cubrecama de trapitos” para las llamadas poéticas y una presunta poesía para andar por casa.

 

Me refiero a un mal innecesario que ha contaminado el ensayismo, el articulismo y recala en las revistas como muestra de supuesta autoridad. Estábamos avisados y sabíamos cómo defendernos; recordábamos la lección de Bola de Nieve cuando le preguntaron por su tipo de voz y   respondió con gran convencimiento “voz de persona señor”.

 

En síntesis todo eso forma parte de un decálogo tan exigente como simple, que puede suceder, el que nos propusimos y llegamos a este número doble — 23 y 24— de La Siempreviva.

 

Se explica su paginación en errores e incumplimientos anteriores. Según la marcha que seguíamos nunca cumpliríamos la meta de cuatro números al año, por nosotros o por la imprenta siempre hubo percances que lo impidieron y nos propusimos un salto necesario que posiblemente decida otros cambios.

 

Sumamos las páginas de dos números completos, no menguados con unas cuantas paginitas añadidas sino todas ellas; el mondo y lirondo “doblete”.

 

El número se anima con fragmentos de obras de Servando Cabrera Moreno, uno de los grandes nuestros. Agradecemos al Museo Biblioteca de su nombre la generosidad de satisfacer nuestra demanda de imágenes y la autorización para incluirlas en el diseño con atrevida libertad.

 

La libertad la tomó el diseñador Alejandro Díaz Cabezas que firma 10K; es nuestro nuevo diseñador. Nuestro querido Pepe Menéndez recesa luego de que termine la próxima entrega, un número de La Siempreviva dedicado a la literatura infantil y juvenil; nos atemoriza, aunque lo utilizamos, “el palabro” infantojuvenil, con resonancia de infarto, algo más relacionado con la vejez.

 

En este número doble tenemos un dossier grande dedicado a la poesía y los poetas anunciado en portada; son sus protagonistas el ecuatoriano Edwin Madrid, con poemas que sonríen, tan escasos y tanto como se les agradece; poemas del profesor español Vicente Cervera Salinas; un análisis cruzado de Guillén y Raúl Hernández Novás, por la crítica literaria Yanelys Velazco; una mezcla de humor y documentación sobre un personaje característico Miguel Angel Macau, a cargo de Danelys Fernández Novoa; poemas de Eugenio Marrón, permanente colaborador de estas páginas.

 

Un acercamiento cuidadoso a la poesía de Fina García Marruz, por el profesor español Francisco Díaz Castro. Debo agregar aquí que me ha costado trabajo encontrar un texto realmente respetuoso y serio que coloque a Fina—de los muchos, muchos que he recibido—como la poeta que es. Siempre había como una ingenuidad, como una cosa, como el jardín y el fogón y no sé qué, era todo como saliendo del comedor a la sala.

 

Poemas de Rito Ramón Aroche; dos textos de y sobre Sigfredo Ariel, un artículo suyo con el vínculo de poesía y música popular y un acercamiento a su obra por el ensayista Liuban Herrera Carpe; poemas del holguinero Luis Yuseff, sumados a un texto sobre su obra de Eugenio Marrón; un recorrido por la poesía de Fina García Marruz; Javier Mola entrega un artículo de interés: La experiencia  de la civilidad; poemas de la matancera recién premiada Laura Ruiz Montes; un panorama debido al escritor Roberto Méndez sobre las revistas que Lezama dirigió antes de Orígenes. Cierra este bloque el recuerdo de la novela Paradiso en sus 50 años y un recuento de la presencia lezamiana en otros escritores.

 

Orlando Andrade, el narrador que nos ha visitado antes, entrega un “descacharrante” capítulo de novela futurista; el puertorriqueño César Salgado ajusta cuentas con la historia sobre su compatriota Alejandro Tapia en un momento vinculado a nuestro Domingo del Monte; Marlen Domínguez analiza el vínculo de Severo Sarduy y Pedro de Jesús, y la libertad.

 

Roberto Fernández Retamar evoca a Jorge Mañach como el más joven entre los fundadores de la Academia Cubana de la Lengua; la filósofa española Marifé Santiago Bolaños nos devuelve a su colega María Zambrano, esta vez en un carácter poco frecuentado, María como novia entre guerras, es una cosa muy fresca porque siempre  vemos a María saliendo o entrando al altar.

 

En ese tenor mi colega José Antonio Baujin incluye un texto de título tan poético que no agrego más; Milene Fernández suma otro de interés literario y sustancial La sal de los Libros.

 

El querido obispo, poeta, narrador y crítico Carlos Manuel de Céspedes regresa a La Siempreviva con un texto memorable y cuidado, como testimonio de vida sobre Africa, los movimientos de izquierda y sus razones de cubano sacerdote persona.

 

Anton Arrufat corta la cinta del recién creado Ateneo de La Habana; las reseñas son responsabilidad del poeta y director de La Gaceta Norberto Codina; la narradora Chely Lima; el crítico y ensayista Ernesto Velázquez; el lingüista Sergio Valdés Bernal; el poeta y crítico Javier Mora y el crítico Daniel Céspedes.

 

Pero no dejen el asiento, tenemos el privilegio de escuchar al Dúo Con traste; como ven, traemos el buzón lleno; recibe aplausos y descargos agrícolas-- también se agradecen tomates-- quien les habla, buenas tardes».

 


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte