Axel y Xiomara: una descarga a ras del cielo


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Foto: Jorge Vila

Una de las gratas sorpresas que marcó la última jornada del recién finalizado Festival Internacional Jazz Plaza 2023, sin duda, fue el reencuentro del público cubano con Xiomara Laugart y su hijo Axel Tosca en la escena del Teatro Martí. El recital que protagonizaron ambos durante la última tarde de presentaciones del evento ya forma parte de esos momentos inolvidables en el acontecer musical de este año.

Foto. Jorge Villa

Volvió «La Negra» a abrazar con su mágica voz a su público de la Mayor de las Antillas y lo hizo con el dulce placer de acompañar el proyecto de su hijo, Axel Tosca Trío. Se abrió el telón y el talentoso pianista, hijo de la voz irreductible de Xiomara y la guitarra virtuosa de Alberto Tosca, desenfundó sus creaciones, muchas de las cuales están contenidas en su primera producción discográfica.

El disco no tiene pérdida. Axel Tosca Laugart (2015) es un reflejo de su autor en estado puro, un material donde encontramos parte de sus inquietudes compositivas, también una mirada clara a sus raíces musicales en las dos orillas – Siboney de Ernesto Lecuona, One for Grew de Robert Glasper- y eso fue lo que mostró la tarde del 29 de enero en el Martí.

Foto. Jorge Villa

Junto a David Frazier Jr. en la batería y el bajista Daniel Winshall, Axel ofreció al público una propuesta madura. El hijo prodigo – al igual que muchos de sus hermanos del mundo de la música- regresó a casa y lo hizo honrosamente por la puerta grande. Tosca puso a gozar al auditorio, penetró en cada célula del público con ese groove rellollo, con influencias de aquí y de allá, tan genuino como lo es él mismo sobre el escenario, ya sea interpretando el piano o conversando con la audiencia.

«Crecí yendo a todos estos festivales, tratando de colarme y escuchar las nuevas figuras que venían a este evento que todos los años se esfuerza y reúne a una cantidad variada de grandes músicos y hoy estoy muy feliz de poder presentarles mi formato», aseguraba excitado el pianista de 38 años, recién cumplidos el 27 de enero pasado, que ha desarrollado su carrera en la ciudad de New York y colaborado con figuras internacionales y del patio. Uno entre el público podía imaginarse la sonrisa de orgullo de la madre tras bambalinas.

Axel Tosca Trío dio muestras de ser un tándem poderoso y lo patentó con piezas como Fulani in love, Afri/Asia o un tributo a Chick Corea, una influencia clara en la forma de tocar del líder del conjunto. También hubo espacio para una faceta bastante desarrollada en los últimos años por el pianista como es la house music, para lo cual se hizo acompañar de su esposa, la cantante Lea Lórien.

El terreno estaba preparado, el auditorio animado para que en el segundo tiempo de la velada viéramos a la formación seguir los dictados del feeling. Xiomara Laugart apareció en escena cargada de recuerdos, con la sencillez, en un primer instante, de una guitarra acompañante a cargo de Octavio Kotan e interpretando La Habana Joven y ese verso final «con mi amada en La Habana», llegó con un suspiro cargado de paz. Xiomara estaba con su gente y descargó de lo lindo, como solo ella sabe hacer.

Y no perdió oportunidad para reivindicar su papel dentro de la nueva trova cubana. «Quiero celebrar hoy con ustedes los 50 años de la nueva trova. Yo estoy aquí, soy parte de eso y siempre lo seré», comentó antes de arrancarnos el aliento con Sembrando para ti de Alberto Tosca, Eres nada, de Gerardo Alfonso o una versión inusual, pero exquisita, cargada de swing y house music, de Bésame mucho.

Foto. Jorge Villa

Xiomara pasea con la canción, la conduce hasta donde quiere y eso la hace inmensa sobre la escena. Miraba a su hijo al piano, le guiñaba un ojo, saltaba, se abanicaba, estaba feliz y nosotros con ella. Entonces cantó una versión en español de You Don't Know What Love Is, que había grabado para un disco con NG La Banda y el Tosco, cuyos arreglos estuvieron a cargo de José Antonio Méndez y César Portillo de la Luz. Esa canción nunca la había interpretado en Cuba, aseguraba la intérprete.

Y ya en el momento de la apoteosis quedaba lo mejor. Oh mi Habana la cantamos todos con ella, a teatro encendido, y en medio del éxtasis musical, uno podía mirar hacia arriba y perderse en el cielo pintado del Teatro Martí, un momento de delirio que solo puede lograr la voz de Xiomara Laugart.

Foto: Jrge Villa

El cierre no podía ser más cierto, con Qué manera de quererte, de la autoría de Luis Ríos y volvimos a cantar junto a ella. Y qué manera de quererte, Xiomara, qué manera de desear más oportunidades como estas y de no perder la pista a tu voz, en tu tierra.

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