Un río, un parque y la vida de una ciudad: aniversario 31 del Gran Parque Metropolitano de La Habana


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El 29 de septiembre de 1989 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y las autoridades políticas de la capital cubana, inauguraron el Gran Parque Metropolitano de La Habana, una entidad para la cultura ambiental, la recreación sana y la protección de los ecosistemas.

El río Almendares en sus cursos medio y superior, es el centro del Gran Parque. Es el río insignia de la capital cubana, aunque no el único que existe en la provincia metropolitana, al oeste está el Quibú y el Santa Ana y al este, el Cojímar, Bacuranao, Tarará, Itabo o Boca Ciega, Guanabo y Ahogagallinas, entre otros.

El Almendares más que un río, es una cuenca de 52,3 kilómetros de largo y 350 kilómetros cuadrados de extensión territorial, de ellos, 63 urbanizadas, 11 ocupadas por embalses y 276 por áreas rurales. El río maestro, o sea el Almendares propiamente dicho, nace como un arroyo con el nombre de Babiney, que al unirse al Lechuga se convierte en Jicotea y al confluir más adelante con el Chepalote y el Chayote se convierte en el río Almendares.

Entre sus afluentes contamos con los arroyos Nazareno, Jíbaro, Pancho Simón, Guadiana, San Francisco, Arroyo Chico, Limón, Arroyo Naranjo, Mordazo, Orengo, Marinero, Paila y Santollo. Cuenta también la cuenca con un gran embalse que es la Presa Ejército Rebelde, en Paso Seco y 18 microembalses que se emplean con fines agrícolas.

La cuenca abarca desde el litoral del Estrecho de La Florida al Norte, hasta las Alturas de Managua al Sur y las Escaleras de Jaruco al Este. Atraviesa por ocho de los quince municipios de la provincia de La Habana: 203 kilómetros cuadrados en total, distribuidos en 59 del Cotorro, 75 de Arroyo Naranjo, 50 de Boyeros, uno de Diez de Octubre, siete del Cerro, siete también de Marianao, dos de Playa y otros dos de Plaza de la Revolución.

En su curso superior, el Almendares es el límite entre los municipios de Plaza y Playa desde la división político- administrativa de 1976, herederos del límite  natural histórico entre las ciudades y términos municipales de La Habana y Marianao, los dos primeros municipios del país demográficamente a mediados del siglo XX.

La cuenca en su nacimiento atraviesa también el territorio de dos municipios de la provincia de Mayabeque: Bejucal en 17 kilómetros cuadrados y San José de Las Lajas en 130 para un total de 147.

La nueva entidad creada hace 31 años como Gran Parque Metropolitano de La Habana (GPMH), con una extensión de 700 hectáreas, articuló una serie de instituciones y sitios que ya existían y que pasaron a subordinarse a la administración del GPMH: el Gran Parque Almendares (GPA), creado por el Gobierno Revolucionario en 1960 junto al puente Asbert o puente Almendares de la Calle 23; el Bosque de La Habana con sus senderos ecológicos, la isla Josefina y las ruinas junto al puente de adoquines; los Jardines de “La Polar” y los de “La Tropical”, que habían sido propiedad de las antiguas industrias cerveceras de iguales marcas; el Parque Forestal, donde había funcionado en su segunda locación el Jardín Botánico de la Universidad de La Habana –la primera ubicación fue en la Quinta de los Molinos–; la presa El Husillo, la más antiguas de las represas cubanas y la caseta experimental del sabio Carlos J. Finlay Barrés.

Igualmente, se vincularon al GPMH las localidades circundantes: los repartos La Güinera y Los Pinos, del municipio de Arroyo Naranjo; Finlay y Pogolotti de Marianao; Palatino y Armada, del Cerro; La Ceiba, Kolhy, Alturas de Miramar y Miramar, del municipio de Playa; Puentes Grandes, Nuevo Vedado, Carmelo y los asentamientos del Fanguito, las Canteras y Chullima, de Plaza de la Revolución.

Una amplia actividad cultural ha desarrollado el GPMH como el “Festival del Río Casiguaguas” y el Festival de los juegos tradicionales de barrios; el concurso “Amigos del Gran Parque Metropolitano de La Habana” de poesía, cuento, composición literaria, pintura, artes aplicadas y dibujo; ha sido la sede del Festival Internacional de la Salsa, peñas artísticas y literarias diversas, el espectáculo de la Matinée dominical infantil, actividades de cultura ambiental como los círculos de interés pioneriles “Amiguitos del Bosque”, “Inspectores ambientales pioneriles”, “Pioneros espeleólogos”, “Patrimonio tangible e intangible del GPMH”, “La reforestación y los bosques” y “Aves de ciudad” así como clases en el aula ecológica del Parque Forestal sobre Permacultura, Ciclo del agua, reciclaje de residuos sólidos, Botánica, Incendios forestales, Plantas medicinales, Elaboración de compost y Reforestación comunitaria y Fotografía. El Gran Parque posee su propia revista impresa: Siempreverde, de mucha aceptación.

El Gran Parque Metropolitano de La Habana, es un parque de ciudad en armonía con la naturaleza que forma parte del llamado “Cinturón verde de la ciudad”. El río Almendares fue llamado Casiguaguas, por los aborígenes cubanos en época de la conquista y colonización española, para recordar a una mujer indígena así llamada que prefirió hundirse en sus aguas con sus hijos antes de ser esclavos de los españoles. Éstos, le llamaron al río La Chorrera, nombre que prevaleció hasta el siglo XX en algunos de sus puntos como “La Chorrera del Calvario” y “La Chorrera del Vedado” pero ciertamente desde el siglo XVII se le comenzó a llamar Almendarez por el Obispo Armendáris que en sus aguas se bañó y mejoró de sus dolencias.

El pintor Mariano Rodríguez le dedicó a esta corriente fluvial su afamado cuadro “Paisaje de río” y la poetisa Dulce María Loynaz, Premio Cervantes en 1992, le cantaría en su poema “Almendares”:

Este río de nombre musical
llega a mi corazón por un camino
de arterias tibias y temblor de diástoles...

Él no tiene horizontes de Amazonas ni misterio de
Nilos, pero acaso
ninguno lo mejore el cielo limpio
ni la finura de su pie y su talle
suelto en tierra azúl...con las estrellas
pastando en los potreros de la noche...

¡Qué verde luz de los cocuyos pisa
y qué ondular de los cañaverales!
O bajo el Sol pulposo de las siestas
amodorrado entre los juncos gráciles
se lime los jacintos de la orilla
y se cuaja en almíbares de oro.

¡Un vuelo de sinsontes encendidos
le traza el dulce nombre de Almendares!
Su color, entre pálido y moreno:
Color de las mujeres tropicales...
Su rumbo entre ligero y lánguido..
rumbo de libre pájaro en el aire
le bebe al campo el sol la madrugada
le ciñe a la ciudad brazo de amante.

¡Cómo se yergue en la espiral de vientos
del cubano ciclón...!
¡Cómo se dobla bajo la curva
de los Puentes Grandes...!
¡Yo no diré qué mano me lo arranca
ni de qué piedra de mi pecho nace:
Yo no diré que él sea el más hermoso...
¡Pero es mi río, mi país, mi sangre!

 


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